(CNN) – Más de 50 reclusos fueron asesinados durante un motín en una prisión en el norte de Brasil el lunes, según las autoridades locales.
Jarbas Vasconcelos, el superintendente del sistema penitenciario en el estado de Pará, dijo que 16 de los 57 reclusos que murieron en la prisión de Altamira el lunes fueron decapitados. El resto murió por asfixia.
El incidente es el más reciente de una serie de incidentes de violencia mortal que han afectado a las cárceles de Brasil en los últimos meses.
En mayo, 55 reclusos fueron asesinados en disturbios relacionados con pandillas en cuatro cárceles en el oeste de Brasil.
Las autoridades penitenciarias locales dijeron en ese momento que las muertes eran el resultado de violentos enfrentamientos entre facciones rivales dentro de la misma banda de narcotraficantes, conocida como la Familia del Norte.
Grupos de derechos humanos han acusado al Gobierno de hacer muy poco para prevenir la violencia en las cárceles, que se han convertido en centros de reclutamiento de pandillas, e incluso lo acusan de facilitar los enfrentamientos al permitir que las celdas se saturen.
Los enfrentamientos representan un desafío para el nuevo presidente de extrema derecha, Jair Bolsonaro, pero también podrían terminar dando un impulso a su aprobación, ya que se lo considera duro con el crimen y anteriormente prometió tomar medidas enérgicas contra las pandillas criminales y la violencia en las prisiones.
El estado de Pará queda al norte, a unos casi 2000 km de Brasilia.