(CNN) – La cruzada demócrata de 2020 para vencer al presidente Donald Trump no podría haber tenido un comienzo más desastroso y vergonzoso.
El partido ni siquiera pudo ofrecer un ganador en la primera noche electoral a nivel nacional después de una debacle de informes de votación en Iowa, donde los candidatos gastaron meses y millones de dólares para competir por un brillante trofeo inicial en su duelo por la candidatura.
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“Iowa, has conmocionado a la nación”, dijo el exalcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg.
Fue un intento audaz de declarar la victoria en ausencia de un resultado, pero el exalcalde de 38 años emitió casi de forma inadvertida un juicio irónico sobre un choque de trenes político.
La gran falla en el estado del ojo de halcón, como se le conoce, será agonizante para quien quede en primer sitio, pero para cualquier candidato que haya tenido un mal desempeño, tal vez el ex vicepresidente Joe Biden, podría convertirse en un salvavidas invaluable.
La pesadilla de las asambleas también jugó directamente a favor de un presidente que durante meses se dedicó a calificar a sus rivales de débiles, desorganizados e incluso algo peor: de conspirar para manipular los resultados para entregar su corona a un favorito de la política establecida. No cabe duda de que Trump, que constantemente erosiona la desconfianza en las instituciones y los sistemas de gobierno, utilizará esa narrativa si parece que puede perder en noviembre.
Los operarios de Trump ya están elaborando teorías de conspiración y desinformación sobre lo que el Partido Demócrata de Iowa dijo que eran “inconsistencias” en sus resultados. Su objetivo es crear una narrativa que muestre al eventual candidato como ilegítimo. Y en la víspera de su discurso sobre el estado de la Unión, y dos días antes de que sea absuelto en su juicio político, las cosas no podrían haber salido mejor para el presidente.
“Sería natural para las personas dudar de la imparcialidad del proceso. ¿Y son estas las personas que quieren administrar todo nuestro sistema de atención médica?”, dijo el gerente de campaña de Trump, Brad Parscale, exprimiendo alegremente hasta la última gota de ventaja política de las fallas demócratas.
Podría ser que después de los innumerables giros de la campaña y los cambios de fortuna, el problema del lunes, aparentemente por una aplicación de informes de votación, sea un recuerdo lejano para noviembre, especialmente si uno de los candidatos logra que Trump sea un presidente de un solo periodo. De ser así, los demócratas reirán al último.
Pero también debe haber preguntas sobre si el desastre de Iowa es aislado, o augura un partido mal preparado en los estados para enfrentarse a la formidable máquina de participación de Trump, que se está construyendo con su enorme cofre de guerra de campaña. Y la importancia de Iowa en el proceso de elección de un presidente aumenta el costo de su terrible noche del lunes.
Los funcionarios del partido demócrata ahora esperan que los resultados se anuncien más tarde el martes, muchas horas después de las asambleas que llevaron a miles de personas a más de 1.600 sedes en todo el estado y varias más en asambleas satelitales que llegan hasta Europa.
¿Le robaron a Buttigieg?
Varias campañas publicaron sus propios datos sobre los resultados, un proceso que probablemente solo aumentará la confusión y devaluará el eventual resultado oficial cuando llegue. Eso no va a hacer mucho por la unidad del partido, que se necesitará para vencer a Trump, la cual ya preocupa a los líderes del partido.
Y ese resultado final ya no va a importar tanto. No habrá fiestas de victoria en Iowa ante las delirantes multitudes del estado ojo de halcón durante la cobertura televisiva nocturna.
Todos los candidatos se han ido ya a New Hampshire, lo que significa que cuando el conteo de votos finalmente produzca un ganador, el vencedor se verá privado de un rebote a menudo valioso en las encuestas y la recaudación de fondos.
Eso es especialmente una mala noticia para Buttigieg, quien declaró su victoria bastante después de la medianoche, hora de la costa este, en un discurso conmovedor que ahora es probable que se convierta en una de las notas al pie de la historia.
“Según todos los indicios, vamos a New Hampshire victoriosos”, dijo el de Indiana.
Si Buttigieg realmente logró la victoria como afirma, será víctima de uno de los peores robos en la historia política moderna. No es exagerado decir que una victoria se habría comparado con el triunfo seminal de Barack Obama en 2008 que puso al senador de un solo periodo en el camino a la Casa Blanca.
Pero la confusión también podría perjudicar al senador de Vermont Bernie Sanders, quien también podría haberse encaminado hacia una noche importante y ahora se verá privado de la expectativa de los medios de comunicación y la recaudación de fondos que podría haber esperado.
Sin embargo, Sanders parecía feliz por su desempeño, prediciendo que iba a hacerlo “muy, muy bien”.
Si la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren estaba destinada a quedarse detrás de Sanders en Iowa, tendrá otra oportunidad de luchar por el alma de los activistas más liberales del partido en New Hampshire.
Pero Biden, quien parecía dirigirse a una situación difícil, podría ser el mayor beneficiado.
En una señal reveladora de que se desempeñó por debajo de las expectativas, el equipo de Biden planteó dudas sobre la “integridad” de las asambleas, lo que demuestra su intención de ignorar cualquier resultado que surja más tarde el martes.
Incluso si ahora pierde en New Hampshire y Nevada, Biden podría lograr una victoria en su estado cortafuegos de Carolina del Sur a fin de mes y esencialmente argumentar que las contiendas previas al Súpermartes fueron inútiles.
Quizás el movimiento más astuto en el caos del lunes por la noche vino de la senadora de Minnesota Amy Klobuchar, quien salió al escenario primero y ganó un boleto para salir de Iowa que muchos observadores dudaron que pudiera reclamar.
“Sabemos que hay retrasos, pero sabemos una cosa: estamos compitiendo por encima de nuestro peso”, dijo.
Un día triste para Iowa
El desastre del conteo de votos también fue un insulto para los electores de Iowa, incluidos los activistas demócratas que han pasado meses trabajando con un récord de aspirantes demócratas y ahora obtendrán una recompensa reducida por su diligencia.
Voluntarios en todo el estado sacrificaron su tiempo para montar las asambleas y para hacer campaña por sus aspirantes y sus esfuerzos ahora estarán manchados por un asterisco.
Dado que muchos formadores de opinión demócratas se han quejado de la preeminencia del estado abrumadoramente blanco en un partido que tiene una coalición racial cada vez más diversa, el fracaso épico del lunes no puede haber llegado en peor momento.
Muchas campañas se han quejado del chirriante sistema de asambleas, no solo en este ciclo, en parte porque no implica una votación secreta y es propenso a problemas de conteo de votos debido a sus idiosincrasias.
El exsenador republicano Rick Santorum, quien ganó las asambleas de Iowa en 2012 pero perdió una ventaja adicional después de que inicialmente se declarara que Mitt Romney era el ganador, dijo en CNN que ahora era vital que los funcionarios estatales aclararan cualquier duda sobre la probidad de las asambleas.
Una personalidad demócrata de Iowa hizo un llamado a todos en la política estatal y a los medios de comunicación para que tomen un respiro, argumentando que obtener el conteo final de votos correcto es ahora lo que importa.
“Por supuesto, los demócratas de Iowa se toman su tiempo para asegurarse de que los resultados informados sean precisos. Si hay un retraso de varias horas, para asegurarse de que los resultados sean precisos, ¿es eso tan malo?”, dijo el ex presidente del partido estatal Gordon Fischer a Gloria Borger de CNN.
“¡Vivimos en una era diferente, una era de supervelocidad! ¡Internet! ¡Redes sociales! La gente simplemente ya no está acostumbrada a esperar nada. ¿Deberían las asambleas de Iowa seguir siendo las primeros en la nación? Absolutamente, no hay duda, sin duda”.
Aún así, el rápido calendario electoral no espera a nadie.
Los candidatos tienen una agenda llena de eventos en New Hampshire el martes. Y a pesar del intento de Iowa de hacer las paces, el llamado Estado de Granito puede convertirse ahora en la noche de apertura de facto de la carrera demócrata con las primarias de la próxima semana.