(CNN) – Camboya se ha convertido en el más reciente país asiático en rechazar los envíos de residuos enviados a sus costas por compañías occidentales para su procesamiento.
Funcionarios de Camboya anunciaron el miércoles que enviarán 1.600 toneladas de basura al lugar de donde provinieron: Estados Unidos y Canadá.
Este martes había 83 contenedores de desperdicios plásticos en el puerto principal de Sihanoukville, dijo Neth Pheaktra, secretaria de Estado y portavoz del Ministerio de Medio Ambiente.
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Los contenedores, abiertos por funcionarios de aduanas e impuestos especiales, fueron etiquetados como “productos reciclables” sin etiquetas de residuos plásticos, dijo Pheaktra.
El Ministerio de Aduanas ahora está investigando cómo terminaron los contenedores en Camboya y qué compañías o grupos están detrás de la importación. Si son descubiertos, serían multados y llevados a la corte, dijo Pheaktra. Mientras tanto, el gobierno federal comenzará el proceso de devolver la basura a Estados Unidos y Canadá.
“Camboya no es un basurero donde los países extranjeros pueden deshacerse de los desechos electrónicos desactualizados, y el gobierno también se opone a cualquier importación de desechos plásticos y lubricantes que se reciclarán en este país”, dijo Pheaktra.
Este es solo el último incidente en una crisis de basura global, en la cual los desechos electrónicos, plásticos y otra basura de países mayormente occidentales se envían al sudeste asiático.
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El año pasado, China prohibió las importaciones de residuos plásticos como parte de una iniciativa para limpiar su medio ambiente. Ese movimiento causó un efecto dominó en las cadenas de suministro globales, ya que los intermediarios buscaban nuevos destinos para su basura, como Malasia o Filipinas.
Este giro de las importaciones de basura ha creado una industria ilícita de recicladores de plástico sin licencia. A principios de este año, en Malasia, una ofensiva del gobierno encontró al menos 148 fábricas de reciclaje sin licencia que contaminan las comunidades locales con gases tóxicos y contaminan los cuerpos de agua.
En respuesta, los gobiernos están tratando de reprimir y contener la entrada de basura. A principios de este año, Filipinas y Canadá iniciaron una disputa diplomática prolongada sobre el tema de la basura importada, creciendo tan acaloradamente que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, llamó a consultas a su embajador en Ottawa, antes de que Canadá aceptara retirar 2.450 toneladas de basura en mayo.
También en mayo, Malasia devolvió 450 toneladas de residuos plásticos a sus países de origen, incluidos el Reino Unido, Canadá, los Estados Unidos, Japón y los Países Bajos.
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Mientras los países combaten los desechos de los demás, también han hecho esfuerzos de colaboración para detener la crisis. Los gobiernos de 187 países acordaron controlar el movimiento de desechos plásticos entre las fronteras nacionales en mayo al agregar plástico al Convenio de Basilea, un tratado regulatorio internacional.
La medida fue “un paso muy positivo para corregir este desequilibrio y restaurar una medida de responsabilidad ante el sistema mundial de gestión de residuos plásticos”, dijo el World Wildlife Fund.