(CNN) — Anita Mills pesaba 173 kilogramos antes de acudir a un médico que le dio cuatro simples reglas para perder peso:
1. Comer 227 gramos de alimentos cada tres horas
2. No consumir bebidas azucaradas
3. No saltarse las comidas
4. No decirle a nadie que estás a dieta
Ahora Mills pesa 109 kilogramos menos y le da crédito al último consejo para ayudarle a superar los meses más difíciles en su camino para bajar de peso. No había nadie que le cuestionara por cada alimento que consumía o que intentara convencerla de que se relajara durante los fines de semana y eso le ayudó a permanecer concentrada en su objetivo.
“Es mucho mejor entrar en una habitación y que alguien te diga: ¿Te hiciste algo? que anunciar que estás a dieta y que las personas te señalen”, dice.
El consejo parece ir en contra de lo que pensamos. Weight Watchers y otros grupos similares promueven el apoyo como una de las principales razones del éxito de sus programas para perder peso y en los estudios se encontró que la rendición de cuentas es importante para lograr una meta. Pero contarle a tu familia, a tus amigos y publicar en Facebook tus planes para hacer una dieta puede tener un efecto contraproducente, dicen algunos expertos.
El médico de Mills, Jon Walz, les da las mismas reglas a todos sus pacientes que quieren bajar de peso. Y explica que desde la infancia buscamos a las personas que se ven y que actúan como nosotros.
“Las personas obesas viven con personas obesas. Encuentran amigos obesos. La mayoría (de los pacientes) no reconocen lo malo que es su estilo de vida y su forma autodestructiva. (…) Piensan que es normal en su cultura”.
El cambio nos cuesta trabajo continua Walz. Cuando alguien que amamos altera su estilo de vida, tenemos un problema para aceptarlo (incluso si la transformación es positiva).
“De forma deliberada o no, la familia, los amigos, la demás gente que forma parte de la cultura de la persona se resistirán al cambio”, dice el médico.
Mills descubrió la verdad de esa teoría. Después de que perdió una gran cantidad de peso, ya no pudo esconder su dieta. Fue entonces que sus amigos se empezaron a alejar.
“Las personas son mezquinas (incluso) la gente que piensas que te apoyará. Una amiga me dijo que me quería más cuando era su amiga pasada de peso. Eso me dolió”, dice Mills.
Hay otras razones para mantener en secreto tus planes para bajar de peso.
El médico Peter Gollwitzer, profesor de psicología de Universidad de Nueva York, estudia cómo los planes y los objetivos afectan el conocimiento y el comportamiento. En su estudio, Cuando las intenciones se hacen públicas, Gollwitzer describe cómo hablar de tus objetivos puede cambiar las acciones de una persona.
Todo el mundo tiene lo que Gollwitzer llama una meta de identidad que puede ser desde ser una buena madre o un mejor científico. En el caso de bajar de peso, el objetivo es ser una exitosa persona comprometida con la dieta.
Para lograr cumplir con una meta de identidad, necesitas los indicadores de tus logros. Para un científico esto se muestra cuando se publican sus trabajos de investigación o con el reconocimiento de su jefe. Para una persona comprometida con la dieta pueden ser los kilogramos que pierde o los elogios de sus amigos y familiares cuando se dan cuenta de lo bien que se ve.
Los estudios de Gollwitzer demostraron que cuando le dices a otras personas lo que piensas hacer, se reconoce la intenciónn y ese reconocimiento se califica como un indicador de éxito.
“El peligro es que sientes que ya alcanzaste la meta y gracias a eso ya no tienes que hacer más cosas”, dice Gollwitzer.
En otras palabras, cuando le cuentas a una amiga que planeas bajar nueve kilogramos y ella se da cuenta de tus buenas intenciones, ya no sientes la necesidad de continuar con el ejercicio o de seguir comiendo de forma saludable.
Hay diferentes maneras para evitar este fenómeno.
“Una simple es mantener la boca cerrada. Otra es formar diferentes tipos de intenciones, no sólo hablar acerca de lo que quieres hacer, sino también cuándo, en dónde y cómo lograrlo”, dice Gollwitzer.
Ese tipo de planeación te ayuda a crear medidas de control de la situación, explica. Cuando te encuentras en el gimnasio antes de ir a trabajar, la situación mental que formaste controla tu comportamiento.
La tercera forma, dice Gollwitzer, es sólo decirle a una o dos personas que tienen influencia sobre ti (metafóricamente) para que te ayuden a mantener tus intenciones.
Selecciona cuidadosamente a esas personas, aconseja la experta en acondicionamiento fisico y nutrición, Bonnie MeChelle. La autora de Accountability is Key dice que las personas con energía negativa o un entrenador que no se ajusta a tu estilo, no serán de ayuda. Pero si encuentras a alguien que te ayude para que seas responsable, entonces compártelo con él.
“Cuéntale todo. La rendición de cuentas es la clave, porque si te lo guardas todo, nadie va a saber lo que haces, nadie sabrá si te sales del camino”, dice MeChelle.
Ya sea que elijas compartir tus planes de dieta o mantenerlos en secreto, es importante recordar exactamente para quién bajas de peso.
“Si bajas de peso para complacer a otras personas, tu motivación no se mantendrá para continuar cuando las cosas se compliquen”, dice MeChelle.
Y hasta que no bajes esos kilos de más, tú eres el único que tiene que saberlo.