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Nota del Editor: Pedro Brieger es un periodista y sociólogo argentino, autor de más de siete libros y colaborador en publicaciones sobre temas internacionales. Actualmente se desempeña como director de NODAL, un portal dedicado exclusivamente a las noticias de América Latina y el Caribe. Colaboró con diferentes medios argentinos como Clarín, El Cronista, La Nación, Página/12, Perfil y para revistas como Noticias, Somos, Le Monde Diplomatique y Panorama. A lo largo de su trayectoria Brieger ganó importantes premios por su labor informativa en la radio y televisión de Argentina.

(CNN Español) – Argentina se prepara para recibir a los jefes de Estado y de gobierno del G20, que se reunirán Buenos Aires el 30 de noviembre. El foro del G20, que comenzó con seis de los países más industrializados, se fue ampliando con el tiempo y hoy incluye también a tres latinoamericanos: Argentina, Brasil y México.

Si bien es difícil precisar el alcance de las resoluciones adoptadas en los diferentes encuentros del G20, ya que no es un foro vinculante ni tiene el aval de las Naciones Unidas, no es menos cierto que se sientan a la misma mesa casi todas las potencias económicas del mundo.

Por cuestiones del azar esta Cumbre coincide con dos cambios de gobierno de carácter opuesto en América Latina, una característica de la disputa política regional que venimos señalando ya hace años en esta columna. En México se despide Enrique Peña Nieto y asume Andrés Manuel López Obrador -de signo opuesto a su predecesor- el 1 de diciembre, en coincidencia con la finalización del G20, lo que dificulta su participación activa en la cumbre. Y un mes después, en Brasil, Jair Bolsonaro reemplazará a Michel Temer, profundizando seguramente las políticas de ajuste que se venían implementando.

Y si de azares se trata, la semana del 19 al 23 de noviembre se realizarán en Buenos Aires la octava conferencia del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, más conocido como CLACSO, y el Primer Foro Mundial del Pensamiento Crítico con la participación de expresidentes, ministros, intelectuales y dirigentes sociales.

Estos dos encuentros traerán a Buenos Aires posturas abiertamente contrarias al discurso dominante del G20. En ambos se retomará de manera explícita el espíritu de lo que fue el Foro Social Mundial organizado en Porto Alegre en el año 2001 en simultáneo con el Foro Económico Mundial de Davos y que se hizo conocido como la “contracumbre de Davos”.

En aquel entonces, desde Porto Alegre, se le dio visibilidad a la idea del premio Nobel de economía estadounidense James Tobin, que sugería gravar con 0,5 % las transacciones financieras con el objetivo de desalentar el movimiento de capitales especulativos en el mundo.

En un hecho muy poco común, hubo un intercambio vía teleconferencia entre Hebe de Bonafini, la líder de las Madres de Plaza de Mayo de Argentina y George Soros, el magnate que se encontraba en Davos. Paradojas de la historia, Soros luego mantuvo una muy buena relación con la expresidenta Cristina Fernández —a quien Bonafini apoyaba— mientras que hoy, varios de los que participan del G20, lo miran con desconfianza por su apoyo a diferentes movimientos y políticos reformistas. Pero en esta Cumbre del G20, Latinoamérica no presentará voces discordantes. Al menos no dentro del recinto en el que secencontrarán algunos de los más poderosos del planeta.