(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, saboteó su llamada máxima prioridad, el renegociado acuerdo comercial con México y Canadá en dos frentes diferentes la noche del jueves. Primero, al enojar a los demócratas clave de la Cámara de Representantes con su repentina decisión de poner en marcha un reloj de cuenta regresiva 30 días sobre el acuerdo, en una medida para presionar a la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi.
Segundo, al anunciar que impondría aranceles de manera gradual el 10 de junio (comenzando en 5% y aumentando hasta 25% en octubre) en todos los bienes importados de México. La justificación legal de la Casa Blanca probablemente enfrentará desafíos en los tribunales.
Los demócratas están enojados
Los legisladores y asesores demócratas estaban furiosos con la decisión de seguir adelante con el borrador de la acción administrativa, porque Pelosi había instado al representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, a no avanzar hasta que la Casa Blanca resuelva las diferencias con los demócratas de la Cámara. Un asesor demócrata le dijo a CNN que eso podría perjudicar las negociaciones con el Capitolio.
Se esperaba que Pelosi completaría los miembros de cuatro grupos de trabajo que negociarían el texto del proyecto legislativo para el viernes. Esas conversaciones ahora serán más tensas porque la administración les ha impuesto un límite de tiempo de 30 días: a fin de mes, Trump podrá seguir adelante con el proyecto. Esto podría tomar más tiempo, aunque el gobierno ha dejado claro que quiere que el USMCA sea aprobado antes de fin de año.
El representante demócrata de Virginia, Don Beyer, quien en general está a favor del comercio y se ha opuesto a los aranceles de Trump en el pasado, cuestionó los movimientos en un tuit el jueves por la noche:
“Las acciones de la Casa Blanca hoy sobre el comercio son francamente desconcertantes. Si Trump quiere evitar que el USMCA sea ratificado este año, es una gran manera de hacerlo”, escribió el representante demócrata en Twitter.
Los nuevos aranceles ponen en gran peligro las posibilidades del acuerdo comercial en México
El tiempo sobre esto es clave: el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, conocido por sus iniciales como AMLO, había pedido el jueves al Senado mexicano que convocara una sesión especial antes de la sesión prevista en septiembre para aprobar el USMCA. México ya ha aprobado una nueva ley de reforma laboral para cumplir con el acuerdo. Y ahora existe la posibilidad de que incluso si deciden aprobarlo —un difícil aumento en las circunstancias actuales— todos los bienes del país podrían enfrentar un arancel del 25% en Estados Unidos.
El NAFTA se deshizo en gran medida de los aranceles existentes entre los tres países, y el USMCA es muy similar. Los legisladores tendrán dificultades para ratificar un supuesto acuerdo de libre comercio cuando Trump no haya dado muchos detalles sobre lo que se requerirá, aparte de detener de alguna manera a toda la inmigración ilegal, para levantar los nuevos aranceles. Los funcionarios en México todavía están tratando de evitar este resultado. En una carta el jueves por la noche, AMLO instó a Trump a reconsiderar. “Recuerde que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato sino que actúo por principios: creo en una política que, entre otras cosas, se inventó para evitar la confrontación y la guerra”, escribió.
Los republicanos están preocupados, pero no está claro si esto estimulará la acción para evitar que Trump siga adelante con los aranceles
Los republicanos han sido deferentes a Trump en su guerra comercial con China, pero esto es completamente diferente: México es uno de nuestros más cercanos socios comerciales, y los republicanos apoyan abrumadoramente el libre comercio con el país.
El presidente del Comité de Finanzas del Senado, Chuck Grassley, criticó el jueves por la noche la decisión y dijo que es un mal uso de la autoridad arancelariaM Grassley advirtió que podría descarrilar el acuerdo comercial.
“Apoyo casi todas las políticas de inmigración del presidente Trump, pero esta no es una de ellas”, dijo Grassley en una declaración. Otros han seguido la postura de Grassley. Lindsey Graham, sin embargo, aprobó la medida en un tuit el jueves por la noche.
La dinámica aquí es un desafío para los republicanos. Trump está invocando estos aranceles en nombre de la seguridad fronteriza, algo en lo que los legisladores del Partido Republicano prefieren aliarse con él. Al condenar los aranceles, los republicanos tienen que caminar sobre una cuerda floja política. Un ejemplo de esto es la declaración del senador de Iowa, Joni Ernst: “Si bien apoyo la necesidad de una seguridad fronteriza integral y una solución permanente a la inmigración ilegal, este no es el camino correcto que se debe seguir. Le pido al presidente que reconsidere, y a los demócratas que trabajen con nosotros en encontrar una solución a la crisis humanitaria en nuestra frontera sur”.
¿Qué hay de Mitch McConnell?
El líder de la mayoría en el Senado también está caminando sobre la cuerda floja, apuntando con el dedo a los demócratas, pero tampoco está tomando una posición firme sobre el plan arancelario.
“Hay una grave crisis humanitaria en nuestra frontera sur, y ya es hora de que mis colegas demócratas tomen en serio una acción significativa. Como nuestro tercer socio comercial más importante, una relación económica sana y vibrante con México es una fuente vital de nuestra prosperidad conjunta”, dijo el líder de la mayoría en el Senado en un comunicado.
“Cualquier propuesta que afecte esta relación merece un examen serio y espero discutir este plan con mayor detalle con mis colegas y con la administración”.
La posición de la Casa Blanca
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, descartó cualquier preocupación legal con el anuncio de aranceles que hizo el presidente Trump.
Cuando Joe Johns de CNN le preguntó si existe la preocupación de que esta medida se discuta en los tribunales, Sanders dijo: “No, en absoluto. El presidente tiene la autoridad legal para hacer esto a través de IEEPA. De hecho, eso le da una autoridad mucho más amplia que la que él está tomando en este frente”.
IEEPA es la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que autoriza al presidente a regular el comercio después de declarar una emergencia nacional.
Sanders continuó: “Esta es una respuesta medida a la autoridad que él tiene, hay una jurisprudencia que la respalda desde donde se hizo esto en el pasado. Y nuevamente, el presidente cumplirá con su deber, sería bueno si el Congreso cumpliera con los suyos”.
Sin embargo, como informó ayer Kaitlan Collins, en privado, los funcionarios han admitido que no está claro que la Casa Blanca tenga la autoridad legal para imponer aranceles en esta escala. Les preocupa que, debido al alcance, el mandato pueda enfrentar desafíos legales que podrían dejarlo en los tribunales antes de que llegue el 10 de junio.
El resultado final
Después de que Trump eliminó los aranceles sobre el acero y el aluminio de Canadá y México hace un par de semanas, algunos expertos comerciales y legisladores esperaban que se estuviera volviendo más conciliador y centrado en su política comercial.
Expertos dijeron que tal vez, solo tal vez, le daría prioridad a sus negociaciones comerciales con China y evitaría otras peleas mientras trabajaba para asegurar la ratificación del USMCA. Después del jueves, está claro que ese no es el caso.
Trump le disparó a su equipo de comercio en el pie por un problema en gran parte no relacionado, y podría descarrilar completamente el acuerdo. Su decisión de enojar a los demócratas al iniciar la cuenta regresiva es al menos recuperable: las negociaciones podrían ir bien en los próximos 30 días, por muy improbable que pueda ser. Pero ratificar el acuerdo se volvió una tarea mucho más difícil en general.
– Joe Johns y Kaitlan Collins de CNN contribuyeron a este informe.