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Después de una noche de fiesta, no es raro que los estudiantes universitarios despierten con un recuerdo borroso de los acontecimientos de la noche pasada, o incluso con una laguna mental.

Pero un nuevo estudio sugiere que beber en exceso puede afectar la memoria en personas jóvenes mucho después de que la resaca ha desaparecido, tal vez debido a daños en el hipocampo, una región del cerebro involucrada en el aprendizaje.

En el estudio, que aparece en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, un grupo de investigadores de España ofrecieron una serie de pruebas sencillas de lenguaje y memoria a 122 estudiantes universitarios entre 18 y 20 años, aproximadamente. La mitad de ellos se auto identificaron como bebedores compulsivos y la otra mitad dijo beber alcohol, pero moderadamente.

En la primera prueba, por ejemplo, los alumnos leían listas de palabras y luego trataban de recordar tantas como pudieran, en ejercicios cada vez más difíciles. En otro, les contaron dos historias y les pidieron volverlas a narrar con la mayor precisión posible.

Los bebedores compulsivos tuvieron un desempeño más pobre que el otro grupo en casi todas las pruebas basadas en palabras, incluso después de que los investigadores controlaron factores de complicación, tales como antecedentes familiares de alcoholismo, consumo de marihuana y trastornos mentales.

En comparación con el grupo moderado, los bebedores compulsivos se distraían fácilmente con nueva información, recordaron menos palabras y retuvieron alrededor de un 4% menos información en las historias.

El estudio no prueba una relación causa-efecto entre el consumo excesivo de alcohol y el deterioro de la memoria. Es posible, por ejemplo, que los estudiantes a quienes se les dificulta aprender y mantener la atención sean más propensos a beber en exceso.

Sin embargo, según los investigadores, los resultados sugieren una “clara asociación” entre el consumo excesivo de alcohol y la dificultad con tareas relacionadas con regiones particulares del cerebro, especialmente el hipocampo y la corteza prefrontal. El hipocampo es especialmente vulnerable a los efectos tóxicos del alcohol, detallan en su estudio.

Thomas Hicklin, profesor asistente de Psiquiatría clínica y Ciencias conductuales de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, dice que espera que el estudio alerte a los estudiantes universitarios de los riesgos no tan evidentes del consumo excesivo de alcohol.

“Este es un tema importante y un problema multifacético”, dijo Hicklin, que asesora a muchos estudiantes en la Clínica de Cuidado de la Salud de la USC. “Hay mucha presión por parte de los compañeros cuando se trata de beber en exceso, pero los estudiantes necesitan proteger sus cerebros”.

Si el consumo excesivo de alcohol daña el hipocampo, como sugiere el estudio, los investigadores no están seguros de si el daño es permanente. Varios estudios han comprobado que el alcohol es especialmente dañino en cerebros jóvenes e incluso puede afectar el coeficiente intelectual.

Los autores del estudio reciente, con sede en la Universidad de Santiago de Compostela, España, sugirieron investigar a largo plazo, siguiendo a grupos de jóvenes antes y después de haber comenzado y dejado de beber en exceso con regularidad.

Dichos estudios, de acuerdo con ellos, aclararían los efectos del consumo excesivo de alcohol en la memoria a corto plazo, así como en el rendimiento académico.