(CNN) — Tiene solo 55 kilómetros de ancho y está salpicado de islas y formaciones rocosas, es un canal que conecta al Golfo Pérsico con el Océano Indico. Como muchos otros cuellos de botella marinos, el Estrecho de Ormuz ha sido por mucho tiempo centro de atención de imperios y sus fuerzas navales.
En décadas recientes, se ha convertido en un punto aún más crítico: un tercio del petróleo transportado por vía marítima pasa a través de Ormuz, unos 15 millones de barriles de petróleo cada día, de acuerdo con la Administración para la Información Energética de Estados Unidos.
El vicepresidente de Irán advirtió que la república islámica podría bloquear el estrecho si son impuestas sanciones a sus exportaciones de crudo. Francia, Gran Bretaña y Alemania han propuesto dichas sanciones como castigo por la falta de cooperación de Irán con respecto a su programa nuclear.
Para demostrar sus intensiones, Irán realiza un ejercicio militar de 10 días en una parte este del estrecho y hacia el Mar Arábigo, con algunas de sus fuerzas actuando como si fueran el enemigo. Diplomáticos occidentales describieron las maniobras como más evidencia del comportamiento volátil de Irán, luego de la ocupación de la embajada británica en Teherán. Y no es la primera vez que Irán utiliza esta vía marítima vital en un riesgoso juego al borde del precipicio.
Se cree que el estrecho de Ormuz recibe su nombre de la palabra persa Hur-mogh, en relación a las palmeras que se encuentran en sus costas. Fue mencionado por marineros en El Periplo del Mar de Eritrea, durante el primer siglo, y es conocido por sus perlas.
Pero cuando el petróleo se convirtió en el lubricante de la economía mundial, el estrecho y las rutas marítimas que llevan a él, se convirtieron en un punto estratégico. Es tan poco ancho que las rutas marítimas son de unos dos kilómetros de ancho, y los barcos deben pasar a través de territorio de Omán y de Irán, país que disputa con los Emiratos Árabes Unidos la soberanía de varias islas cercanas al estrecho.
Irán intentó interrumpir y sabotear el transporte marítimo al golfo durante su década de conflicto con Iraq. Cuando éste comenzó a atacar a los tanqueros iraníes en 1984, Irán respondió atacando a barcos que se dirigían a puertos del golfo, y comenzó una guerrilla en el océano, donde se plantaron minas en las rutas marítimas.
Eso causó que Estados Unidos comenzara a escoltar barcos de Kuwait. En 1988, una mina iraní dañó y casi hundió el USS Samuel B. Roberts, lo que causó que el presidente Ronald Reagan ordenara ataques contra plataformas petroleras y barcos de Irán. Dos plataformas fueron destruidas y una nave iraní fue hundido.
Desde entonces, Estados Unidos ha incrementado la cooperación con las armadas de los estados árabes y establecido la sede de la Quinta Flota en Bahrein.
Pero los vecinos de Irán entienden que su confianza en el estrecho para transportar petróleo y gas natural licuado es vulnerable. De acuerdo con cables diplomáticos de Estados Unidos, el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, dijo en diciembre de 2009 que “Irán sería el más golpeado” si las tensiones llevan a este país a bloquear el estrecho. Funcionarios kuwaitíes han propuesto construir un ducto de 1,600 kilómetros al Golfo de Omán para reducir la dependencia en la ruta marítima.
Hoy en día, luego de décadas de sanciones, Irán no tiene la fuerza naval para bloquear el estrecho, y sus viejos aviones no podrían igualar a los de Estados Unidos y otros en el golfo. Pero expertos militares dicen que Irán puede jugar una “guerra asimétrica”, con minas y ataques de botes patrulleros de la Guardia Republicana. También ha desarrollado una clase de pequeños submarinos, tres de los cuales fueron puestos en servicio el mes pasado.
El lenguaje bélico de los políticos iraníes ya causó nervios en los mercados petroleros. Este mes, un legislador iraní advirtió: “Pronto realizaremos un ejercicio para cerrar el Estrecho de Ormuz. Si el mundo quiere hacer la región insegura, nosotros haremos al mundo inseguro”.
Cualquier intento para interferir con la línea marítima podría ser un arma de dos filos para Teherán. Irán también depende del estrecho para exportar su crudo y otros productos, y tiene que importar la mayor parte de su gasolina refinada por la falta de refinerías. Para el Departamento de Estado estadounidense, hay “un elemento de fanfarronería” en las amenazas iraníes.
Los analistas temen que si las relaciones entre Estados Unidos e Irán empeoran, esto podría magnificar las consecuencias de una colisión o provocación en el golfo.
Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense dijo a CNN el lunes que un incidente en el estrecho “podría provocar una guerra más amplia debido a que no hay comunicación ni diplomacia entre Estados Unidos e Irán”.