Cada año, diez millones de niñas menores de 18 años contraen matrimonio, a menudo en bodas concertadas por sus padres y con hombres mucho mayores que ellas.
Aunque UNICEF declaró los matrimonios infantiles una violación de los derechos humanos y los considera la forma más generalizada de abuso sexual y explotación de niñas, la realidad es que la práctica es habitual en África, India, sur de Asia y el Medio Oriente.
Este año, durante la Iniciativa Global Clinton, el arzobispo de Sudáfrica Desmond Tutu; la ex presidenta de Irlanda, Mary Robinson y las fundaciones Ford y Novo lanzaron la campaña “Girls Not Brides” o “Niñas No Esposas” con la meta de erradicar el matrimonio infantil. “El matrimonio infantil le roba su infancia, sus derechos y su dignidad a millones de niñas. Es un sistema horrible que debió de haber terminado ayer. Cuando pienso en 10 millones al año, creo que es impresionante que este tema no reciba muchísima más atención”, alertó el arzobispo Tutu.
“Son muchachitas, nenas que pierden su vida porque se casan sin volición, sin independencia. Tenemos que cambiar eso. Es algo imposible tener en este milenio”, añadió Luis Ubiñas, presidente de la Fundación Ford.
Una forma de esclavitud
Según “Girls Not Brides”, una de cada tres niñas en el mundo contrae matrimonio antes de los 18 años y una de cada 7 antes de los 15 con consecuencias desastrosas para su desarrollo.
“Te imaginas forzadas a casarse a los diez, once años. Pierden la escuela, pierden la oportunidad de trabajar, pierden su independencia. Son básicamente esclavas”, señaló Ubiñas.
De acuerdo con UNICEF, las niñas que se casan en la adolescencia corren mayores riesgos de padecer enfermedades y muertes relacionadas con la actividad sexual y el embarazo prematuro.
Según recientes cifras, las niñas menores de 15 años son cinco veces más propensas a morir durante el embarazo y el parto que una mujer en sus 20 y están más expuestas a infecciones de transmisión sexual, y cada vez más, al VIH/SIDA. Además, sufren efectos psicológicos debido al aislamiento social, la separación de familias y amigos y la falta de libertad.
La meta: erradicarlo en una generación
“Nuestro compromiso es acabar con este flagelo social en una generación y lo tomamos muy en serio. Este es un problema que no debemos de tolerar en el siglo XXI. Toda niña merece la oportunidad de alcanzar su máximo potencial”, aseguró Mary Robinson.
“Girls Not Brides” se ha puesto como meta recaudar 3 millones de dólares para programas contra esta práctica en al menos 20 países hasta diciembre de 2012, entre otras iniciativas.
“Lo que vamos a hacer es trabajar con un centenar de organizaciones mundialmente e individuos que tienen la pasión necesaria para hacer este cambio en lugares como la India, Kenya, Nigeria, lugares donde esta situación continúa hasta hoy y vamos a invertir millones de dólares en los próximos diez años para acabar con esta injusticia”, afirmo Ubiñas.
Fuerza de cambio en el mundo
La presidenta de la Fundación Novo, Jennifer Buffet, dijo que la motivación detrás del proyecto es la creencia en que las adolescentes son la fuerza mas poderosa que tenemos para efectuar el cambio en el mundo.
“Cuando las niñas son valoradas, tratadas como seres humanos y apoyadas para lograr sus metas, familias, comunidades y el mundo entero salen beneficiados”, dijo.
La importancia de educar a los hombres
Por su parte, el arzobispo Tutu aseguró que su pasión y compromiso con la erradicación del matrimonio infantil es igual a la que sintió cuando ayudó a derribar el apartheid en Sudáfrica, pero dice que parte importante de esta iniciativa es la educación, especialmente la de los hombres.
“Mi llamado en particular es para los hombres ya que esta práctica continúa por los hombres y somos nosotros los que la podemos cambiar y decir no queremos casarnos con niñas”.
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