Adivina: ¿Qué famoso invierte en Foursquare?
A la hora de en qué nuevas empresas de tecnología invertir, Ashton Kutcher piensa en los colonos que llegaron por primera vez a Norteamérica en el siglo XVII.
“¿Qué pasaría si en su época un colono hubiera visto una computadora en Massachusetts?”, dijo Kutcher en una conferencia sobre tecnología. “Probablemente hubieran matado a esa persona (el dueño de la computadora) y le hubieran llamado brujo, porque les hubiera parecido magia”.
En una entrevista llena de analogías, en la conferencia Disrupt TechCrunch, en San Francisco, Kutcher explicó cómo elige entre la gran cantidad de pequeñas empresas que acuden a él en busca de dinero.
El actor de Two and a Half Men ya se convirtió en un importante inversionista de nuevas empresas en Silicon Valley, y les presta su propio dinero o capital de su firma de inversión de nombre A-Grade Ventures. También fue una de las primeras celebridades en adoptar Twitter.
“Realmente todos estamos en una especie de cacería de brujas”, dijo Kutcher, al hablarle a otros inversionistas de capital. “Me gusta saber cómo funcionan los trucos de magia”.
A Kutcher se le considera un personaje llamativo pero ajeno al círculo de la tecnología, quien rápidamente encontró amigos entre los empresarios que buscan aprovechar su fama. Él mismo se etiqueta como un vendedor experimentado, en su calidad de exmodelo que pudo lanzarse como actor y vender sus películas a productores conocidos.
Entre las empresas en las que invierte están el servicio de alquiler de habitaciones por internet Airbnb; el agregador de noticias para iPad Flipboard, que compite con Zite de CNN; y Foursquare, la aplicación para registros de ubicación.
El actor dijo que a veces oculta su relación con las compañías para evitar opacarlas. “Revelar que soy inversionista, a veces puede ser perjudicial para una empresa”, dijo Kutcher. “Intento no hablar sobre eso hasta que la compañía es lo bastante conocida por el público y su historia ya maduró lo suficiente para que no se vuelva algo perjudicial para la empresa”.
Esta estrategia le causó algunos problemas recientemente, cuando editó una sección de la revista Details de la editorial Conde Nast, donde promovió compañías de tecnología con las que tenía una participación financiera sin revelar esa relación.