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Trump cambia de opinión sobre su abogado Rudy Giuliani
02:44 - Fuente: CNN

(CNN) – Durante los últimos tres años, Rudy Giuliani pareció recorrer el mundo con impunidad como una especie de embajador sin principios del presidente Donald Trump, haciendo a un lado las preocupaciones de los asesores y diplomáticos de seguridad nacional de EE. UU. mientras cumplía las órdenes del presidente.

Pero nuevos informes sugieren que el hombre alguna vez aclamado como el “alcalde de Estados Unidos” perseguía simultáneamente su propia fortuna, y su aparente autocontratación ahora está bajo un escrutinio tan intenso que incluso el presidente busca distanciarse de el que es su abogado personal.

El miércoles fue un día terrible para el exalcalde de Nueva York cuando el escrutinio sobre él se intensificó con nuevos reportes de The New York Times y The Washington Post acerca de sus negocios.

Los reportes exponen el retrato de un hombre que aprovechaba su estrecha relación con el presidente mientras exploraba acuerdos lucrativos en Ucrania que mejorarían la influencia de su firma, Giuliani Partners, y su riqueza personal.

Las revelaciones poco halagüeñas llegan en un momento en que los legisladores están investigando los motivos detrás de los esfuerzos de Giuliani para expulsar a la exembajadora de Ucrania Marie Yovanovitch – ya sea a instancias de Trump o de funcionarios ucranianos que la querían fuera. CNN también informó que fiscales federales están examinando los acuerdos comerciales de Giuliani como parte de una indagatoria más amplia sobre sus socios comerciales en una investigación que podría incluir cargos penales que van desde conspiración, obstrucción de la justicia, violaciones de financiamiento de campañas y lavado de dinero.

Los lazos de Giuliani

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Los fiscales federales en Nueva York están investigando los lazos de Giuliani y sus asociados con la compañía estatal de petróleo y gas de Ucrania. Y el miércoles, KFile de CNN informó que Giuliani ha dado respuestas inconsistentes sobre sus conexiones con un oligarca ucraniano con el que previamente dijo que “no tenía nada que ver”.

La apretada apisonadora legal alrededor de Giuliani aparentemente llevó a Trump a decirle al presentador de radio conservador Bill O’Reilly el martes por la noche que no tenía idea de lo que el exalcalde de Nueva York realmente estaba haciendo en Ucrania, ya que esa conducta sigue siendo objeto de escrutinio candente en la investigación para el juicio político en la Cámara de Representantes.

En un patrón que recuerda la forma en que Trump trató con su abogado personal anterior, Michael Cohen, quien actualmente cumple una condena de prisión de tres años, el presidente sugirió que no estaba al tanto de la agenda de Giuliani en Ucrania, a pesar de semanas de testimonio en el proceso de juicio político en las que estableció lo contrario.

Cuando O’Reilly le preguntó repetidamente el martes si le ordenó a Giuliani que fuera a Ucrania o que pusiera presión sobre ese país, Trump dijo: “No.

“No, no se lo ordené, pero él es un guerrero, Rudy es un guerrero”, agregó Trump. “Rudy fue. Posiblemente vio algo. Pero hay que entender, Rudy (tiene) otras personas a las que representa”. También señaló que Giuliani tuvo implicaciones en Ucrania durante muchos años.

Se requiere cierta credulidad para pensar que Giuliani tendría un cliente más importante que el presidente, pero las palabras de Trump contradicen directamente lo que dijo al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en su llamada telefónica del 25 de julio. Según la transcripción aproximada de esa llamada, Trump le dijo al nuevo presidente: “Haré que el Sr. Giuliani lo llame” y que “Rudy sabe muy bien lo que está sucediendo”.

También entra en conflicto con el testimonio de Gordon Sondland, el embajador de Trump en la Unión Europea, quien declaró que Giuliani era esencialmente el punto de partida para Trump en asuntos de Ucrania – tratando de organizar un quid pro quo de una reunión de la Casa Blanca para el nuevo presidente de Ucrania a cambio de su ayuda para investigar la interferencia en las elecciones de 2016, así como sobre el exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter Biden, quien era parte de la junta de una compañía de energía ucraniana conocida como Burisma. No hay evidencia de irregularidades por parte de Joe o Hunter Biden.

“El secretario Perry, el embajador Volker y yo trabajamos con el Sr. Rudy Giuliani en asuntos de Ucrania bajo la dirección expresa del presidente de Estados Unidos”, declaró Sondland. “No queríamos trabajar con el Sr. Giuliani. En pocas palabras, estábamos jugando la mano que nos tocó. Todos entendimos que si nos negábamos a trabajar con el Sr. Giuliani, perderíamos una oportunidad muy importante para consolidar las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania. Así que seguimos las órdenes del presidente”.

Otra capa de desorden

La noticia de que Giuliani estaba negociando acuerdos financieros personales con las mismas personas de las que estaba buscando información agregó otra capa de desorden a la operación de diplomacia en la sombra que estaba llevando a cabo.

The Washington Post y The New York Times informaron esta semana que Giuliani buscó cientos de miles de dólares en negocios con funcionarios en Ucrania al mismo tiempo que estaba usando sus conexiones allí para descubrir información dañina sobre los Biden.

Si bien los acuerdos no se concretaron, las revelaciones son importantes porque, en primer lugar, socavan la reiterada afirmación de Giuliani de que no tiene negocios en Ucrania, y en segundo lugar, sugieren que Giuliani se aprovechaba de clientes potenciales en Ucrania que estaban desesperados por estrechar lazos con Estados Unidos y su principal cliente, el presidente de Estados Unidos.

La revisión de documentos de The New York Times mostró que Giuliani alcanzó un compromiso con el Ministerio de Justicia de Ucrania, que le habría significado a su empresa US$ 300.000 por su ayuda para encontrar dinero robado.

Un proyecto de la propuesta revisado por el Times explicaba de forma más específica que Giuliani habría representado a Yuriy Lutsenko, el ex fiscal superior de Ucrania. El diario dijo que el borrador de la propuesta sin firmar describía un acuerdo en el que Lutsenko habría pagado al menos US$ 200.000 para retener la firma de Giuliani y el equipo legal formado por Joseph E. diGenova y Victoria Toensing, quienes son marido y mujer y que también están vinculados a Trump. (La investigación de juicio político de la Cámara de Representantes ha establecido que Giuliani trabajó estrechamente con Lutsenko para tratar de avanzar en una investigación sobre los Biden y las elecciones de 2016).

Giuliani ha dicho que no le cobra al presidente por sus servicios legales. Y el exalcalde de Nueva York se defendió en Twitter el miércoles por la noche llamando a The New York Times “#FAKENEWS”.

“NO busqué una oportunidad de negocios en Ucrania, como lo tergiversaron. Podría haberles ayudado a recuperar $ 7 mil millones en dinero robado, pero no lo hice. Me pagaron cero”, tuiteó Giuliani.

Una hora después, tuiteó: “NYT y WAPO intentan destruir mi credibilidad porque conozco sus mentiras para encubrir a Biden”.

Trump es famoso por sus transacciones, despreciando casualmente a sus amigos de toda la vida, como Cohen, que pasó de ser una “buena persona con una familia maravillosa” estimado por Trump a un mentiroso y “una rata”.

Giuliani jugó un papel clave en el derribo de Cohen por parte de Trump, apareciendo en múltiples canales para retratar a Cohen, a quien una vez había elogiado, como “un mentiroso increíble” y una “basura”.

A medida que aumentan sus problemas legales, Giuliani ha insistido en que todavía cuenta con la confianza del presidente, a pesar de que los dos parecen estar hablando entre sí a través de entrevistas con los medios.

Durante una aparición en Fox la semana pasada, Giuliani rechazó la idea de que el presidente lo arrojaría debajo del autobús: “Tengo seguro”, dijo misteriosamente.

Giuliani más tarde afirmó que estaba bromeando, pero al presidente le pareció una advertencia de que él está entrenado en el jiu-jitsu de Trump en Twitter, y que no caerá como Cohen sin pelear.