CNNE 674201 - congresistas votan resolucion en repudio a tuits racistas de trump
Tensión en la Cámara de Representantes por votación para repudiar tuits racistas de Trump
02:52 - Fuente: CNN

(CNN) – El presidente Donald Trump, en medio de una pelea racialmente cargada con el representante negro Elijah Cummings, demócrata por Maryland, envió un mensaje a Estados Unidos el martes por la mañana frente a la Casa Blanca.

“Soy la persona menos racista que hay en cualquier parte del mundo”, dijo Trump. “Lo que he hecho por los afroamericanos en dos años y medio ningún presidente ha podido hacer algo así”.

Lo cual, bueno, wow.

La afirmación es, obviamente, ridícula. Para decir lo obvio, no existe una medida conocida que nos permita cuantificar cuán racista o no es una persona. Y si esa medida existiera, Donald Trump no sería la persona menos racista del mundo, ni nada parecido.

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Desde sus primeros días como empresario en los que él y su padre fueron acusados de discriminación racial en materia de vivienda por el Departamento de Justicia (el caso finalmente se resolvió), hasta su campaña de 2016 en la que traficaba agresivamente con ánimos raciales y estereotipos, hasta su presidencia, que ha estado marcada por sus comentarios de que ambas partes tuvieron la culpa de la violencia de los supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, toda la vida de Trump ha sido un estudio de caso sobre mensajes codificados y cosas peores.

Sin mencionar sus recientes tuits dirigidos a las representantes demócratas novatas Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, Ilhan Omar de Minnesota, Rashida Tlaib de Michigan y Ayanna Pressley de Massachusetts, en las que, en esencia, le dijo al cuarteto que volvieran de donde vinieron.

Luego está la afirmación de que “ningún presidente ha podido hacer algo como” lo que Trump ha hecho por los negros, una referencia presumiblemente a la baja tasa de desempleo del 6% en la comunidad negra. Puedo disputar esa afirmación evidentemente falsa en solo dos palabras: “Abraham Lincoln”. O dos más: “Lyndon Johnson”. Gracias, siguiente. (Además, la tasa de desempleo de negros ha estado disminuyendo de manera relativamente constante durante años).

¿A qué está jugando Trump aquí, entonces? No es complicado: está sobrecompensando.

En algún lugar en los recovecos de su cerebro, Trump sabe que su historial en cuanto a raza es, eh, poco estelar. Así que para encubrir eso, sobrecompensa salvajemente. No solo no es racista. Es la “persona menos racista del mundo”. No solo ha hecho algunas cosas buenas para la comunidad negra, ha hecho las mejores cosas de la historia.

Piensa en este tipo de afirmación por fuera del mundo de la política. Digamos que sales a tomar algo con algunos compañeros de trabajo nuevos, una especie de salida para conocerse. Y la conversación se dirige al tema de en cuál universidad estudiaron y si les gustó. Y notaste que mucha gente fue a las escuelas de la Ivy League, y tú no. Si interviniste por casualidad en la conversación diciendo que entrar a tu escuela era realmente más difícil que muchas de las llamadas universidades Ivies y que te graduaste No. 1 en tu clase y que rechazaste a todas las Ivies porque no te importaba el nombre y el prestigio, ¿qué pensarían tus nuevos colegas de ti?

Ellos, por supuesto, pensarían que estás compensando drásticamente. Si estuvieras totalmente tranquilo y cómodo con el lugar donde fuiste a la universidad, lo que aprendiste allí y el tipo de persona en la que te ayudó a moldearte, no necesitarías tratar de convencer a todos tus nuevos colegas al respecto. ¿Correcto? ¡Correcto!

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Las personas inteligentes no necesitan hablar sobre lo inteligentes que son. Los grandes atletas no necesitan entretenerte con historias de sus logros atléticos. Y las personas que no son racistas no necesitan decir que son las personas menos racistas del mundo.

La sobrecompensación de Trump en cuanto a la raza dice mucho. Al igual que su aparente disposición a simplemente inventar cosas sobre cuánto apoyo tiene en la comunidad negra.

“El pueblo afroamericano ha estado llamando a la Casa Blanca”, dijo el presidente el martes por la mañana. “Nunca estuvieron tan contentos con lo que hizo un presidente”.

¿En serio? ¿El “pueblo afroamericano” acaba de llamar casualmente a la Casa Blanca? ¿Cómo obtuvieron el número? ¿Con quién hablaron? ¿Cómo sabía la persona con la que hablaban que era negra? ¿Y cómo esa persona transmitió la información al presidente de Estados Unidos?

Todo esto es totalmente ridículo, por supuesto. Ni siquiera el más ferviente partidario de Trump puede, con una cara seria, creer a) que Trump es la persona menos racista del mundo, b) que ha hecho más por las personas negras en dos años y medio que cualquier otro presidente o c) que la operadora de la Casa Blanca está abrumada con llamadas de personas negras que le dicen al presidente lo emocionadas que están con él.

La sobrecompensación de Trump en cuanto a la raza es tan grande, sin embargo, que parece permitirle convencerse de que él es lo que dice ser. Que es, bueno, realmente otra cosa.