Nota del editor: Jhon Cisnero, economista venezolano, trabaja en asesoría financiera en Kapital Consultores. Es profesor de Contabilidad Financiera de la Universidad Católica Andrés Bello, así como articulista de Forbes, Investing.com y UCVEconoticias. Las opiniones expresadas en esta columna le pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN Español) – Después de un prolongado distanciamiento, el Fondo Monetario Internacional vuelve a Latinoamérica con la finalidad de mantener el equilibrio económico e incentivar el crecimiento, aunque algunos van a requerir más que una ayuda generosa.
El crecimiento de las economías para el mejoramiento de las sociedades es esencial, sin embargo, cada país es un caso único, aunque la mayoría de las veces se quiera catalogar a todos de la misma manera; lo que funciona para uno, puede que no funcione para otro. A través de la historia hemos visto cómo diversos países han sido víctimas de la mala administración, de errónea toma de decisiones, de guerras y devastaciones, eventos que los han encaminado a escenarios de crisis y miseria, es por ello que tenemos hoy en día el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo financiero internacional últimamente ha tenido protagonismo en Latinoamérica, principalmente en Argentina. El señor Roberto Cardarelli, quien encabezó la misión del FMI, emitió el 18 de marzo la siguiente declaración:
“El personal del FMI y las autoridades argentinas han llegado a un acuerdo sobre la tercera revisión del programa económico respaldado por el Acuerdo Stand-By. Sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo, Argentina tendría acceso a aproximadamente US$ 10.870 millones”. “Lograr un déficit primario cero en 2019 requerirá una mayor restricción en el gasto gubernamental”.
No cabe duda de que el gobierno de Macri no tiene el panorama fácil para este año, en donde se juega la reelección en medio de la recesión y unos precios indomables, tratando de posicionar a Argentina en un mejor escenario, pero por el momento sigue luchando para contrarrestar la inflación, de 3,8% para el mes de febrero, igual que la proyección del FMI para el promedio mundial durante este año. Disminuir la inflación o apreciar el efecto de determinadas medidas económicas no es un asunto que genera resultados de forma inmediata, considero que a pesar de los obstáculos Argentina tiene el potencial para una recuperación gradual y obtener este año una inflación menor a la del año anterior, aunque actualmente es el principal deudor del FMI al adquirir un crédito de 57.000 millones de dólares, y que la confianza de los ciudadanos pende de un hilo.
En el caso de Ecuador se puede ver otro panorama. Según un estudio del Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales de la Universidad de las Américas, entre 1983 y 2003 los gobiernos llegaron a acuerdos con el Fondo Monetario Internacional trece veces, en donde solo en tres ocasiones se cumplieron los compromisos y se accedió a los desembolsos. El 11 de marzo de este año el FMI aprobó un préstamo para Ecuador por 4.200 millones de dólares con la finalidad de reforzar la posición fiscal y mejorar la competitividad, con este acto finalizó el distanciamiento que existía entre las partes desde que el presidente Rafael Correa expulsó a una misión del FMI poco después de llegar al poder. Este caso es particular debido a que nos referimos a una economía dolarizada, es en este punto en donde existe un fuerte debate en lo que respecta a si se debe mantener la moneda local en casos de recuperación económica con la finalidad de eliminar la inflación, o se dolariza como lo hizo Ecuador, eliminando cualquier posibilidad de realizar una política monetaria.
El papel que desempeña el Fondo Monetario Internacional es de gran importancia en lo que respecta a la generación de credibilidad y confianza, no sólo a nivel del país al que se le otorga el préstamo, sino también a nivel de la comunidad mundial como variable determinante para incentivar la inversión extranjera; estos factores son indispensables al momento de implementar medidas económicas, sin ellos cualquier plan tendrá poca efectividad o estará destinado al fracaso.