Washington (CNN) – Nuevas y dramáticas revelaciones en el primer día de las audiencias públicas en el proceso de juicio político de la Cámara de Representantes pintaron una imagen condenatoria de Donald Trump como un presidente dispuesto a sacrificar los intereses de Estados Unidos en favor de los suyos.
En el paso más crítico hasta ahora en la investigación sobre el supuesto esquema de Trump para obligar a Ucrania a ayudarlo en su campaña de reelección, los demócratas plantearon a todos los ciudadanos estadounidenses una cuestión que está en el centro de este oscuro capítulo nacional.
“Si esta no es una conducta para un juicio político, ¿qué sí lo es?”, preguntó el presidente de la Comisión de Inteligencia de la cámara, Adam Schiff, un demócrata de California, quien dijo que los valores de la república y el concepto de una presidencia responsable para las generaciones futuras estaban en juego.
Teniendo como primeros testigos a dos diplomáticos de conciencia y apolíticos que dedicaron sus vidas al servicio a la nación, los demócratas construyeron la base para cimentar el caso de que Trump abusó de su poder superior. Es una historia que seguramente se desarrollará una y otra vez en las próximas semanas, ya que los legisladores contemplan la posibilidad de asestar a Trump el estigma histórico de ser apenas el tercer presidente en ser llevado a juicio político.
En el momento más llamativo del miércoles, el principal diplomático estadounidense en Ucrania, Bill Taylor, reveló una llamada previamente no revelada entre Trump y el embajador estadounidense en la Unión Europea, Gordon Sondland, que tuvo lugar un día después de la notoria conversación de Trump con el presidente de Ucrania en julio.
Dijo que un asistente, que escuchó la llamada en un teléfono móvil mientras estaba en un restaurante, en un escenario que planteó preocupaciones de seguridad nacional, informó que Trump le preguntó a Sondland acerca de “las investigaciones” sobre el ex vicepresidente Joe Biden que había solicitado al presidente Vlodymyr Zelensky.
Trump dijo a periodistas el miércoles que no recordaba ese hecho.
“No sé nada de eso. Primera vez que lo escucho”, dijo Trump en la Casa Blanca. “En cualquier caso, es más información de segunda mano. No la recuerdo, en absoluto, ni siquiera un poco”.
El nuevo detalle da un golpe a las afirmaciones republicanas de que no hay evidencia de ningún vínculo directo entre Trump y un intento de presionar a Ucrania para investigar a Biden. Como Trump afirmó anteriormente sobre Sondland: “No conozco al caballero”, el testimonio también abrió nuevos agujeros en las negaciones de Trump. Y ya generó una presión extrema sobre el propio Sondland, quien debe testificar la próxima semana.
Taylor y su colega George Kent, subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, también dieron testimonio que respalda la teoría de que Trump exigió información política negativa sobre Biden.
En un mundo político gobernado por los hechos y donde las diferencias polarizadas aún permiten un debate desapasionado, la posición de Trump empeoró de manera inconmensurable durante un intenso día de testimonio.
Pero sus aliados republicanos, que en su mayoría lo defendieron con temerosas teorías conspirativas de los medios conservadores y quejas sobre el proceso subrayaron la abrumadora tarea demócrata que se avecina. Los perros de ataque del Partido Republicano pueden haber logrado complicar lo que los demócratas esperaban que fuera un caso fácil de entender y que podría convencer al público de la mala actuación de Trump de una manera que el voluminoso informe de Rusia del ex fiscal especial Robert Mueller no pudo hacer. Los demócratas deberán hacer más para cristalizar todos los testimonios que se avecinan en un caso convincente y conciso que podría cambiar los vientos políticos.
No hay colapso evidente aún en la defensa de Trump
Si los demócratas quieren lanzar un intento a largo plazo para derrocar a Trump, deben romper la presa del apoyo republicano creado por un presidente que tiene un control extraordinario sobre su partido. Su objetivo a largo plazo de dañar a Trump con el proceso de juicio político tanto que su campaña de 2020 se convierta en una tarea imposible puede ser un objetivo más factible.
Al comienzo de las audiencias, todavía no hay señales de un colapso en el apoyo republicano de Trump.
A diferencia de la era de Richard Nixon, una batería de expertos conservadores de los medios, locutores de radio y partidarios de Trump en horario estelar de Fox News tienen la potencia para movilizar a los votantes republicanos y mantener intacta la coalición de Trump en Washington.
Sin embargo, en el caso de un juicio político posterior, los senadores republicanos pueden ser un poco más impasibles ante la presión que el grupo de Trump en la Cámara de Representantes, especialmente aquellos que enfrentan duras contiendas por la reelección en estados en disputa.
Aún así, uno de los defensores más comprometidos de Trump, el representante de Ohio Jim Jordan, afirmó que la táctica inicial de los demócratas fue un fracaso.
“Creo que es un capítulo triste para el país pero, francamente, un buen día para los hechos y para el presidente de Estados Unidos”, dijo.
Sin embargo, a veces, el contraataque republicano falló gravemente. En un momento dado, el abogado republicano Stephen Castor, quien luchó por establecer una línea constante de preguntas, hizo que Taylor se echara a reír cuando trató de hacer que aceptara que el canal de puerta trasera del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, para tratar sobre Ucrania no era “tan estrambótico como podía ser”.
“No es tan estrambótico como podría ser, estoy de acuerdo”, dijo Taylor.
Pueden pasar días antes de que quede claro cómo se desarrolla el drama de Washington en toda la nación.
Pero a algunos votantes en el Condado de Maricopa en Arizona, crucial distrito en disputa en 2020, no les gustó lo que escucharon sobre la conducta del presidente.
“Ya no reconozco al Partido Republicano de mi juventud”, dijo Carly Rebuck, de 38 años, quien no votó por Trump la última vez y cree que debería ser destituido.
Boyce O’Brien, un republicano registrado que ha vivido en Phoenix durante 22 años, también criticó al partido.
“¿Dónde están esos republicanos cristianos cuando se trata de integridad? Han ignorado lo que ha hecho este presidente”, dijo a Kyung Lah de CNN.
Pero Kent Jeffers, un visitante de Wisconsin, dijo que las audiencias no afectarán su apoyo a Trump.
“Es un bloque constante de todo lo que el presidente Trump está tratando de hacer. Está bien, Mueller no lo entendió. Otras personas no lo entendieron. Ahora necesitamos encontrar otra narrativa. Creo que todos están entumecidos”, dijo Jeffers.
Trump ‘se preocupa más por Biden’ que por Ucrania
El plan demócrata durante las próximas dos semanas es mantener un ritmo de testimonios diseñados para demostrar que Trump secuestró los intereses de la política exterior de Estados Unidos para obtener un beneficio político deshonesto.
Este esquema supuestamente ignoró la desesperación de una democracia en lucha que enfrenta una invasión rusa y que necesitaba 400 millones de dólares en ayuda militar estadounidense para sobrevivir.
Como Taylor, parafraseando un comentario de Sondland, lo expresó: Trump “se preocupa más por las investigaciones de Biden” que por Ucrania.
El miércoles fue un día de contrastes.
Taylor y su colega Kent, vestido con pajarita, emergieron de la oscuridad de décadas de servicio en el Servicio Exterior para hacer una demostración de deber y moderación que marcó una clara distinción del invernadero hiperpartidista en la sala de audiencias de la cámara.
Taylor, un veterano de la guerra de Vietnam que contra su mejor opinión fue enviado a Kiev para reemplazar a Marie “Masha” Yovanovitch, le recordó repetidamente a los legisladores que no tenía motivación política.
Kent y Taylor fueron el epítome del consenso diplomático posterior a la Segunda Guerra Mundial que ve los intereses de Estados Unidos mejor promovidos a través del liderazgo global y las alianzas transatlánticas.
“La seguridad y la prosperidad de Europa contribuyeron a nuestra seguridad y prosperidad”, dijo Kent.
Pero esta es una cosmovisión convencional que Trump, con su perspectiva de “Estados Unidos Primero” y la desconfianza hacia los aliados que él ve como abusivos, quiere destruir.
El representante Devin Nunes, un acérrimo aliado de Trump, calificó a ambos testigos como ciudadanos de una “burocracia politizada” que había causado un daño inmenso a la fe de los estadounidenses en el gobierno.
“Los elementos del servicio civil han decidido que ellos, no el presidente, están realmente a cargo”, dijo el republicano de California.
Como para subrayar el abismo en las visiones rivales del papel global de Estados Unidos, Trump apareció en una conferencia de prensa con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, cuando terminó la audiencia.
El presidente elogió a Erdogan, cuyas fuerzas atacaron a los aliados kurdos de Estados Unidos en una operación reciente en Siria autorizada por Trump. Y en otra afrenta a los valores tradicionales de Estados Unidos, Trump bromeó sobre el amigable grupo de prensa que viaja con Erdogan. Los periodistas han sido detenidos y encarcelados en masa en Turquía.
Para Schiff, las próximas semanas servirán para probar que los valores y el comportamiento de Trump son inconsistentes con las expectativas de un presidente.
En su declaración final, dijo que el proceso se trataba de “si estamos preparados para aceptar en en el presente de Estados Unidos una situación en la que el presidente, para su propio beneficio personal o político, puede condicionar la ayuda militar, las reuniones diplomáticas o cualquier otra actuación de un acto oficial con el fin de obtener ayuda para su reelección”.