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(CNN) — En Japón dicen que el cliente es como un Dios, e incluso se espera que una máquina le muestre respeto.

Se dice que Japón es la tierra de las máquinas expendedoras y que tal vez tenga más máquinas por persona que cualquier otro lugar en el mundo. En las ciudades japonesas se puede ver en la mayoría de las esquinas de las calles máquinas expendedoras de refrescos y de café caliente, pero también artículos más extraños como helados, papas a la francesa, paraguas y ropa.

Estas máquinas, incluso llegaron a la cima del monte Fuji, y en la cumbre proporcionan a los excursionistas hambrientos fideos instantáneos calientes.

Japón incluso tiene su propia asociación de fabricantes de máquinas expendedoras, la JVMA, que señala que sumando las máquinas de boletos, hay más de 5 millones de máquinas expendedoras. Eso significa que por cada 24 hay una de estas máquinas.

En realidad en Estados Unidos hay el doble de expendedores automáticos que en Japón, pero cuando se trata de tecnología Japón sigue a la cabeza.

Una de las últimas adiciones de alta tecnología se puede encontrar en un andén de la estación de tren de Tokio. El año pasado se dio a conocer por primera vez por la compañía East Japan Railway Company y es una máquina que reconoce al cliente y le sugiere qué es lo que debe tomar.

La máquina expendedora de bebidas está equipada por un panel de pantalla táctil de 47 pulgadas (119 centímetros) con un sensor de reconocimiento facial que mide la información sobre la edad y el sexo del cliente. Otros sensores de la máquina miden la temperatura en el exterior y la ayudan a hacer una recomendación en función de la hora del día y de la temporada.

Sin embargo, la evolución de las máquinas expendedoras no terminará ahí.

Takashi Kurosaki, el secretario general de la JVMA, pronostica que todas las máquinas expendedoras, sin importar lo sencillas que sean, eventualmente estarán equipadas con pantallas interactivas.

Actuando también como dispositivos de información podrán proporcionar pronósticos meteorológicos o noticias locales de la comunidad, así como bebidas para calmar la sed y refrescos.

Pero: ¿Por qué Japón se enamoró de las máquinas expendedoras en primer lugar?

“Yo diría que se trata de la confianza que tiene la gente hacia las máquinas. En Estados Unidos o en Europa, comúnmente sucede que el producto que compras no se entrega de la manera adecuada. En Japón, eso simplemente es inaceptable”, dice Kurosaki.

Las máquinas expendedoras de Japón no son perfectas, como puede dar fe cualquier persona que haya tenido una mala experiencia con una. Sin embargo, los consumidores japoneses confían en las máquinas y sus fabricantes, y es una de las principales razones por las que están tan listos para aceptar las recomendaciones para comer o beber que les ofrece una máquina tanto como las que les ofrece una persona.