(CNN Español) – Sin dar un número exacto, el secretario de Seguridad de México, Alfonso Durazo, dijo este martes que ya hay personas detenidas vinculadas a la masacre de la familia LeBarón, en la que murieron entre otros, seis menores.
Durazo declinó dar más información y adelantó que serán la Fiscalía General de la República y la Fiscalía del estado las que ofrecerán más detalles de las detenciones.
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Este lunes, el secretario de Exteriores de México, Marcelo Ebrad, le dio la bienvenida al FBI para que investigue esta masacre, pero bajo ciertas condiciones.
Según Ebrad, los agentes del FBI no pueden estar armados y “no pueden llevar a cabo procedimientos” a menos que sea a través del fiscal general de México, deben estar acompañados cuando hablen con testigos y deben informar al Gobierno de México su ubicación.
“Hemos mantenido el contacto con la familia LeBarón y ellos dicen que la mayoría de la familia permanecerá en México”, agregó Ebrad.
El domingo el FBI dijo que se involucraría en la investigación de los ciudadanos mexicano-estadounidenses luego de que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador los invitara a “acompañar la investigación”.
Tres mujeres y seis niños, todos de fe mormona, fueron asesinados a tiros en las montañas el 4 de noviembre cuando presuntos carteles de la droga abrieron fuego en un remoto camino de tierra en el estado de Sonora.
La horrible masacre a plena luz del día sorprendió incluso a un país devastado por la violencia de las drogas y en camino a un número récord de homicidios este año. La caravana que transportaba mujeres y niños fue emboscada y rociada con cientos de rondas de municiones. Una madre fue abatida a tiros mientras rogaba que los niños se salvaran.
Un grupo criminal conocido como Los Salazar, del estado de Sonora, intercambió disparos con miembros de La Línea, el brazo armado del cártel de Juárez con sede en Chihuahua. La Línea luego envió un grupo armado para evitar que sus rivales ingresen a Chihuahua, dijo el general Homero Mendoza, jefe de gabinete de defensa nacional de México. Esos pistoleros podrían haber confundido los vehículos de las familias con los SUV de sus rivales.
A nivel estatal, el fiscal general de Chihuahua, César Peniche Espejel, ofreció otra teoría: un grupo de narcotraficantes conocido como Los Jaguares, una rama del cartel de Sinaloa, podría haber estado detrás de la masacre.