Nota del editor: Stewart Patrick es miembro senior y Terrence Mullan es director asistente de instituciones internacionales y del programa de gobernanza global del Consejo de Relaciones Exteriores. Las opiniones expresadas en este comentario pertenecen a los autores.
(CNN) – En un mundo de problemas, la batalla contra el cambio climático debe tener prioridad. Ese es el mensaje claro de los 28 principales centros de pensamientos globales que conforman el Consejo de Consejos (CoC). El informe de cooperación internacional 2018-2019 del CoC, publicada el 7 de mayo, designa el calentamiento global como la principal prioridad internacional por primera vez en los cinco años de historia de presentación del informe. Por desgracia, esos mismos expertos ven pocas oportunidades de progreso en el próximo año.
Cada año, desde 2015, el Consejo de Relaciones Exteriores les ha pedido a los directores de los institutos del CoC que respondan tres preguntas: primero, ¿cómo calificaría la cooperación internacional el año anterior, tanto en general como en las 10 áreas principales? Segundo, ¿cómo deben los líderes mundiales priorizar estos 10 desafíos globales? Tercero, ¿cuál de estos temas ofrece la mayor esperanza de progreso el próximo año?
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Los resultados de este año dejan mucho que desear. El mundo obtuvo una modesta “C” por su desempeño general. Si bien fue una pequeña mejora con respecto a la incomodidad de C - del año pasado (una calificación menor), y la primera vez que la calificación aumentó desde que comenzó la encuesta, un poco de contexto pone el resultado en perspectiva. La calificación se produjo después de un atemorizante 2017 que vio a Estados Unidos y Corea del Norte enredándose con las amenazas de una guerra nuclear, lo que subraya la necesidad de seguir mejorando.
La cooperación internacional en áreas de temas individuales también fue mediocre. La calificación más alto, en promover la salud global, fue un B -. La mayor decepción fue en el campo de mitigar el cambio climático. Menos de cuatro años después del Acuerdo de París, la Tierra está camino a sobrepasar el aumento de 2 grados centígrados en las temperaturas promedio que los negociadores establecieron como un objetivo alternativo. Además, informes recientes sobre el calentamiento de los océanos, el colapso de la biodiversidad y los desastres naturales pintan una imagen terrible del futuro del planeta. La mitigación y adaptación al cambio climático recibió una C en 2018.
El mundo también obtuvo calificaciones mediocres en la expansión del comercio mundial, la mejora de la gobernanza cibernética, la proliferación nuclear y la gestión de conflictos internos. Este rendimiento poco inspirador refleja los desgastados fundamentos internacionales y nacionales del orden mundial. En el extranjero, se profundizan las tensiones geopolíticas y las rivalidades regionales. En casa, el populismo creciente, el proteccionismo y el nacionalismo están reduciendo el apetito por el compromiso.
Pero el mayor impedimento para la cooperación multilateral, según coinciden la mayoría de los expertos, es el programa “Estados Unidos Primero” del presidente Trump. Al renunciar al liderazgo global de Estados Unidos, al poner a prueba la solidaridad occidental y al aumentar las tensiones comerciales, el presidente de Estados Unidos está socavando la legitimidad y la estabilidad del sistema multilateral existente, contribuyendo a la sensación de un mundo a la deriva.
El mundo se ha beneficiado durante décadas de “un orden internacional en el que las reglas de tránsito están bien establecidas y son ampliamente observadas”, explica Michael Fullilove, director del Instituto Lowy en Sydney, Australia. “Pero cada vez más esas reglas están siendo cuestionadas, incluso por aquellos que las escribieron”.
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Las noticias no son del todo malas. Ante el atrincheramiento de Estados Unidos, el mundo se las arregla de alguna manera. Otros países están preparados para avanzar en la cooperación. La Unión Europea y Japón, por ejemplo, están expandiendo el comercio global a través de nuevos acuerdos bilaterales y regionales. China está avanzando en el desarrollo con su (admitida polémica) Iniciativa de Cinturón y Carretera. Mientras tanto, la Unión Europea está mejorando la gobernanza cibernética a través de su Reglamento general de protección de datos.
El informe del CoC señala una agenda global cambiante a lo largo de este panorama internacional incierto. Hace cinco años, los líderes de los grupos de pensamiento estaban preocupados por combatir el terrorismo y mitigar los conflictos violentos. Hoy, definen el principal desafío como ecológico: cooperar en el cambio climático para garantizar un entorno sostenible tanto para la naturaleza como para la humanidad.
Su segunda prioridad es administrar la economía global ante la creciente desigualdad, una situación subrayada por el hecho sorprendente de que las 26 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad (3.800 millones), según Oxfam.
Su tercera preocupación principal es preservar el régimen de no proliferación nuclear, en un momento en que los tratados existentes corren el riesgo de desmoronarse y Corea del Norte está probando la voluntad del mundo.
Por el contrario, la importancia percibida del terrorismo ha disminuido precipitadamente. Esto es, en parte, una función del éxito: los esfuerzos contra el terrorismo, incluida la eliminación del califato de ISIS, han reducido la amenaza yihadista. Ningún otro desafío internacional ha registrado mejoras similares en “calificaciones” desde 2015. Casi dos décadas después del 11 de septiembre, el terrorismo parece ser menos un peligro existencial.
Tal vez, la mayor conclusión de la boleta de calificaciones tiene sus implicaciones para Estados Unidos. Subraya las deficiencias del enfoque transaccional de Trump a la política exterior, así como los costos de hacerlo solo. Considera el comercio global. La administración Trump identificó correctamente las prácticas de distorsión del mercado por parte de China. Sin embargo, en lugar de reunir a los posibles aliados europeos (y otros), los alienó al imponer aranceles discriminatorios al acero y al aluminio.
La política internacional, como la naturaleza, aborrece el vacío. Cuanto más tiempo permanezca Estados Unidos al margen, mayores serán las oportunidades para que otras potencias se tomen el campo y configuren las reglas y los eventos globales para su ventaja.
La decisión de Trump de retirar las tropas estadounidenses de Siria empodera a Rusia e Irán en la región. A medida que EE.UU. se aleja de instituciones internacionales como las Naciones Unidas, China gana poder e influencia. Lo que le falta a Washington es una visión positiva de un orden mundial cooperativo y un compromiso renovado de Estados Unidos de forjar y defender sus normas y principios.