(CNN Español) – Una funcionaria de la Organización Mundial de la Salud dijo esta semana que la propagación de coronavirus por parte de personas asintomáticas era poco probable.
Las declaraciones generaron confusión en la población y hasta el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, dijo en una entrevista que la aseveración era errónea.
Entonces, ¿contribuyen o no los asintomáticos a la propagación de la enfermedad? El doctor Elmer Huerta lo explica en este episodio.
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Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su dosis diaria de información sobre el nuevo coronavirus, que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia.
Hoy trataremos de explicar -y sobre todo dar recomendaciones prácticas- sobre la reciente controversia creada en torno a la afirmación que hizo la Organización Mundial de la Salud de que las personas asintomáticas no serían una fuente importante de contagio.
En primer lugar, es importante saber que el concepto de pacientes afectados de enfermedades virales y que son asintomáticos es real, y existen varios ejemplos en la medicina que lo prueban. El herpes genital, la gripe, la infección por el virus papiloma humano, y la infección por el VIH son ejemplos de enfermedades virales que pueden ser asintomáticas.
En segundo lugar, es importante subrayar que está documentado que las personas infectadas por un virus, y que son asintomáticas, pueden contagiar. Precisamente, las cuatro enfermedades antes mencionadas sirven como ejemplo para dar cuenta de ello.
Dicho eso, las cosas no pueden ser diferentes con este nuevo coronavirus. También hay evidencia de que esas personas asintomáticas pueden contagiar.
Lo que está en discusión aquí, es la contribución de esas personas asintomáticas en el contagio de la población general. Este punto es muy importante porque las políticas de salud pública en términos de cuarentena, distanciamiento social y uso de mascarillas, dependen mucho de asumir que una persona asintomática también puede contagiar.
Esto toma aún más relevancia cuando sabemos la proporción de contagiados por el nuevo coronavirus. El principal experto en enfermedades infecciosas en Estados Unidos, Anthony Fauci, dijo a “Good Morning America” de ABC que entre el 25 y el 45 por ciento de las personas infectadas probablemente no tengan síntomas.
Si son muchos los asintomáticos y estos son capaces de contagiar, es lógico pensar que la contribución de este sector al contagio general es importante.
Es por esta razón que llamó mucho la atención la declaración de la líder técnica de la Organización Mundial de la Salud, María Van Kerkhove, cuando dijo que es posible que la contribución de los asintomáticos al contagio de la enfermedad sea insignificante. Al respecto, Fauci dijo en la misma entrevista que cité anteriormente que esa apreciación estaba equivocada.
Ante esas críticas, Van Kerkhove tuvo que aclarar lo dicho, indicando que en realidad, lo que quiso expresar fue que lo insignificante eran los estudios que tratan de medir la contribución de los asintomáticos al contagio general de la población, y que las investigaciones encaminadas a cuantificar esa contribución deben continuar.
Por último, es importante distinguir al verdadero asintomático, es decir la persona infectada que nunca va a presentar síntomas; del presintomático, la persona infectada que no presenta síntomas solo durante los primeros días de la infección, llegando a desarrollarlos en el quinto día del periodo de incubación. Atención, un presintomático también puede contagiar.
Se considera que cuatro de cada diez contagios son producidos por una persona presintomática considerándose que su contribución al contagio es mayor que la de los asintomáticos.
Mientras se hacen las investigaciones y se prueba que lo que parece instintivo -que las personas infectadas, asintomáticas y presintomáticas contribuyen de manera importante en los contagios- el asunto práctico es que debemos evitar los contagios.
Para eso -y esa es nuestra principal recomendación- el uso de las mascarillas al estar en público y mantener la distancia social debe ser la norma hasta que se aclaren los estudios científicos pendientes; y se descubran tanto un medicamento y una vacuna que sean accesibles a toda la población.
Siempre es importante recordar que un gramo de prevención, es mucho mejor que una tonelada de curación.
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