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(CNN) – Tres años después del asesinato del periodista mexicano Armando Rodríguez, sus colegas dicen estar más decididos que nunca a escribir sobre los carteles de la droga a pesar de los riesgos.

“Los que ordenaron el asesinato de Armando estaban equivocados porque los que quedan son más experimentados y estamos trabajando”, dijo Luz del Carmen Sosa, reportera de El Diario de Juárez, quien se hizo cargo de la cobertura tras el crimen de Rodríguez. “Aquellos que creían que íbamos a dar un paso atrás, estaban equivocados”.

El 13 de noviembre de 2008, Rodríguez -conocido como “El Choco” por sus colegas debido a su tono de piel- estaba a punto de llevar a sus dos hijas a la escuela cuando un hombre se acercó al garaje de su casa y le disparó 11 tiros en su pecho. Sus hijas, una de las cuales fue testigo del ataque, no han hablado públicamente desde el incidente y no asistieron a un evento en memoria de su padre el domingo. La esposa de Rodríguez declinó una solicitud de entrevista de CNN.

Sus colegas creen que fue atacado debido a su cobertura periodística de los carteles de la droga en la fronteriza de Ciudad Juárez.

Antes de su muerte, Rodríguez fue uno de los primeros periodistas en escribir largo y tendido sobre el cambio violento en la ciudad. Era un periodista de alto perfil del periódico más leído de Ciudad Juárez, que cubría una fuente peligrosa. Sus amigos creen que su trabajo le costó la vida.

Los periodistas locales miran ahora la muerte de Rodríguez como el primer caso, de muchos, en los que los periodistas han sido puestos en la mira por su trabajo.

Desde el año 2000, 74 periodistas han sido asesinados en México –14 desde 2010.

En el tercer aniversario de su muerte, sus compañeros de redacción se reunieron el domingo para rendir homenaje y “recordar a Choco … amigo, periodista, hombre de familia y un gran hombre”, dijo el asistente editorial del periódico Pedro Torres en el acto público.

Sus colegas criticaron la investigación sobre su asesinato no resuelto, diciendo que es un ejemplo de los cientos de asesinatos sin resolver en toda la ciudad –ampliamente considerada como una de las más violentas del mundo.

Sandra Rodríguez Nieto, reportera de El Diario, dijo que cree que alguien está “ocultando los responsables” de la muerte de Rodríguez.

Se trata de un cargo que la Oficina del Fiscal General del Estado de Chihuahua ha negado. A comienzos de la investigación se anunció la detención de un sospechoso en el tiroteo, pero nunca se dieron a conocer detalles acerca de quién era. La falta de información llevó a la especulación entre el personal del periódico El Diario de que hubo un encubrimiento.

Para hacer las cosas más complicadas, hubo ataques contra los investigadores que trabajan sobre el caso.

En julio de 2009, un convoy que transportaba a José Ibarra Limón, el primer fiscal federal designado para el caso de Rodríguez, fue acribillado a balazos por desconocidos. En agosto del año siguiente, Pablo Pasillas Fong, que heredaría el caso, también fue ejecutado. Días después, un tercer investigador llevó el caso, para huir de Juárez poco después.

“Esta es una situación que duele, una situación inaceptable”, dijo Torres.

De las cinco publicaciones de Ciudad Juárez, El Diario de Juárez es el periódico más popular en términos de circulación y se ha ganado una buena reputación por su agresiva cobertura de la violencia del narcotráfico.

En septiembre de 2010, dos de los fotógrafos del periódico fueron atacados -uno fue asesinado. El motivo claro nunca se estableció, pero los investigadores notaron que el coche en el que viajaban los dos jóvenes periodistas estaba registrado a nombre del hijo del inspector de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, Gustavo de la Rosa Hickerson. Algunos creen que los periodistas no eran los objetivos previstos del ataque.

Ese mismo día, el periódico publicó una carta abierta a los cárteles de la droga que operan en Ciudad Juárez. La carta, escrita por el equipo de redacción, pedía el fin de la violencia contra los periodistas.

Ningún periódico en Juárez había publicado un editorial dirigido directamente a los carteles, y ningún otro periódico lo ha hecho desde entonces.

“Ustedes son, en la actualidad, las autoridades de facto en esta ciudad”, decía el editorial, “porque las instituciones legales no han sido capaces de proteger a nuestros colegas de la muerte.”

Tras la muerte de Rodríguez, del Carmen Sosa dice que no tiene miedo y está dispuesta a asumir la plena responsabilidad de su trabajo, incluso si esto significa la muerte. Dijo que opera bajo el mismo mantra que su predecesor.

“A diferencia de Armando Luis Carlos (Rodríguez), yo estoy viva”, dijo del Carmen Sosa. “Trato de ser responsable con mi periodismo y no tengo miedo.”

En 2010, se le otorgó un premio por sus valientes reportajes.

“Sólo puedo dar gracias a Dios todos los días…porque necesitamos la justicia no sólo para Armando, sino para todos los homicidios en esta ciudad”, dijo.