(CNN) – Hubo gritos en el fondo de la llamada al 911, por lo que tres oficiales del Departamento del Sheriff del Condado de Barron corrieron a la casa de la familia Closs justo después de la medianoche del 15 de octubre.
Con las sirenas encendidas, los oficiales pasaron un vehículo que viajaba en la otra dirección. El vehículo marrón, de estilo más antiguo, que un diputado creía que era un Ford Taurus, cedió a los diputados a medida que aceleraban a la casa.
No se dieron cuenta entonces, pero el conductor de ese vehículo era Jake Patterson. Y en el maletero yacía Jayme Closs, de 13 años, atada por las muñecas y los tobillos, con la boca cubierta por una cinta.
Los detalles de ese encuentro cercano, incluido en la denuncia penal contra Patterson publicada el lunes, muestran lo sorprendentemente cerca que estuvo la policía para enfrentar al sospechoso y encontrar a Jayme en los momentos posteriores a su secuestro.
Pero en cambio, llegaron a la casa para encontrar a James Closs, de 56 años, y Denise Closs, de 46, muertos en el lugar, y sin rastro de Jayme.
Pasarían meses antes de que se volviera a escuchar a Jayme, cuando escapó del cautiverio y encontró a una mujer paseando a su perro que la llevó a una casa cercana y llamó al 911.
Patterson, de 21 años, fue arrestado ese mismo día, y confesó haber matado a tiros a James y Denise Closs y secuestrar a Jayme, según la denuncia. Un juez ordenó que se le detuviera con una fianza de 5 millones de dólares en su comparecencia el lunes en el condado de Barron, y que debe regresar a la corte el 6 de febrero.
Los defensores públicos Richard Jones y Charles Glynn, quienes representan a Patterson, hablaron con WCCO, afiliada de CNN, antes de la comparecencia ante el tribunal del lunes, pero no compartieron detalles sobre el caso ni confirmaron que Patterson haya confesado. Los abogados no han respondido a múltiples solicitudes de comentarios de CNN.
La policía llegó unos 20 segundos tarde
Tanto Patterson como Jayme notaron lo cerca que estuvieron de la policía en sus entrevistas con los investigadores, según las declaraciones.
Jayme dijo que cuando Patterson la secuestró, le pegó las manos y los tobillos y la colocó en el maletero de un viejo vehículo rojo de cuatro puertas.
En el maletero, escuchó las sirenas de dos coches patrulla en “muy poco tiempo” después de que Patterson comenzó a conducir, según los documentos.
Patterson también dijo que estaba al tanto del encuentro cercano con la policía. Después de que mató a los padres de Closs y puso a Jayme en el baúl, se quitó la máscara negra que había estado usando y comenzó a alejarse en su Ford Taurus rojo más viejo, según la denuncia.
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Dijo que había conducido “lo que pensaba que estaba a 20 segundos de la casa” cuando cedió el paso a tres coches de escuadrones que pasaban hacia la casa de Closs con sus luces de emergencia y sirenas encendidas.
Si hubiera habido un encuentro con la policía, probablemente hubiera sido violento. Patterson les dijo a los investigadores que si la policía lo hubiera detenido cuando venía de la casa de Closs, “probablemente habría disparado a la policía” con la escopeta cargada que tenía en el asiento delantero.
De acuerdo con el cronograma, la llamada al 911 de la policía de la casa de Closs fue aproximadamente a las 12:53 a.m. y los oficiales llegaron aproximadamente a la 1:00 a.m. Patterson les dijo a los investigadores que estaba en la casa de Closs por solo cuatro minutos.
La policía vuelve a encontrar el vehículo rojo
Aún así, no fue la última vez que la policía se encontró con ese vehículo rojo.
Cuando la policía finalmente encontró a Jayme el 10 de enero, tomaron la decisión de alejarla del área por su seguridad, temiendo que el sospechoso pudiera tratar de encontrarla.
Cuando una oficial de policía y Jayme se alejaron de la escena, vieron un vehículo rojo, bien un Kia o un Ford, dijo el oficial, que se acercaba en la otra dirección. La agente le preguntó a Jayme si ese era el auto del sospechoso, pero ella dijo que no sabía. Ella dijo que pensaba que su auto era un Ford. La policía informó a sus colegas sobre el auto rojo que había pasado.
Los oficiales buscaron la placa del vehículo rojo y encontraron que estaba registrado a alguien con el mismo apellido que el hombre que Jayme identificó como el sospechoso. Un oficial cercano observó a un conductor masculino solitario en el vehículo rojo y notó que el auto tenía una luz trasera rota y una luz trasera de matrícula que no funcionaba.
Así que la policía siguió el vehículo y lo detuvo cuando otro oficial se acercó por el lado del pasajero. El conductor recibió instrucciones de poner las manos en el aire y abrir la puerta.
Dijo que su nombre era Jake Patterson y que sabía de qué se trataba, según los documentos. “Lo hice”, les dijo.