(CNN) – Athole McLauchlan es profesor de segundo grado en una escuela internacional en Beijing, donde él y su familia han vivido durante los últimos tres años.
Para finales de enero, mientras crecían las preocupaciones por el coronavirus en China, él y sus dos hijos, Jamie de 10 años y Rosalyn de 7, regresaron a su hogar en Glasgow, Escocia. Su esposa, una periodista, permaneció en China.
Durante las últimas seis semanas y media, McLauchlan ha estado solo con sus hijos. Ellos han pasado gran parte de ese tiempo en cuarentena dentro de casa después de regresar de China. Además, a distancia McLauchlan continúa enseñándoles a sus alumnos de la escuela internacional –quienes ahora están repartidos desde Nueva Zelanda hasta Miami, con una diferencia horaria de 18 horas– y también maneja un equipo de maestros.
Él le lleva una buena ventaja a muchas familias estadounidenses que hasta ahora han comenzado varias semanas de trabajo en casa junto a sus hijos, debido a los cierres relacionados con el coronavirus. Como maestro y padre, nos responde algunas preguntas sobre lograr cumplir con el trabajo, mientras se presta atención a los niños.
¿Cuál es la situación de tu familia?
La velocidad del cambio fue increíblemente rápida. Cuando llegamos a casa en Glasgow, se sabía poco sobre el virus y decidimos aislarnos por dos semanas. Durante este tiempo, yo estaba enseñando y dirigiendo un equipo de seis maestros, además de tratar de poner en funcionamiento los sistemas de aprendizaje virtual.
Luego me abrumó la triple tarea de liderar un equipo, preparar y administrar sistemas para enseñar mi propia clase, además de educar en el hogar y criar a mis hijos por mi cuenta.
Al principio, les expresé abiertamente a mis amigos cuánto estaba esperando ansiosamente la parte de educar en casa. Soy profesor. Tengo habilidades con estas cosas. Y estos son mis hijos. ¡Será como el mejor periodo posible! Erm…
Fue difícil. Siempre estaba frente a una pantalla, tratando de mantener todo andando en la escuela. Apoyando al personal, a los estudiantes y los padres. Después de una semana, me di cuenta de que esa no era la mejor opción para mis propios hijos [dado que las escuelas en Escocia estaban abiertas]. Dos semanas después, ambos entraron a escuelas locales. Les encantó regresar a la escuela. Extrañaban mucho dinámica social y el vínculo. Pero ahora parece que, inevitablemente, las escuelas del Reino Unido también cerrarán pronto.
¿Cuánta estructura debe un padre proporcionar o esperar mantener?
Como padre fui bombardeado con información por parte de la escuela. Todo fue útil y constructivo, pero resultó demasiado para asimilar de una sola vez. Multiplica eso por un factor de cuántos hijos tienes.
Mi decisión fue de hecho ignorar las actividades de aprendizaje que venían de educación física, arte, música y lenguaje y centrarme en la enseñanza [básica]. Hicimos esto por la mañana y cuando pusimos en marcha un sistema funcionó bastante bien. Pero incluso entonces me encontré agotado tratando de sacar adelante mi propio trabajo y manteniendo a los niños enfocados y motivados.
Los momentos de descanso los dedicamos a comer bocadillos y escuchar episodios del podcast WOW In The World (oro absoluto para los niños).
Las tardes las pasábamos afuera. Les compré a los dos un monopatín y eso se convirtió en nuestra lección de educación física. Acumulamos cajas y rollos de papel higiénico e hicimos un gigantesco avión de basura. Pintamos dibujos.
Luego cuando los niños se iban a dormir, dedicaba el resto de la noche a trabajar nuevamente.
Un sentido de rutina es clave. Establécelo y mantenlo.
¿Cuáles son los mayores desafíos imprevistos que enfrentan los niños?
El tiempo de interacción personal es la mayor pérdida para los niños. Indudablemente.
Extrañan a sus amigos y la dinámica social de la escuela, que es imposible de replicar en casa o en Zoom. Son las criaturas más sociables y necesitan ese espacio lejos de nosotros tanto como nosotros necesitamos una copa de vino o dos a las 8 p.m. un viernes, ¡o cualquier otra noche de la semana también!
También sienten el aislamiento, aburrimiento y la frustración. Y, en realidad, aunque los juegos en línea son buenos, corren el riesgo de despojar a los niños de la interacción social normal de la escuela. Intentamos hacer tantas actividades análogas como sea posible.
Y, lo más importante, esta también fue la retroalimentación de los padres en la escuela internacional. Durante la primera semana de aprendizaje en línea, enviamos muchos enlaces de recordatorio sobre las diversas plataformas en línea que utilizamos para apoyar el aprendizaje en la escuela. Pero la reacción de los padres fue bastante negativa a esto y asumieron que así era un día normal para su hijo en la escuela, por lo que expresaron preocupación frente a que no se habían dado cuenta de cuánto tiempo pasaba su hijo frente al iPad en la escuela. Lo cual no podría ser más opuesto a la verdad.
Así que en la segunda semana centramos todos nuestros esfuerzos en tareas de calidad que no fueran en línea, que casi no requirieran dispositivos y que se explicaran fácilmente. La segunda semana fue excelente y hemos mantenido este sistema en funcionamiento desde entonces sin quejas.
¿Cuáles son los mayores desafíos imprevistos que enfrentan los padres? ¿Cómo evitar la atracción hacia las noticias en línea?
Respuesta corta: no la tengo, es imposible.
Leo y veo Netflix por las tardes. Pero incluso entonces mi teléfono está en mi mano. No puedo encontrar la fuerza para dejarlo.
De hecho, me tomé un descanso prolongado de Twitter y Facebook durante casi un año y solo he regresado a las dos plataformas el último mes. La razón principal es compartir y apoyar a otros maestros que han pasado o pasarán por el mismo proceso. Y para mantener informada a la familia a través de Facebook.
Pero ha sido una pesadilla. Estaba felizmente inconsciente del ruido de las redes sociales en China porque no hablo el idioma y no uso estas plataformas. Y, al principio, el resto del mundo solo observaba a China. Pero ahora es global, se siente imposible escapar del miedo, la ansiedad y las emociones. Yo siento esto también, pero en realidad se suman al intenso aislamiento que resulta de pasar largas horas trabajando en pantallas y estando contenido dentro de la casa.
No he perfeccionado el equilibrio y dudo que alguien lo haga. Sí, nos mantenemos positivos para y en frente a nuestros hijos y estudiantes. ¡Pero en los momentos tranquilos de reflexión, el humor negro y muchas palabrotas son lo que me mantienen en los grupos de WeChat y WhatsApp!
También he comido muchas galletas y patatas fritas. La salud propia es un gran desafío.
Algunas personas serán increíblemente positivas y modelarán hogares y estilos de vida perfectos para el aislamiento voluntario. Son increíblemente molestos. Es como los bloggers de educación en casa que pintan una imagen perfecta de la utopía del aprendizaje en el hogar.
La escuela ciertamente no es así, y tampoco debería serlo ahora. Está bien tener días malos, sentirse culpable, darse cuenta de que has descuidado a tus hijos durante tres horas. No está bien si sigues haciéndolo todos los días. Pero no te castigues ni esperes que la experiencia de aprendizaje en el hogar sea perfecta.
¿Existe algún consejo para los padres sobre cómo hablar con sus hijos, apoyarlos o manejar las expectativas?
No se pierdan en mundos en línea separados. Tú en Facebook, ellos en Minecraft.
Encuentra formas de interactuar con ellos en pantallas, como FaceTime, mensajes, juegos sociales, películas familiares, pero también lejos de las pantallas. La interacción social que extrañan se trata más de no estar físicamente con otras personas. Juegos de mesa, juegos de cartas, largas caminatas, paseos en bicicleta, todo lo que funciona al estilo antiguo.
Y para los padres, que abandonen sus teléfonos cuando están disfrutando de estos momentos juntos, lo cual es más fácil decir que hacer.