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Por Fareed Zakaria*

(CNN) — Acompáñame a un largo viaje a una isla lejana a medio camino entre Hawai y Nueva Zelandia: Samoa. Sus exuberantes valles volcánicos lo hacen un país eminentemente agrícola, aunque no tiene ningún ejército, y no se debe confundir con su vecino Samoa Americana.

Ahora bien, si estás tentado a visitarlo, no planees una celebración para el 30 de diciembre. ¿Por qué? Porque ese día simplemente no existirá. El calendario pasará del 29 de diciembre al 31 de diciembre. ¿Qué demonios?

En realidad, es una decisión económica inteligente. Verás, Samoa está a sólo 20 kilómetros de la Línea de Cambio de Fecha (International Dateline). Como su nombre indica, se trata de una longitud imaginaria que marca un cambio en la fecha cuando volamos, navegamos o transitamos sobre ella. Esa línea fue creada hace más de un siglo, cuando se decidió que Samoa estaría 11 horas detrás del Tiempo del Meridiano de Greenwich, a las afueras de Londres; o tres horas atrás respecto a la hora del Pacífico, en Los Ángeles.

La teoría era que estar en una zona horaria similar a la del continente americano podía beneficiar al intercambio y el comercio de Samoa; pero los tiempos, literalmente, están cambiando. Samoa realiza la mayoría de sus negocios con sus vecinos.

Pero Sydney, en Australia, está 10 horas adelante de Londres, y —tengan paciencia conmigo en los cálculos aquí— eso significa que Samoa ha estado realizando la mayor parte de su comercio con un país que está 21 horas adelante. Así que cuando es viernes por la mañana en una fábrica de Samoa, los clientes de Australia ya están en la playa en un soleado sábado. Y cuando los australianos vuelven a trabajar el lunes, los samoanos se encuentran todavía en la misa del domingo, o lo que sea que los samoanos hagan los domingos.

Pero el 29 de diciembre todo eso va a cambiar. Samoa se saltará un día, y estará a tan sólo tres horas delante de Sydney.

Los samoanos ya hicieron un cambio histórico para alinearse con Australia. En 2009, cambiaron de conducir en el lado derecho de la calle, como hacemos en Estados Unidos y México, a conducir del lado izquierdo de la calle. Ahora los samoanos pueden importar autos más baratos de su vecino.

Por un lado, el cambio antípoda de Samoa es una historia sobre cómo la economía dicta la política, pero también es un relato más amplio sobre el éxito silencioso de Australia. La tasa de crecimiento de Australia tiene un promedio de casi 4% en las dos últimas décadas, mayor que el de casi todos los países ricos. Puede que esté en la parte inferior del mapa, pero está en la parte superior de casi todos los índices de habitabilidad. La tasa de desempleo es baja, el déficit es casi insignificante; tiene una educación sólida y un cuidado de salud universal. Y así podría seguir…

Entonces, ¿cómo llegó hasta allí? Los australianos que tienden a autodespreciarse podrían atribuirlo a la buena suerte. Tenían buen clima, recursos naturales abundantes y 1,000 millones de chinos ansiosos por explotar las minas de metales y minerales de Australia.

Pero ésa no es toda la historia. El verdadero crecimiento económico de Australia se remonta a la década de 1980 y a una serie de reformas con visión de futuro. El gobierno dejó flotar su dólar e hizo al banco central una entidad independiente; mantuvo un superávit presupuestario y la inflación bajo control, las empresas de propiedad estatal fueron privatizadas y la industria fue desregulada.

Cuando la crisis financiera mundial estalló en 2008, los bancos de Australia se beneficiaron de un enfoque regulado más conservador. No estaban apalancadas, así que capearon la tormenta. Y el comercio sólido con China absorbió una caída potencial en la demanda de los consumidores australianos.

Australia ha sido inteligente en otro tema que afecta a los legisladores estadounidenses en estos días: la inmigración. Ha pasado de 98% de población anglo-celta después de la Segunda Guerra Mundial, a tener un cuarto de su población actual nacida en el extranjero. Los asiáticos representan el 10% de la población. Gran parte del crecimiento real del PIB de Australia puede ser atribuido a la inmigración y al crecimiento de la población.

Hay mucha especulación acerca de una década perdida para la economía de Estados Unidos. Todo lo que Samoa tuvo que hacer para acelerar su economía es perder un día. Desearía que tuviéramos esa opción.

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Nota del editor: Fareed Zakaria es periodista colaborador de CNN, que escribe en los blogs Global Public Square así como en What in the world?.