(CNN) – Frank Gabrin, un médico de urgencias en Nueva Jersey, sabía que podía contagiarse de coronavirus cuando llegaba a trabajar para atender a los pacientes.
Pero aún así lo hacía, y una semana después de contraer el virus Gabrin murió en los brazos de su esposo este martes. Su pérdida es una lección sobre la importancia de cuidar a las personas que atienden al público, señaló Debra Vaselech Lyons, amiga de Gabrin, durante su conversación con Chris Cuomo de CNN.
“No se trata del resultado, no puedes a salvar a todos los pacientes, se trata de lo que haces con el resultado”, dijo Vaselech Lyons recordando que Gabrin creía en eso. “Él perdió su vida innecesariamente porque si hubiera tenido el equipo… él era un profesional, sabía cómo protegerse”.
“Tenemos que hacer que algo bueno salga de esto”, agregó.
El esposo de Gabrin, Arnold Vargas, habló junto a Vaselech Lyon sobre la pérdida de su esposo, pero apenas pudo pronunciar palabras entre lágrimas.
El dos veces sobreviviente de cáncer trató de hacer lo mejor posible cuando contrajo coronavirus, pero según Vaselech Lyon “pasó de ser manejable a inmanejable de la noche a la mañana”.
Gabrin contrajo el virus y aproximadamente una semana después murió en los brazos de Vargas. Los paramédicos trabajaron durante una hora para salvarlo, pero él ya se había ido, dijo Vaselech Lyons.
Él sabía que se estaba poniendo en riesgo al hacer su trabajo, pero como otros profesionales médicos se preparó toda su vida para estar en la primera línea y ayudar a las personas.
Lo que no esperaba era estar en la primera línea sin el equipo que necesitaba.
“Es como pedirle a un soldado que vaya a la línea de combate y no darle nada. Nada para hacer su trabajo”, insistió Vaselech Lyons.
Médicos, enfermeras y otro personal médico de todo el país se enfrentan a la escasez de equipos de protección personal, como máscaras y guantes. Muchos están teniendo que reutilizar artículos de un solo uso. La escasez no sólo dificulta la protección, sino que muchos estados están informando sobre la falta de respiradores artificiales y de camas de hospital necesarias para tratar a sus pacientes.
Ahora, el esposo de Gabrin está de luto por su pérdida mientras también sufre del virus.
“No creo que estemos viendo que tenemos trabajadores médicos egoístas en este momento, ellos están haciendo lo que pueden a pesar de que se están poniendo a sí mismos y, lo que es más importante, a sus familias en riesgo también,” apuntó Vaselech Lyons.