(CNN Español) – El diputado venezolano Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, es el nuevo rostro de la oposición venezolana. Pero aún su estatus —y su alcance en la toma de decisiones—es incierto: ¿podría legalmente asumir o no como presidente de Venezuela? Es una pregunta que cobra especial relevancia ahora, que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela dictaminó que la Asamblea Nacional es inválida.
“Hemos asumido las competencias de la Constitución”, explica Guaidó en entrevista con CNN en Español. “Lo primero es que hemos asumido nuestro rol en esa transferencia como lo acordamos el martes pasado en la asamblea legítima de Venezuela, la única reconocida en el mundo por voto popular. Cuenten los venezolanos aquí y en el mundo que estamos haciendo todo por restablecer el orden constitucional para que cese la usurpación, logremos ese gobierno de transición y tener elecciones libres”.
Por esa “usurpación” que reclama la oposición, la Asamblea Nacional buscaría iniciar un Gobierno de transición. Sin embargo, este proceso puede demorar varios años e incluso hay quienes proyectan que podría permitirle a Maduro completar el sexenio de gobierno. Por eso, varios expertos constitucionales están abogando por la activación inmediata del artículo 233 de la constitución.
Ese articulo apunta: “Cuando se produzca la falta absoluta del presidente electo o presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente o presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el presidente o presidenta de la Asamblea Nacional”.
Esto significa para los opositores que ahora mismo la Asamblea Nacional podría juramentar a Guaidó como presidente encargado mientras se convoca a nuevas elecciones transparentes, libres y democráticas, porque ese vacío de poder —según la Asamblea opositora— ya existe según lo decretó el parlamento el pasado 9 de enero de 2017 y lo ratificó el pasado 28 de agosto.
Pero, ¿asumirá Guaidó la presidencia? “Eso va a significar eventualmente que con las competencias no solamente ese elemento sino todos los necesarios para lograr las tres fases que hemos determinado”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional.
Guaidó ha recibido el apoyo que de algunos gobiernos e incluso varias fuentes dijeron a CNN incluso que el presidente de Estados Unidos Donald Trump estaba considerando decretar o reconocerlo como presidente legítimo de Venezuela y no al presidente Nicolás Maduro.
“La Constitución es muy clara en su artículo 233. Esto es un elemento nada más constitucional. Esto no solamente es un elemento de ley en este momento en Venezuela. Esto es un elemento de una dictadura que estamos viviendo en el país, de desmontaje del Estado de Derecho, de persecución, de secuestro, de corrupción sin precedentes en la historia reciente de la humanidad”, dijo Guaidó.
La aplicación de ese artículo es, según el diputado, “un reconocimiento a la lucha del pueblo de Venezuela, un reconocimiento al sacrificio de tantos que en este momento me toca liderizar en el Parlamento nacional y por supuesto en la convocatoria que hemos hecho en la calle”.
Analistas como el consitucionalista José Vicente de Haro, consultado por CNN dicen que se debe juramentar a Guaidó, porque de lo contrario estarían incurriendo en una falla constitucional. Para De Haro, Juan Guaidó es el presidente electo legítimo de Venezuela. El senador estadounidense Marco Rubio, la semana pasada, tuiteó que le pidió a Trump que reconociera a Guaidó como “el legítimo presidente de transición de Venezuela si la Asamblea Nacional invoca el artículo 233 de la Constitución”. El Tribunal Supremo de Venezuela en el exilio coincide y ha pedido al parlamento activar el artículo. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, también pide que se use ese mecanismo: “el camino a la Democracia debe ser democratización a través del art. 233”, dijo en Twitter este lunes.
Pero no todos piensan así. El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, dijo el 15 de enero que “podemos hacer llamado a elecciones de cualquier Poder Público por esta Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” y aseguró que Maduro seguirá siendo el Jefe de Estado y que de hacerse las elecciones para el parlamento, “la Asamblea Nacional en desacato desaparece de inmediato”.
La abogada constitucionalista Olga Álvarez dijo en una entrevista con VTV a mediados de enero que no “existe la figura de vacío de poder en la Constitución porque tienes los mecanismos suficientes para que no haya problemas de gobernabilidad. A través del artículo 233 determinas cuáles son las causas para declarar la falta absoluta del presidente como renuncia, muerte”. A su vez, Claudio Fermín, exjefe de campaña del excandidato presidencial Henri Falcón, dijo a Vladimir Villegas que las elecciones del 20 de mayo de 2018 no pueden ser desconocidas. “Es un hecho que Maduro ganó las elecciones del 20 de mayo” y eso es lo que legitima el gobierno.
Una Asamblea ¿inválida?
En este momento existen en Venezuela una Asamblea Nacional, controlada por la oposición, y una Asamblea Nacional Constituyente, completamente oficialista. Cada uno de estos órganos legislativos desconoce la legitimidad del otro.
No obstante, este lunes el TSJ dijo que la Asamblea Nacional es inválida y que cualquier acuerdo presentado por los líderes del legislativo después del 5 de enero será nulo.
En declaraciones en Caracas, el juez Juan José Mendoza, uno de los líderes de la Sala Constitucional del Supremo, dijo que “la Asamblea Nacional no tiene una directiva válida” y que “usurpan su legitimidad”.
Mendoza también dijo que “en ningún caso y bajo ningún supuesto puede asumir un parlamento la acción de gobierno y la administración de la hacienda pública”, según el comunicado.
La Asamblea Nacional cuenta con el apoyo abierto de gran parte de la comunidad internacional, que los reconoce como poder único de Gobierno,
Guaidó convocó a la movilización ciudadana el 23 de enero para que se “respete” la Constitución. El 23 de enero es el aniversario del fin del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, en 1958.
El papel de los militares
La propuesta de Guaidó para acabar con el cese de la “usurpación” fue con un llamado a los militares: planteó una ley de amnistía, algo que surgió tras su breve captura y liberación por la policía política del gobierno venezolano, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), según sus propias declaraciones. Maduro calificó la detención de Guaidó como un “show” para los medios internacionales. Según Maduro, los hechos que ocurrieron este el 13 de enero se produjeron con la cooperación de funcionarios corruptos del Sebin, que ya fueron destituidos.
“Nosotros hemos hablado de amnistía y garantías para todos los que quieren restablecer el orden constitucional”, dijo Guaidó a CNN. “Voy a poner un ejemplo puntual ese decreto de amnistía depende de los militares: cuando nosotros entreguemos esa ley, ese decreto, en cada uno de los cuarteles, depende de sus hermanos en armas ejercerla. Y ahí estamos hablando de la construcción de capacidades. Son las Fuerzas Armadas en este momento los que deben ponerse del lado de la Constitución”.
¿Qué implica eso para los militares, según Guaidó? “Tienen que liberar inicialmente a esos 159 o más de 159 militares activos que están presos, porque ya hay un decreto y una ley que está preparando la Asamblea Nacional también de garantías para todos los que decidan colaborar con el restablecimiento del orden y la Constitución en Venezuela”.
Este lunes las autoridades venezolanas detuvieron a un grupo de soldados amotinados por robar armas de un puesto de avanzada de la Guardia Nacional, según un comunicado del ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
La declaración dijo que el levantamiento había sido sofocado y que las instalaciones militares del país seguían funcionando como de costumbre, “todas nuestras unidades operativas, dependencias administrativas e institutos de educación están funcionando con una normalidad completa y absoluta”.
Con información de Jorge Luis Pérez Valery y Kay Guerrero