Nota del editor: Kristina Hooper es la principal estratega de mercado global de Invesco. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de la autora.
(CNN Business) – Durante las últimas décadas, la reducción de los aranceles y la relajación de las barreras comerciales han fortalecido las cadenas de suministro mundiales y han impulsado un importante aumento del comercio mundial. De hecho, la tasa media de aranceles sobre importaciones de miembros de la Organización Mundial de Comercio disminuyó de poco más de 12,74% en 1996 a 8,8% en 2016. El comercio mundial pasó de 5 billones de dólares en 1996 a 19 billones en 2013.
Ahora estamos retrocediendo. En sus esfuerzos por lograr lo que cree que es el comercio justo, Estados Unidos ha iniciado disputas comerciales con varias economías. Su conflicto con China es por mucho el más intenso, algo que trae como resultado una serie de aranceles adicionales. Algunas personas creen que, como Estados Unidos es el comprador neto y China es el vendedor neto en su relación comercial, China perderá la guerra comercial y se rendirá al final. Creo que eso está mal.
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Los precios afectarán a ambos países. Muchos productos con arancel no se pueden sustituir de manera fácil, así que se seguirán comprando, solo que a precios más elevados. Cuando se aplica un arancel a un bien en particular, puede suceder una de tres cosas.
Las ganancias sufren
En algunas industrias, las empresas no quieren o no pueden traspasar el costo a sus clientes. Esto significa que los beneficios de la empresa se reducen. Para las empresas públicas, esto perjudica las ganancias y, por lo tanto, también puede afectar los precios de las acciones.
A primera vista, cabría suponer que Alcoa, una empresa estadounidense, se beneficiaría de los aranceles aplicados a los productores extranjeros de aluminio, pero no es tan simple. Los costos de los insumos de Alcoa han aumentado porque utiliza una cantidad significativa de aluminio primario de Canadá, que hace fundición para producir su propio aluminio. El consejero delegado de Alcoa ha argumentado con elocuencia que los aranceles no solo perjudican la rentabilidad, distorsionan el mercado y lo hacen menos eficiente “incentivando el reinicio de la capacidad envejecida e ineficiente” en Estados Unidos.
Aumento de los precios
Una empresa puede pasar el costo de los aranceles a sus clientes (como Apple ha sugerido que lo haría) y los consumidores pagan más por el mismo artículo. Esto significa que, si todo lo demás sigue igual, les queda menos dinero para gastar en otros productos o servicios.
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La demanda disminuye
Una empresa puede pasar el costo de los aranceles a sus clientes, pero la demanda disminuye porque los consumidores reducen sus compras. Ya hemos comenzado a ver la “destrucción de la demanda” en una industria que fue una de las primeras en experimentar la imposición de aranceles a comienzos de 2018: lavadoras. Lo mismo podría pasarle a otros artículos, incluidas otras compras de “ventas grandes”, como automóviles, si se aplican aranceles.
Los aranceles tienen otros efectos negativos. Socavan la confianza empresarial al aumentar la incertidumbre política. Los aranceles pueden crear ineficiencia y una menor productividad.
Estados Unidos tiene problemas legítimos con China: preocupaciones válidas sobre el acceso a los mercados y las violaciones de la propiedad intelectual. Sin embargo, debe perseguirlos con la Organización Mundial del Comercio, no a través de aranceles. La utilización de aranceles solo permite la adopción de represalias por parte de China. Y China tiene un gran arsenal de armas, más allá de los aranceles, que puede utilizar contra Estados Unidos.
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Las siguientes son solo algunas de estas posibles armas:
1. Controlar la caída de las compras extranjeras de productos chinos a través del aumento del gasto interno (que China está haciendo en la actualidad). La rama ejecutiva de EE. UU. no puede ejecutar estímulos similares sin un proyecto de ley aprobado por el Congreso.
2. Depreciar el yuan para que baje el precio de los productos chinos a compradores estadounidenses, contrarrestando así el impacto de los aranceles.
3. Detener la compra de bonos del tesoro y / o tesorería, en un momento en que el gobierno de Estados Unidos está emitiendo más deuda y la Reserva Federal está normalizando su balance al vender deuda estadounidense. El efecto neto sería un aumento en los costos de endeudamiento del gobierno de EE. UU.
4. Aumentar las relaciones comerciales con otros países para aislar y excluir a Estados Unidos (por ejemplo, China reduce los aranceles automáticos para los aliados de EE. UU.).
5. Fomentar que Corea del Norte rivalice con Estados Unidos, dado que la mejora de las relaciones con Corea del Norte ha sido un objetivo importante del presidente Donald Trump.
6. Ejercer una represión reguladora contra las empresas estadounidenses (investigaciones medioambientales o antimonopolio, por ejemplo).
7. Poner un embargo a la venta metales terrestres a empresas estadounidenses y al gobierno de EE. UU. (este es un material necesario para muchos teléfonos inteligentes y sistemas de defensa antimisiles estadounidenses).
La buena noticia es que los dos países han acordado un cese al fuego temporal en sus batallas comerciales. Pero no está del todo claro si podrán encontrar una solución.
En resumidas cuentas, dado que el presidente Xi es presidente de por vida, China puede jugar un largo partido. El presidente Trump tiene una campaña de reelección en la que preocuparse en menos de dos años. Supongo que Xi intentará superar el conflicto actual sin hacer concesiones importantes y que Estados Unidos, una vez que su economía sufra los daños sufridos, es probable que capitule.