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¿Es sucia la política migratoria del presidente Trump?
02:13 - Fuente: CNN

(CNN) – El presidente de EE.UU., Donald Trump, está comenzando su semana de lanzamiento de la reelección advirtiéndole a sus partidarios que las encuestas, incluso las hechas por su propia campaña, y que muestran que está detrás del candidato demócrata Joe Biden, no son reales.

Trump habló este lunes, luego de que su equipo despidió a varios encuestadores cuyos reportes enojaron al presidente cuando lo mostraron con menos favorabilidad en estados como Michigan, Wisconsin y Pensilvania, que le abrieron camino el camino a la Casa Blanca.

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La controversia amenazó con restar valor al gran mitin de lanzamiento de Trump en Orlando, Florida, este martes por la noche, lo que supuso un gran revuelo para una campaña de reelección que, en realidad, ha estado en plena marcha desde que asumió el cargo.

En un tuit de la mañana del lunes, el presidente advirtió a sus seguidores que no creyeran en ninguna encuesta que lo mostrara detrás de los demócratas.

“Solo las encuestas falsas nos muestran detrás de Motley Crew. Nos está yendo muy bien, pero es demasiado pronto para concentrarnos en eso. ¡Mucho trabajo por hacer! ¡HAGAMOS A EE.UU. GRANDIOSO DE NUEVO!”, escribió Trump.

El tuit recordaba las instrucciones del presidente a sus partidarios el año pasado de “pónganos atención a nosotros” y no creer ninguna noticia que lo haga quedar mal: “Lo que estás viendo y lo que estás leyendo no es lo que está sucediendo”, dijo en julio de 2018.

Por razones de vanidad personal y necesidad política, el presidente no puede permitirse la impresión de que su candidatura a la reelección está en problemas, ya que su destino en noviembre de 2020 se basa en el aumento de gran entusiasmo entre su base política.

Pero su técnica característica de esbozar una realidad política alternativa se enfrentará a su prueba final en los próximos 17 meses, especialmente porque el límite máximo de sus calificaciones de aprobación que se ha mantenido obstinadamente de 40 puntos hacia abajo normalmente significaría problemas para un presidente que busca la reelección.

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Fuentes dijeron a CNN que el presidente ha estado enojado durante días por las encuestas internas que se filtraron a los medios de comunicación la semana pasada que lo mostraban perdiendo ante los demócratas, incluido Joe Biden, en estados como Michigan y Wisconsin.

La campaña de Trump ha rechazado públicamente los datos que dice que tienen semanas de antigüedad y no reflejan la situación actual, especialmente después de la conclusión de la investigación de Mueller.

Pero en privado, una persona familiarizada con la situación le dijo a CNN que los despidos tenían menos que ver con la calidad del trabajo de los encuestadores que con la calmar al presidente.

Trump, por lo general, es fulminante contra las encuestas que muestran que le fue mal mientras escoge aleatoriamente datos que, aunque dudosos, parecen mostrarlo en una posición política más favorable.

Persiguiendo a Biden

Pero la última intriga de la campaña puede ofrecer una vista de algunas de las incertidumbres y posibles debilidades que rodean la campaña de reelección de Trump justo cuando él busca potenciarla.

Cualquier reblandecimiento de la popularidad del presidente en el corazón de los estados de la clase trabajadora en el medio oeste del país deberían enviar señales de advertencia en su campaña debido a su camino relativamente estrecho para la reelección.

Quienquiera que salga elegido entre los más de 20 demócratas para enfrentar al presidente tendrá que estar preparado para un hombre que es experto en atacar a sus rivales, como lo demostró durante la campaña de 2016 y durante su presidencia.

Trump acusó a Biden de haber cambiado de opinión (más recientemente sobre el aborto) bajo la presión de demócratas más radicales en un video de una entrevista publicado el fin de semana.

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“Él ha recalibrado en todo”, dijo Trump a George Stephanopoulos, de ABC News. “Todo lo que ha dicho luego ha cambiado de opinión dos semanas después porque la izquierda lo ha atacado”.

Las señales de que Biden —que es el líder entre los demócratas— es una amenaza seria, resonarían más en la mente de Trump sobre un tema en el que ha pasado mucho tiempo agonizando, dicen las fuentes.

El presidente incluso atacó a Biden durante un reciente viaje a Japón, utilizando declaraciones contra la capacidad mental del exvicepresidente por parte de los medios de comunicación oficiales de Corea del Norte, para respaldar su caso.

Las encuestas filtradas podrían tener una doble consecuencia electoral, ya que parecen reforzar el argumento central de la campaña de Biden de que él es el demócrata con mayor probabilidad de enfrentar a Trump en 2020.

Pero fundamentalmente, un candidato que no puede soportar saber la verdad sobre su propia campaña no es alguien que pueda ser considerado en una posición fuerte en la víspera del lanzamiento formal de su segunda campaña, o que pueda realizar fácilmente ajustes tácticos que requieren todas las campañas de reelección exitosas.

La campaña que nunca terminó

Las encuestas estatales tempranas no siempre predicen cómo termina una carrera. Y otros presidentes en su primer mandato a menudo parecían más vulnerables de lo que resultaron ser después de meses en el camino.

Los presidentes en funciones, especialmente aquellos que dirigen una economía fuerte como Trump, históricamente han tenido una clara ventaja al buscar un segundo mandato.

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Y pocos políticos son tan buenos en definir y aniquilar a un rival de campaña como Trump. Entonces, de muchas maneras, la carrera 2020 no comenzará hasta que haya un candidato demócrata.

Sin embargo, el presidente no puede dar como excusa sobre los preocupantes resultados de las encuestas el argumento habitual de que él ha estado tan concentrado en gobernar que no ha tenido tiempo para la política.

De hecho, se espera que su reunión de lanzamiento de campaña en Orlando el martes por la noche cuente con una multitud desbordada e incluya al vicepresidente Mike Pence y la primera dama Melania Trump, algo que puede ser el lanzamiento de campaña más superfluo en la historia política de los Estados Unidos.

Trump no solo no dejó de estar en campaña después de su asombrosa victoria en las elecciones de 2016, sino que se ha dedicado casi todos los días a defender la legitimidad de su presidencia y alistándose para la reelección.

Elaborando su mensaje

En miles de tuits, veintenas de manifestaciones, discursos múltiples y amistosas entrevistas por televisión, Trump ha celebrado su triunfo de 2016 y ha cultivado obsesivamente su base política.

Pasó el fin de semana estableciendo el tono para su reelección, atacando a los demócratas, a la investigación sobre la trama rusa, a los medios de comunicación, promocionando su muro fronterizo y advirtiendo de un desastre nacional si pierde.

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En un tuit, el presidente se jactó de que la economía estaba estableciendo récords “y tiene un largo camino por recorrer…” aumentando, como es costumbre, la realidad como su mejor argumento para la reelección.

“Si alguien que no sea yo asume el control en 2020 (conozco muy bien la competencia), ¡habrá una caída de los mercados que no se ha visto antes! MANTENGAMOS A EE. UU. GRANDE”, escribió.

Trump generalmente ha buscado refugio en entrevistas amistosas dentro de la máquina de medios conservadora en los últimos meses. La entrevista de ABC parecía ser un intento de atraer a un público más amplio. Pero el plan puede haber sido contraproducente porque entregó días de titulares poco halagüeños para el presidente a medida que se publicaron extractos individuales.

Los tuits de Trump ofrecen una introducción en pocas palabras a su estrategia de reelección que probablemente se concretará el martes: hacer afirmaciones exageradas de su propio éxito, hablar sobre asuntos culturales y sociales que lo ayudaron a llegar al poder, y aumentar la ira contra quienes define como enemigos políticos.

Su retórica en las últimas semanas también sugiere que Trump hablará sobre los republicanos que lo respaldaron en 2016 de que ha trabajado incansablemente para honrar sus votos de campaña y ha demostrado ser un gran negociador, a pesar de la evidencia discutible.

Destacará la tasa de desempleo más baja en medio siglo, las reglamentaciones gubernamentales destruidas, la prohibición de viajar que según sus asesores mantienen a los estadounidenses seguros, la eliminación de un mandato clave de Obamacare y el aumento del gasto en defensa de los miembros de la OTAN.

Trump ya ha recaudado casi 100 millones de dólares para la campaña “Keep America Great” y ha aplastado la disidencia dentro del Partido Republicano para garantizar la mejor oportunidad posible de un partido unificado en el esfuerzo de reelección.

Reuniendo a la base en los estados que serán los campos de batalla

Es poco probable que el ajetreo en Washington sobre su campaña electoral penetre en las multitudes de la base política súper leal de Trump, especialmente en Florida, donde tuvo una gran participación en 2016, especialmente en el noroeste de esa zona del país.

Pero la decisión de comenzar allí en lugar de en su bastión del medio oeste es un recordatorio de que el llamado estado del sol será vital si la votación de 2020 es incluso más apretada que en 2016 y si algunos de sus campos de batalla vuelven al control demócrata.

Hasta ahora, toda la presidencia de Trump ha sido una apuesta para que los votantes leales que lo ayudaron a ganar en 2016 lo hagan nuevamente contra un demócrata que no se llama Hillary Clinton.

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La teoría de Trump / Pence 2020, iniciada en mítines de campaña inusuales durante la transición presidencial, desdeñó la ampliación de su base a favor de mantener a los votantes que lo idolatran motivados y lo suficientemente enojados como para regresar a los lugares de votación masivamente.

La carrera de 17 meses hasta el día de las elecciones que Trump previsualizará en Florida el martes por la noche probará si esa estrategia es una apuesta astuta en una nación que está más polarizada que en décadas anteriores.

O podría revelar que la tumultuosa presidencia de Trump no solo logró electrificar su base, sino que provocó una reacción demócrata que finalmente lo envíe a casa a Nueva York.

Es por eso que los datos de sondeo filtrados desde el interior de la campaña de Trump, ya sea que reflejen el estado actual de la carrera en el campo o no, podrían ser una señal temprana de peligro para Trump en 2020.

— Kaitlan Collins de CNN, Jeff Zeleny, Jeremy Diamond y Sarah Westwood contribuyeron a este informe.