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Los aeropuertos de Alemania reabrieron este miércoles después de que la nube de ceniza volcánica obligara a cancelar cientos de vuelos, anunciaron las autoridades de aviación.

El aeropuerto de Bremen está funcionando, mientras que en Hamburgo sólo se permiten algunos despegues y aterrizajes, de acuerdo con Deutsche Flugsicherung (DFS, por sus siglas en alemán), la autoridad de la aviación civil alemana.

Las terminales aéreas de Berlín reanudaron sus actividades a partir de las 2 pm (7 am, tiempo de México).

El volcán Grímsvötn —que hizo erupción este sábado— no está muerto todavía, pero es poco probable vuelva a hacerlo, dijo Steinunn Jakobsdottir, geofísico de la Oficina Meteorológica de Islandia.

Los cierres, que se realizaron desde las 11:00 am (04:00 am, tiempo de México), afectaron a unos 600 vuelos en Alemania, agregaron las autoridades.

Polonia podría verse afectada durante el día, señaló la agencia europea de control de tráfico aéreo, Eurocontrol. Sin embargo, la nube de ceniza está disipándose, y se espera que gran parte del resto del transporte aéreo en Europa funcione con normalidad este miércoles, agregó la agencia.

Una porción de las cenizas se extendió por Gran Bretaña este martes, mientras la nube cubría el aeropuerto londinense de Heathrow —el  centro internacional de transporte aéreo más activo del mundo— de acuerdo a un modelo computarizado.

Eurocontrol reportó cerca de 500 vuelos cancelados en Gran Bretaña este martes.

Heathrow opera normalmente unos 1,300 vuelos al día, y Europa en su conjunto tiene alrededor de 29,000, de acuerdo con la agencia europea.

La erupción del Grímsvötn ocurrió 13 meses después de que otro volcán islandés Eyjafjallajökull lanzó humo y ceniza a los cielos del continente, forzando la cancelación de miles de vuelos diarios en el punto más álgido del fenómeno.

La ceniza volcánica representa una seria amenaza para las aeronaves, pues reduce la visibilidad, daña los controles de vuelo y podría llegar a causar fallas en las turbinas.

La erupción del Grímsvötn fue 10 veces mayor y puso más ceniza en el aire en 36 horas de lo que la erupción del año pasado logró en un mes, explicó a CNN el geofísico de la Universidad de Islandia, Magnus Tumi Gudmundsson, pero la erupción principal ya ha cesado, aseguró.

“Esperamos que se comporte y disminuya lentamente”, dijo Gudmundsson. “Pero durará varios días más. La ceniza continúa ocasionando graves problemas en el suelo, pero no cae ceniza nueva de las alturas”, explicó.

Grímsvötn se encuentra debajo del glaciar Vatnajokull, de Islandia, que tiene una capa de hielo tres veces mayor al estado de Rhode Island, EU. Este glaciar es el más grande que cualquiera en el continente europeo.

Este es el volcán más activo del país y la última erupción fue en 2004, según la Oficina Meteorológica Islandesa. “Si la historia sirve de guía, esperamos que la próxima erupción sea en cinco o seis años”, dijo Jakobsdottir este miércoles.

En 1783, una fisura de casi 20 kilómetros en el volcán Grímsvötn produjo el flujo de lava más grande registrado en la historia por un periodo de siete meses, afectando cultivos y ganado, según el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural. La hambruna resultante causó la muerte a una quinta parte de la población de Islandia, según el museo.

Frederik Pleitgen, Ayesha Durgahee y Adam Reiss contribuyeron con este reporte