El presidente venezolano, Nicolás Maduro, llega a su discurso anual ante la nación en la Asamblea Nacional Constituyente el 14 de enero.

(CNN Español) – En una entrevista en exclusiva con el diario Washington Post, Nicolás Maduro dijo que en Venezuela podría haber cambios si Estados Unidos tiene un canal directo de comunicación con él.

“Si hay respeto entre los gobiernos, por muy grande que sea Estados Unidos, con respeto y diálogo, con intercambio de información veraz y comunicación, ten seguridad que se puede construir un nuevo tipo de relación”, dijo. “En una relación de respeto y diálogo, todo es ganar-ganar. En una relación de confrontación, todo es perder-perder. Esa es la fórmula”.

Sobre esto, CNN está intentando conseguir reacción de parte de las autoridades de Estados Unidos.

Maduro también descartó en la entrevista que se tengan elecciones presidenciales en algún tiempo cercano. Sin embargo, dijo que sigue dispuesto a sentarse con Juan Guaidó, a quien Estados Unidos y unos 60 países más reconocen como presidente interino, pero sin dejar el poder.

CNN no ha podido obtener por el momento comentario de Guaidó o de su equipo de prensa sobre las declaraciones de Maduro. Asimismo, Guaidó y su equipo no respondieron a los pedidos de reacción de parte del Post.

De acuerdo con el artículo, Maduro dijo saber del plan del 30 de abril de 2019 para sacarlo del poder 10 días antes de que ocurriera, pero que “dejó que pasara de todos modos” y que le pidió “a sus oficiales leales que actuaran como potenciales traidores para descubrir cuan extensa era la conspiración en su contra”.

El Post destaca que el plan de la oposición era reclutar a oficiales chavistas como Maikel Moreno, jefe del Tribunal Supremo de Justicia y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.

En la versión de Maduro, estos y otros funcionaros habían acudido a él con detalles del plan. El 20 de abril, según Maduro, se le informó que el Gen. Manuel Cristopher Figuera, exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), lo había traicionado y que le recomendaron que lo relevara de su cargo, pero que permitió que siga “para ver hasta dónde podía llegar la conspiración”.

Christopher Figuera, quien actualmente se encuentra en el exilio, dijo al Post que las declaraciones de Maduro sobre la conspiración del 30 de abril son “falsas” y que Maduro no tenia conocimiento alguno de la conspiración en su contra.

Al referirse a lo ocurrido en la Asamblea Nacional el pasado 5 de enero, fecha en que algunos desertores de la oposición y diputados chavistas, con el respaldo de la Guardia Nacional, trataron de impedir la reelección de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional y luego juramentaron al opositor disidente Luis Parra como presidente del cuerpo legislativo sin votación registrada y sin quorum, Maduro dijo que es culpa Guaidó.

“Juan Guaidó es el responsable de haber perdido la asamblea. Él y sus errores. Que no me echen la culpa a mi ahora. Él es el que ahora tiene que dar respuesta a Estados Unidos”.

Ante las tensas relaciones y sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto al régimen de Nicolás Maduro, respondió al Washington Post: “No me importa ni un poquito ni lo que haga Europa ni lo que haga Estados Unidos. No nos importa para nada. Solamente nos importa lo que hagamos nosotros… Por mil sanciones que pongan, no van a detenernos, ni a Venezuela”.

Maduro también le dijo al Post que ha intentado acercarse a Trump y reconoció que en 2018 tuvo una llamada telefónica en la cual estaba el representante por Texas, Peter Sessions del partido Republicano y que en esa llamada estuvo el abogado personal de Donald Trump, Rudolph W. Giuliani.

“Claro, en aquel momento era conocida su cercanía a Trump como su abogado”, dijo Maduro. “Sabíamos que era una persona que podía trasladar ese mensaje directamente. En este momento ya no sé porque han pasado muchas cosas con lo de Ucrania y el impeachment”.

El artículo del Washington Post finaliza con la opinión de Maduro respecto a un hipotético bloqueo naval de petróleo destinado a Cuba. “Creo que eso no le conviene a nadie y menos a Estados Unidos”, dijo. “Crearía un ambiente de mucha tensión en toda la región del Caribe y sería perjudicial para los intereses de todos los gobiernos que formamos parte de esta comunidad. Espero que no pase”.

Con el apoyo de Juan Carlos López y Osmary Hernández.