Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor y analista político de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal.
(CNN Español) – El asesinato de once pacíficos judíos, reunidos en una sinagoga de Pittsburgh, es otra evidencia de que el clima antisemita aumenta en todas partes, como se viene denunciando desde hace años.
Este fue el ataque antisemita más mortífero en la historia reciente de Estados Unidos.
En un estudio publicado en 2015, la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea encuestó a un grupo de personas radicadas en algunos países europeos sobre el antisemitismo y encontró que el 76% opinaba que, en efecto, había aumentado en su país de residencia y hay quienes incluso dijeron sentirse en peligro.
A mi juicio, persisten los cuatro mitos clásicos del antisemitismo:
- El mito económico: “los judíos son usureros que dominan el mundo financieramente”
- El mito religioso: “los judíos mataron a Cristo (Dios para los cristianos)”
- El mito político: “los judíos controlan el mundo mediante un gobierno mundial”
- El mito nacionalista: “los judíos no aman a la nación en la que residen porque son leales a Israel”
A esos cuatro mitos se ha unido la visión ideológica de la izquierda propalestina. A mi juicio, esa izquierda ha transformado el antisemitismo en antisionismo.
Recordemos que el sionismo es solo el derecho de los judíos a poseer su territorio independiente en Israel, medida que autorizó la ONU en 1947.
Según la izquierda propalestina: hay que combatir al sionismo israelí mediante el BDS (Boicot, Desinversiones, Sanciones).
Vuelvo al inicio de este comentario: el asesinato de los judíos en Pittsburgh es un pésimo augurio. Desde 1871, el Ku Klux Klan parecía liquidado, pero una película de 1915 lo hizo revivir: El nacimiento de una nación. Ojalá que la barbarie de la matanza de la sinagoga no se propague.