Los niveles de la contaminación del aire en Singapur durante las últimas 24 horas oscilaron entre 268 a 320 puntos.

Nota del editor: John D. Sutter es colaborador de CNN y National Geographic Explorer. Es director de la próxima serie BASELINE, que visita cuatro localidades en la primera línea de la crisis climática cada cinco años hasta 2050. Visite el sitio web del proyecto o sígalo en Instagram. Las opiniones expresadas en este comentario son propias del autor. Ver más de la sección de opinión en CNN en Español.

(CNN) –– Examen sorpresa: ¿cuál de estos podría ponerte en mayor riesgo durante la pandemia de covid-19?

1. No lavarse las manos
2. Reunirse en grandes grupos
3. Contaminación del aire

La respuesta: todas las anteriores.

Sin embargo, la número 3 no está recibiendo la atención que merece.

Resulta que la contaminación del aire es extremadamente mala para ti –mortal, en realidad– todo el tiempo. Pero es especialmente peligrosa en medio de una pandemia global que ataca los pulmones.

Un estudio reciente, que aún está pendiente de revisión externa, de los investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, calcula un aumento del 15% en la tasa de mortalidad de covid-19 con un pequeño incremento –1 microgramo por metro cúbico de aire– en un tipo de contaminación del aire llamado materia de partículas finas, o PM2,5, que se asocia con la quema de combustibles fósiles y otros materiales.

Estas partículas son lo suficientemente pequeñas como para penetrar profundamente en los pulmones.

“Aunque la epidemiología de covid-19 está evolucionando”, escriben los investigadores, “hemos determinado que existe una gran superposición entre las causas de muerte de pacientes con covid-19 y las enfermedades que se ven afectadas por la exposición a largo plazo a las partículas finas”.

Esta información es preliminar, pero sorprendente.

Aquí hay otro hecho sorprendente del Dr. Aaron Bernstein, director interino del Centro de Salud Climática y Medio Ambiente Global de Harvard, o C-CHANGE. En una reciente conferencia telefónica con periodistas, Bernstein dijo que es probable que la reducción de la contaminación del aire en China, asociada con la desaceleración económica causada por la pandemia, haya salvado tantas vidas en China como el covid-19 se ha cobrado. Es un cálculo aproximado, basado en estimaciones de Marshall Burke, profesor asistente de ciencia del sistema Tierra en la Universidad de Stanford.

De manera importante, Burke señala que, “ninguno de mis cálculos respalda ninguna idea de que las pandemias sean buenas para la salud. Los efectos que calculo solo representan beneficios para la salud de los cambios en la contaminación del aire provocados por la interrupción económica, y no tienen en cuenta los muchos otros problemas o consecuencias negativas a corto o largo plazo de este trastorno en la salud u otros resultados; estos daños exceden ampliamente cualquier beneficio para la salud de la reducción de la contaminación del aire”.

Al enfatizar la importancia de la calidad del aire, comentó: “Ahora es el momento de hablar sobre esto… Ahora es el momento de reconocer que podemos mejorar cuando se trata de mejorar la salud de las personas en todo el país y también abordar necesidades críticas relacionadas con nuestra salud”.

“Las soluciones climáticas son de hecho soluciones pandémicas”, agregó.

¿Qué significa todo esto?

No soy científico ni médico. Pero me preocupo mucho por la salud, el medio ambiente y el cambio climático, y para mí, hay dos puntos clave.

Lo primero es que la calidad del aire es importante. La Organización Mundial de la Salud dice que la contaminación del aire mata a unos 7 millones de personas por año. ¡Siete millones! Eso es casi la población de Chicago y Los Ángeles, combinada.

El mundo necesita deshacerse de los combustibles fósiles, de todos modos, porque contribuyen a la crisis climática. El mejor asesoramiento científico y político nos dice que necesitamos alcanzar emisiones netas cero para aproximadamente 2050, o enfrentarnos a capas de hielo que se derriten más rápido, el aumento del nivel del mar y las marejadas ciclónicas, cambios que contribuirían a las hambrunas y a millones de muertes.

Si esa no es una razón lo suficientemente convincente, cambiar a recursos renovables salvaría millones de vidas adicionales debido a la reducción de la contaminación del aire.

El segundo punto es más particular para covid-19.

Las naciones de todo el mundo, particularmente Estados Unidos, China y las de Europa, están gastando billones de dólares en respuesta a la nueva pandemia de coronavirus. Parte del dinero, según el Centro para la Diversidad Biológica, se destinará a afianzar las industrias contaminantes a través de paquetes de estímulo económico. Esto significa que estamos gastando dinero durante una crisis de salud pública que sabemos que solo enfermará a las personas.

Eso es un rompecabezas mental. También está cubriendo tragedia con tragedia.

Los gobiernos pueden liderar esto, invirtiendo en tecnologías de cero emisiones.

Los periodistas y el público deben responsabilizarlos.

Mientras tanto, la administración de Donald Trump ha suspendido la aplicación de las leyes ambientales en medio de la pandemia. Sin embargo, sabemos por los investigadores de Harvard que algunas de las actividades que deberían regularse, aquellas que crean contaminación del aire, también parecen poner a las personas en mayor riesgo de muerte por covid-19.

Es un ciclo de retroalimentación mortal que pocos están discutiendo.

Eso puede cambiar. Este puede y debe ser un momento en el que el mundo se dé cuenta de que los riesgos asociados con los combustibles fósiles son realmente una cuestión de vida o muerte.

Eso es verdad todo el tiempo.

Es especialmente alarmante en medio de esta pandemia.