(CNN) — Imagina un futuro en el que siempre sepas la fecha del juego de apertura de la temporada de beisbol. O que tu cumpleaños siempre cayera en martes (qué triste). O que la víspera de Año Nuevo sea siempre un sábado.
Mientras la gente alrededor del mundo se prepara para colgar sus calendarios de 2012, dos profesores de la Universidad Johns Hopkins están proponiendo uno que puedas conservar para siempre, en el que cada día caiga en el mismo día de la semana que el año anterior.
La Navidad podría celebrarse siempre en domingo, por ejemplo, y el lunes del Día de los Caídos podría ser siempre el 28 de mayo.
El astrofísico Richard Conn Henry y el economista aplicado Steve Hanke diseñaron el nuevo calendario después de años de investigación y planificación. Dicen que su calendario facilitaría la planeación de actividades anuales, desde días festivos y programas académicos, hasta cálculos financieros.
“Piensa en cuánto tiempo y esfuerzo se gastan cada año en el rediseño del calendario de cada organización en el mundo, y resulta obvio que nuestro calendario haría la vida mucho más simple y tendría beneficios notables”, dijo Henry.
En el nuevo calendario, cada tercer mes tendría 31 días, y el resto de los meses tendría 30, para un total de 364 días. Eliminaría completamente los años bisiestos o de 366 días (que tienen lugar cada cuatro años) en favor de una semana extra al final de diciembre cada cinco o seis años.
El par de profesores dice que su calendario es diferente a otros calendarios alternativos propuestos en el pasado, ya que mantiene cada semana con siete días.
“Todos los grandes (otros calendarios) han involucrado romper el ciclo de siete días de la semana, que no es aceptable para muchas personas porque viola el cuarto mandamiento de descansar el séptimo el día”, dice Henry. “Nuestra versión no rompe ese ciclo”.
Los dos hombres también proponen la eliminación de las zonas horarias y la adopción de un tiempo universal en todo el mundo para optimizar los negocios internacionales.
Henry tuvo la idea para un nuevo calendario hace años y pidió colaboración a Hanke en 2007 para examinar las consecuencias financieras.
Hanke dijo que inicialmente le dijo a su colega que pensaba que sería muy difícil, pero él siguió persiguiendo su propósito, y finalmente la “luz se encendió”.
Desde las simples hipotecas hasta complicados derivados financieros, dijo, los cálculos podrían ser mucho más simples si sólo hubiera un calendario que usar, año tras año.
“Existe toda un área en las matemáticas de las finanzas que podría ser eliminada, y mucha confusión, y muchos errores se eliminarían si siguiéramos este calendario”, dijo.
Hanke dijo que las prescripciones de medicamentos podrían ser más precisas con un calendario fijo, los equipos deportivos podrían tener un calendario de juegos fijo año tras año, y las escuelas y las universidades no tendrían que perder el tiempo planeando cada nuevo año académico.
Las personas no se dan cuenta del tiempo que están perdiendo simplemente por el calendario variable, precisó Hanke.
La elaboración de nuevas agendas “ocurre cada año, ya que tiene que suceder, pero realmente no tendría que suceder cada año si tuvieras el tipo de calendario que estamos proponiendo”, dijo.
Hacer que el calendario sea aprobado puede no ser tan complejo como parece, pero es probable que tome tiempo, aseguró.
Hanke ha participado en reformas de monedas en todo el mundo, desde Argentina en 1991 y Montenegro en 1999 y más. En todos esos casos, aseveró, cualquier resistencia a la idea de una nueva moneda poco a poco se desvaneció cuando la gente se dio cuenta de los beneficios.
Lo mismo podría suceder con su propuesta de calendario, una vez que los sectores y grupos de todo el mundo comiencen a ver cómo podría simplificar las cosas.
Señaló que los pilotos de aerolíneas ya utilizan el Tiempo Universal Coordinado, (UTC, por sus siglas en inglés) sin ningún mandato para hacerlo. El UTC —el tiempo antes llamado meridiano de Greenwich (GMT)— simplemente hace las cosas más fáciles para ellos, detalló.
Hanke se dice optimista acerca de cambiar la opinión de la gente sobre el nuevo calendario.
“Nuestro trabajo es comprender correctamente la ciencia y dar a conocer la idea, y argumentarla y defenderla si es necesario, y dejar que las fichas caigan donde deban caer”, dijo.
El artículo de los profesores sobre el nuevo calendario propuesto está en http://www.cato.org.