(CNN Español) – El Fondo Monetario Internacional confirma que debido al covid-19 este 2020 viviremos la peor recesión económica en 90 años, superando lo visto durante la crisis financiera global de 2008.
En su más reciente informe “Panorama Económico Global”, el organismo estimó una contracción del 3% para la economía global, con una caída del 11% en los volúmenes de comercio de bienes y servicios. Apenas en enero, el FMI proyectaba una expansión global del 3,3%
Para 2021 se espera una recuperación económica del 5,8%, aunque estará rodeada de mucha incertidumbre; la recuperación será menor a los niveles previos al brote. El FMI advierte que los gobiernos y las autoridades de salud deben trabajar juntos para evitar un panorama mucho peor y en las dos fases de la crisis: la contención y estabilización, y después en la recuperación.
En conferencia de prensa, Gita Gopinath, consejera económica y directora de investigación del FMI, advirtió que es muy importante que las restricciones al movimiento de personas para trabajar, viajar, o la alteración de la cadena de suministro global, no se convierta en un aspecto que revierta la globalización, porque no se materializaría la fuerte recuperación esperada: “Una recuperación fuerte no ocurrirá si el mundo se desglobaliza”, advirtió.
El documento marca el inicio de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, que este año se realizarán en formato virtual. A principios de marzo y ante la rápida propagación de la pandemia, anunciaron el cambio de formato del encuentro que convoca a unos 10.000 funcionarios de gobierno, empresarios, representantes de la sociedad civil y periodistas de todo el mundo en Washington.
El FMI explicó por qué esta crisis, que llama “el gran aislamiento” es inédita: primero, por las pérdidas que provoca la emergencia sanitaria y las medidas de contención, por la incertidumbre “severa y continua” sobre la duración y la intensidad del golpe, y porque en estas circunstancias, el papel que juega la política económica es muy diferente.
“En circunstancias normales, las autoridades tratan de alentar la actividad económica estimulando la demanda agregada lo más rápido posible. Esta vez, la crisis es, en gran parte, consecuencia de medidas necesarias de contención. Esto hace más desafiante estimular la actividad e indeseable, al menos para los sectores más afectados”, explica Gopinath.
Advierte que el panorama económico se alterará de forma significativa en el tiempo que dure la crisis y después; que se verá una mayor participación de gobiernos y bancos centrales en la economía.
Para Estados Unidos, la mayor economía del mundo, el FMI prevé este año una contracción del 5,9%, la peor desde 1946, pero menor a las fuertes caídas que pronostica para las economías europeas.
Sobre China, el epicentro de este brote detectado a fines del año pasado, el FMI prevé un crecimiento de 1,2%, en contraste con la expansión de 2019 que fue del 6,1%, la tasa más baja en 30 años. De confirmarse el pronóstico, sería su peor desempeño desde 1976.
También se prevé una contracción del 5,3% para Japón, la tercera mayor economía del mundo y del 7% para Alemania
Las economías europeas más golpeadas por la pandemia verán contracciones más severas: de 9,1% para Italia y de 8,0% para España, estima el FMI.
El organismo advierte que, a diferencia de varias economías desarrolladas, varias naciones emergentes necesitarán apoyo de países desarrollados, de acreedores bilaterales e instituciones financieras internacionales para lidiar con el golpe simultáneo de las crisis de salud, económica y financiera. Para países que enfrentan grandes obligaciones de deuda, se deben considerar moratorias y reestructuraciones.
Sobre Latinoamérica, el FMI pronostica una contracción del 5,2% este 2020 y espera que Brasil, la mayor economía de esa región se contraiga un 5,3%, pero será mayor en el caso de México, donde se prevé una contracción del 6,6%.
El FMI dice que mientras la economía está paralizada, las autoridades deben asegurarse de que los ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades y que las empresas puedan levantarse una vez se superen las fases más agudas de la pandemia.
Para ello, se requieren medidas fiscales, monetarias y financieras bien localizadas que permitan mantener los vínculos económicos entre trabajadores y empresas, y también entre acreedores y deudores “manteniendo intacta la infraestructura económica y financiera de la sociedad”.
En economías emergentes con altos niveles de informalidad, las nuevas tecnologías digitales pueden ser útiles para localizar los apoyos, entre otros.
El informe subraya que la clave será la cooperación multilateral para compartir experiencias y equipos médicos para apoyar los sistemas de salud en todo el mundo; que debe hacerse un esfuerzo global para asegurar acceso inmediato a terapias y vacunas a países pobres y ricos cuando estos se desarrollen y sean aprobados. Gopinath hizo un llamado a los países a que se abstengan de activar restricciones a la exportación de suministros médicos: “Este no es el momento de restringir equipos médicos y equipos esenciales en todo el mundo”.
Pero igualmente se necesita cooperación multilateral para articular asistencia financiera a muchos países emergentes y naciones en desarrollo.