Washington (CNN) – Es posible que Donald Trump aún no se haya dado cuenta, pero el miércoles fue el último día fácil de su presidencia.
Al mediodía (más o menos) del jueves, Nancy Pelosi será la nueva presidenta de la Cámara de Representantes, formalizando la mayoría demócrata que ganó su bando en las elecciones de noviembre pasado. Y eso lo cambiará todo.
Hasta ahora, Trump ha tratado de ver el lado positivo del control dividido del gobierno, insistiendo en que tal vez podrá llegar a acuerdos con la nueva mayoría demócrata en la Cámara. “Realmente podría ser una hermosa situación bipartidista”, dijo en una conferencia de prensa al día siguiente de las elecciones de 2018.
Pero los resultados iniciales no son prometedores. El gobierno federal ha estado cerrado durante los últimos 12 días, y hay pocas razones para creer que eso cambiara pronto. Trump ha insistido en su exigencia de US$ 5 mil millones para financiar la construcción de su muro fronterizo. Pelosi y el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, de Nueva York, están igualmente en punto muerto al proporcionar cero dólares al muro de Trump.
Y esto es solo el comienzo. A partir del jueves, los Demócratas en la Cámara de Representantes convertirán la vida de Trump en un infierno. Ya se han hecho esfuerzos para que varios funcionarios del gabinete se presenten ante el Congreso, arrancarle sus declaraciones de impuestos y profundizar en sus tratos comerciales antes y durante su presidencia.
Trump, un neófito político antes de la carrera de 2016, nunca ha tenido que lidiar con este tipo de oposición. Claro, los demócratas nunca han estado dispuestos a darle el beneficio de la duda. Pero en realidad nunca necesitó que los demócratas hicieran gran cosa. Las mayorías republicanas en la Cámara de Representantes y el Senado garantizaron que Trump concretara sus recortes de impuestos y dos selecciones para la Corte Suprema. No hubo un castigo político real por su total falta de voluntad e incapacidad para trabajar con los demócratas.
Esos días han terminado. Ahora los demócratas pueden hacer un verdadero daño político a Trump utilizando los medios oficiales de la mayoría de la Cámara. Si bien no pueden obligar a que, digamos, se publiquen sus declaraciones de impuestos (el jurado está lejos de eso), pueden asegurarse de que el tema sea prioritario y crear grandes distracciones para una Casa Blanca que ya ha demostrado que puede distraerse muy bien, muchas gracias.
Trump dice comprender esto, probablemente con su intelecto titánico autoproclamado. Para mí, eso es como cuando las personas que están a punto de tener un bebé dicen que están totalmente preparadas para ello. Como evidencia, apuntan a que tienen lista la habitación para el recién nacido, que el distribuidor de pañales está en funcionamiento, y así sucesivamente. A continuación, aparece el bebé, y se dan cuenta, como todos los padres antes que ellos, de que ninguna planeación o apoyo podría prepararlos completamente para su nueva realidad.
Eso es Trump y la nueva mayoría demócrata de la Cámara de Representantes.
El punto: Cuidado: va a ser un desastre.