(CNN Español) – Son las 11 de la noche en Santiago y un hipermercado ubicado en el norte de la capital chilena cierra sus puertas.
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En un laberinto de pasillos atiborrados de productos de belleza, Zippedi comienza su recorrido.
El objetivo de este robot es controlar el inventario de miles de productos a lo largo de tres kilómetros de pasillos de esta gran tienda.
“Zippedi hace una labor que antes no se podía porque es muy difícil tener un chequeo tan exhaustivo de miles de productos en un espacio tan grande”, dice Alvaro Soto, cofundador de Zippedi.
Fue en 1963, en las cercanías de París, cuando la empresa Carrefour inauguró el que sería el primer hipermercado del mundo. Desde aquel día, estos grandes almacenes parecen obsesionados en crecer en tamaño, variedad y cantidad de productos.
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Alimentación, belleza, electrodomésticos, juguetes, indumentaria y hasta mobiliarios. Todo parece posible en estas enormes tiendas.
Es difícil encontrar un desafío más complejo que elaborar un rápido y preciso control de inventario y cubrir una superficie de estas características con decenas de miles de productos.
En 2006, Luis Vera, presidente ejecutivo de Zippedi, y Ariel Schilkrut, presidente de estrategia, ya habían fundado una empresa que utilizaba cámaras de video para controlar inventarios.
El proyecto finalmente fracasó debido a que era necesario instalar un complejo e invasivo sistema de cámaras.
Pero Vera y Schilkrut no se rendirían.
Dieron con Álvaro Soto, ingeniero y docente universitario que ya trabajaba en la investigación y desarrollo de un robot vinculado al control de mercadería, y Zippedi comenzó a tomar forma.
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En la actualidad, este robot realiza tres operaciones simultáneamente:
- Se asegura que los precios asignados sean los correctos.
- Controla que cada producto esté disponible en la góndola.
- Reconoce cuando un producto está mal ubicado en la estantería.
En caso de detectar un problema, Zippedi lo comunica de inmediato al centro de control y abastecimiento.
En minutos, y con la ubicación exacta, un repositor resuelve el problema.
Seguros de su idea, y con un mercado ávido de una solución, estos empresarios unieron fuerzas con la Universidad Católica de Chile -donde Zippedi tiene sus oficinas- y el gobierno chileno.
El objetivo no solo sería desarrollar esta tecnología sino, además, ubicar a Chile en el centro de la escena tecnológica regional.
“Esto es producto de la globalización y de la democratización de la tecnología. Hoy, desde Chile, tenemos acceso a este conocimiento y estos son los frutos”, asegura Luis Vera.
Los procesos de automatización robóticos están cada vez más presentes, para transformar el funcionamiento y la operatoria de las empresas.
“Esto se inserta en lo que se llama la robótica colaborativa, en el cual un robot trabaja en un espacio común con un humano. La idea es que el robot sea un facilitador, que aumente la productividad, que facilite la comodidad y el trabajo del humano”, señala Soto.
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A fines del año pasado, la cadena estadounidense Walmart anunció la implementación de robots para limpieza y ya realiza pruebas en las que utiliza robots para descarga de cajas y ubicación de productos. (3)
Está por amanecer en Santiago y las baterías están al mínimo.
Ya es hora de que Zippedi retorne a su caseta. En su turno, controló 20.000 productos.
Nada mal para un robot de apenas un año de vida.