Manchester, New Hampshire (CNN) – La senadora Amy Klobuchar parece dispuesta a decir una palabra que a menudo no pronuncian los candidatos presidenciales ansiosos por conquistar votos: No.
En un foro de CNN con votantes el lunes por la noche, la demócrata de Minnesota ofreció pocas promesas respecto a causas que se han vuelto populares entre la base progresista del partido. En cambio, dio respuestas detalladas sobre por qué no hay soluciones fáciles para estos desafíos, a pesar de lo que puedan escuchar de otros demócratas.
Con una campaña presidencial de tan solo ocho días, Klobuchar está probando el equilibrio entre el pragmatismo y la pureza, mientras se resiste al deseo de complacer al ala progresista del partido.
Su enfoque en el escenario del St. Anselm College, que recuerda las primeras conversaciones que ha mantenido con votantes en New Hampshire y Iowa, ofrece una idea de cómo espera diferenciarse de un grupo grande y todavía en crecimiento de aspirantes demócratas para el 2020. Incluso mientras promueve sus logros progesistas, ella está tratando de crear un camino más moderado, al tiempo que subraya su capacidad para lograr los objetivos que establece.
Los vientos de las primarias presidenciales demócratas están soplando ferozmente desde la izquierda, pero el lunes por la noche mostró pocas señales de inclinarse hacia ese lado.
Cuestionada sobre si apoyaría una propuesta de Medicare para todos, Klobuchar respondió: “Podría ser una posibilidad en el futuro. Estoy buscando algo que funcione ahora”. Dijo que se enfocaría en mejorar la Ley de Cuidado de Salud Asequible, para expandir tanto Medicare como Medicaid y crear una opción pública.
En cuanto al Nuevo Acuerdo Verde, ella elogió la idea, pero dijo que era difícil promulgar tales propuestas radicales en 10 años. “Creo que son aspiraciones”, dijo.
“La legislación real que uno hace”, agregó, “sabemos que habrá compromisos”.
Se comprometió en el primer día de su presidencia a que EE.UU. regrese al acuerdo climático de París y promulgar las reglas de energía limpia que el gobierno de Obama había apoyado.
Y cuando se le preguntó si apoyaba la universidad gratuita, ella respondió: “No, no estoy a favor de la universidad gratuita de cuatro años para todos”.
Mientras la multitud, entre ellos muchos estudiantes, escuchaba atentamente, ella dijo: “Si yo fuera un genio y pudiera ofrecerle eso a todos, lo haría”.
Dijo que su plan era facilitar a los estudiantes la refinanciación de sus préstamos, hacer que las universidades comunitarias sean gratuitas y extender las becas Pell.
Finalmente, agregó: “Tengo que decir la verdad. Tenemos esta creciente deuda de que la administración de Trump sigue empeorando. Tampoco quiero dejar eso sobre los hombros de todos, debemos tener un equilibrio”.
Es una pregunta abierta, por supuesto, si el camino para ganar la nominación presidencial demócrata descansa en el medio. La energía en el partido proviene de su ala izquierda, donde varios de sus rivales se están posicionando.
Mientras los demócratas se unificaron en torno a su oposición al presidente Donald Trump, el campo está comenzando a tomar nueva forma.
La senadora Kamala Harris mantiene su apoyo a una propuesta de Medicare para todos, al menos como una opción para abordar la crisis de la atención médica. La senadora Kirsten Gillibrand promueve su creencia en el Nuevo Acuerdo Verde. Y la senadora Elizabeth Warren impulsa un nuevo impuesto a la riqueza.
Un año antes de que comience la votación, esta serie de ideas liberales está creando pruebas de fuego tempranas y potencialmente estableciendo minas terrestres políticas a largo plazo. Lo que suena bien en una campaña primaria a menudo puede significar problemas en una elección general.
Las divisiones también se están viendo en el Senado, incluso en la votación de la semana pasada para evitar el cierre del gobierno. Klobuchar se unió a los senadores Sherrod Brown y Bernie Sanders para apoyar el proyecto de ley de gastos, mientras que los senadores Cory Booker, Harris, Gillibrand y Warren se opusieron.
Hay, seguramente, muchas más líneas divisorias por venir. Y en esta coyuntura temprana, la mayoría de los demócratas apenas están empezando a estudiar a los candidatos.
Pero a juzgar por la ovación de pie que recibió de la multitud el lunes por la noche, Klobuchar demostró que está abriéndose camino en un atestado grupo.
Ella llegó con sentido del humor y una disposición a decir que no. La pregunta, por supuesto, es cuán grande es el apetito por algo así en un partido que se mueve constantemente hacia la izquierda.