(CNN) – La segunda noche del debate presidencial demócrata en Detroit ha terminado.
Lo vi, tuiteé y tomé muchas notas. Estos son los mejores y los peores momentos de la noche, sin ningún orden en particular. (Mis ganadores y perdedores del debate demócrata del martes están aquí).
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GANADORES
Cory Booker: El senador de Nueva Jersey tuvo un muy buen debate. Aparte de su boba mofa de los llamados “temas de conversación republicanos” (hablaremos de eso más adelante), Booker fue un guerrero feliz, equilibrando los ataques (principalmente contra el exvicepresidente Joe Biden) con un comportamiento optimista. Booker habló con fuerza sobre la reforma de la justicia penal y la inmigración. Y tuvo un muy buen punto cuando hizo notar que Biden estaba tratando de jugar dos juegos respecto al ex presidente Barack Obama: darse el crédito cuando le funciona y distanciarse del legado de Obama cuando eso es más conveniente políticamente. Booker tiene un considerable don natural como precandidato y estos brillaron el miércoles por la noche.
Tulsi Gabbard: La congresista de Hawai llegó a este debate como una de las aspirantes menos conocidas. Eso debería cambiar, al menos un poco, tras su buen desempeño. Gabbard fue razonable, pero también mordaz: le hizo un daño importante a Harris hablando de la reforma de la justicia penal. Se le vio preparada y bien informada en todo momento. Y aprovechó al máximo el tiempo relativamente limitado que tenía para hablar, el cual utilizó para mencionar su currículum, en particular que sirvió en la Guerra de Iraq. En general, un muy fuerte rendimiento.
Julián Castro: Dos veces ya es una tendencia. Y han sido dos debates seguidos en los que el exalcalde de San Antonio se ha destacado, en el buen sentido. Probablemente tuvo la frase de la noche, golpeando a Biden con este martillo: “Parece que uno de nosotros aprendió las lecciones del pasado y el otro, no”. Castro fue contundente y efectivo en materia de inmigración y realmente le dio una lección al alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, sobre cómo manejar el caso del policía que ahogó a Eric Garner. El desafío para Castro ahora es calificar para los debates de septiembre y octubre, lo que podría ser algo complicado, especialmente porque necesita reunir 130.000 donantes. Si Castro puede llegar a los dos próximos debates, realmente podría hacer ruido en la carrera.
Joe Biden: Esta fue una decisión difícil. Estuve analizando la actuación de Biden durante las dos horas. Por un lado, Biden fue MUCHO más activo, enérgico y contundente en este debate que en el primero en Miami. Pero eso por sí solo no lo vuelve un ganador. La verdad es que este fue un debate profundamente desigual para el exvicepresidente. En algunos momentos se mostraba bastante fuerte, especialmente cuando iba tras los senadores Kamala Harris (California) y Booker (Nueva Jersey). Pero a Biden se le notaba mucho menos confiado cuando estaba bajo ataque, en particular, una vez más, cuando el tema se centró en la raza y la reforma de la justicia penal, aunque como favorito, resistió el fuego durante todo el debate. Biden también batalló en varias respuestas para soltar las palabras correctas en el momento correcto. Y continuó deteniéndose para pensar e inmediatamente dejaba de hablar cuando se le agotaba el tiempo. Súmenlo todo y creo que Biden terminó haciendo “solo” lo suficiente para callar, si no es que silenciar, las dudas sobre si está preparado para el puesto. Eso, más las dificultades de Harris, es lo que llevó al exvicepresidente a la columna de “ganar”. Por poco.
Investigación del rival: No es un trabajo glorioso o de alto perfil – como gerente de campaña o secretario de prensa– pero hombre, es importante para el éxito de una campaña tener un equipo de investigación del rival realmente bueno. Tanto Biden como Gabbard utilizaron efectivamente la investigación sobre los rivales hecha por sus equipos. Y la senadora Kirsten Gillibrand (Nueva York) tuvo una gran investigación de sus rivales, pero la arruinó al no usarla en el debate real. (MUCHO más sobre eso más adelante). ¡Consíganse buenos investigadores del rival, gente! Pueden ser la diferencia entre ganar y perder.
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PERDEDORES
Kamala Harris: La senadora de California se enteró el miércoles por la noche de lo difícil que es ser el atacado y no el que ataca. Desde el principio, Biden fue sobre Harris por su historial como secretaria de justicia de California. Pero también lo hicieron Gillibrand y el senador Michael Bennet (Colorado). Y vaya, vaya, Gabbard la persiguió, usando el manual de investigación del rival contra Harris respecto a su historial en California. A veces, Harris respondió bien a esos ataques, pero no de forma suficiente. En cuanto a la reforma de salud y la justicia penal, batalló para defenderse ante los repetidos ataques a su historial; ella terminó diciendo simplemente que todos lo demás en el escenario no estaban diciendo la verdad sobre ella. ¿De verdad, todos? Harris no tuvo un mal desempeño; simplemente no estuvo a la altura de las altas expectativas que generó en el primer debate.
Barack Obama: Aparte de Biden, no hubo en el escenario muchos defensores de los ocho años del último presidente demócrata en la Casa Blanca. Obviamente, fue un intento de quitarle a Biden el crédito por los logros de la administración Obama. Pero demos un paso atrás: Obama sigue siendo muy popular entre la base de votantes demócratas. Me pareció muy extraño que nadie en el escenario que no se llamara “Joe Biden” dijera algo como esto: “Miren, yo amo a Barack Obama y admiro lo que hizo en la Casa Blanca. Pero Joe Biden no es Barack Obama”. O algo así. (Vale la pena señalar que Castro elogió el manejo de la economía por parte de Obama ¡y la multitud lo aplaudió!).
Kirsten Gillibrand: La senadora de Nueva York necesitaba un buen momento. Y pudo haberlo tenido con su investigación al rival sobre un artículo de opinión de Biden en el que este expresó su preocupación por el deterioro de la familia si la mujer trabajaba fuera de la casa. ¡Pero ella lo adelantó hace seis días! Y entonces Biden estaba completa y totalmente listo para ello, y dio una respuesta sólida al citar sus propias experiencias personales como padre soltero y señalar que tanto su esposa fallecida como su esposa actual siempre habían trabajado fuera del hogar. Nunca entenderé por qué Gillibrand le avisó días antes a Biden con qué iba a golpearlo. Una enorme oportunidad perdida para un candidato que no podía permitírselo.
“Temas de conversación republicanos”: El martes por la noche fue cuando empezamos a escuchar esta respuesta despectiva a preguntas legítimas sobre los planes de los aspirantes. Y tanto Harris como Booker la utilizaron el miércoles por la noche para evadir preguntas completamente razonables. No se equivoquen: esto es una puntada. Es evidencia de que un candidato no tiene una buena respuesta a una pregunta difícil. Y eso debería preocupar a cualquier demócrata que esté buscando elegir a un aspirante que se enfrente cara a cara con un luchador callejero como el presidente de Estados Unidos.