CNNE 66b1681e - 111013024717-guns-fast-and-furious-probe-ktvk-story-top

Washington (CNN) - Al menos 200 mexicanos fueron asesinados con armas involucradas en el polémico operativo “Rápido y Furioso”, avalado por el gobierno estadounidense y que permitió el tráfico ilegal supervisado de unas dos mil armas que terminaron en manos del capos del narcotráfico, dijo Darrell Issa, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

“Estamos hablando de gente asesinada en ambos lados de la frontera. Se estima que unos 200 mexicanos fueron asesinados por armas que nuestra administración, nuestro gobierno, permitió que pasaran”, dijo Issa en una entrevista con la cadena CNN.

No obstante, la oficina del congresista republicano admitió ayer que el dato sobre que más de 200 mexicanos habrían muerto por armas del polémico operativo Rápido y Furioso, y que Issa citó en la entrevista con CNN, está basado en datos de prensa sin confirmación oficial.

CNNMéxico consultó el viernes a la PGR para saber si tiene datos de los 200 mexicanos muertos calculados por Issa, pero la dependencia indicó que no ha recibido reportes en la materia.

De acuerdo con el portal de noticias Reforma, la vocera del legislador aseguró que Issa se basó en una nota del diario Los Angeles Times del 19 de septiembre pasado que, sin embargo, no confirma una cifra oficial y especula que podría haber 150 heridos o muertos.

Esta información no la ha podido comprobar de manera independiente CNN.

Issa, cuyo comité investiga el operativo y la participación de funcionarios federales, criticó la falta de disposición plena a cooperar a pesar de que dos de las armas fueron usadas también para asesinar al agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry.

El republicano encabeza un esfuerzo federal por llegar al fondo del escándalo de “Rápido y Furioso”. En 2009 y hasta 2010, la oficina en Phoenix, Arizona, del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) que depende del Departamento de Justicia, orquestó el fallido operativo por medio del cual y con dinero del erario público se permitió que delincuentes compraran múltiples armas con el objeto de fueran llevadas a la frontera con México.

La intención de ATF era rastrear las armas y con ello desmantelar a la red de tráfico de armamento que opera ambos lados de la frontera. Sin embargo, los agentes de ATF perdieron el control de “Rápido y Furioso” por lo que esta operación permitió que de manera ilegal aunque supervisada, que más de dos mil armas entraran a México y terminaran en manos de grupos del crimen organizado, principalmente en el Cártel del Sinaloa.