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DAMASCO, Siria (CNN) — La violencia y la división social en Siria se agudizan. Un periodista francés y un civil murieron este miércoles en la ciudad de Homs durante un ataque con mortero, según relató un testigo. Al menos otras 10 personas resultaron heridas durante el ataque. Es sólo una muestra de los miles de fallecidos desde las revueltas contra el régimen de Al-Assad y la represión.

En el funeral de un hombre sirio presuntamente asesinado por fuerzas del gobierno, su acongojada hermana se lamenta desconsoladamente. Los dolientes llevan el ataúd de su hermano ante miles de manifestantes antirégimen, cuyo pasional enojo contra la brutal represión del gobierno es palpable.

“La situación es muy mala. Solo queremos ser como tú, como los occidentales. Queremos ser personas libres”, dice un doliente a CNN mientras el ataúd pasa cerca. “Míralo, 32 años… el gobierno es responsable. Bachar al-Asad es responsable. Bachar al-Asad nos está matando solo porque queremos ser como tú”.

CNN siguió a observadores de la Liga Árabe a este funeral y a la manifestación unos kilómetros a las afueras de Damasco, esta era una rara oportunidad para conocer a algunos de los manifestantes que buscan el derrocamiento de al-Asad. Un hombre cubrió su cara de forma parcial antes de hablar ante la cámara.

“Tengo miedo al hablar contigo ahora mismo. ¿Por qué? Porque me voy a quitar esta bufanda y me iré a casa, y no estoy 100% seguro de que estaré a salvo”, dijo. “Porque si no es hoy, o mañana, me arrestarán”.

El hombre dijo que la rebeldía durante la protesta es posible debido a la presencia de dos observadores de la Liga Árabe, vestidos con chalecos naranjas, que realizan una misión en Siria.

La liga pidió al régimen de al-Asad detener la violencia contra civiles, liberar a los prisioneros políticos, retirar los tanques y armas de las ciudades y permitir a extranjeros, incluyendo los medios internacionales, viajar libremente alrededor de Siria.

Al-Asad niega la acusación de que las fuerzas que comanda disparan a manifestantes, y este martes dijo que “no existen órdenes de ningún departamento del Estado de disparar a la gente”.

Pero muchos de los manifestantes aquí muestran sus heridas, que ellos dicen fueron infligidas por las fuerzas del gobierno. También dicen que no quieren ir a hospitales del gobierno porque temen ser arrestados.

Cuando los observadores de la Liga Árabe dejan la protesta contra el gobierno, entonces activistas a favor de al-Asad bloquean su camino. Una bandera con la imagen de al-Asad se extiende por la calle, y los manifestantes ondean banderas sirias y fotos del presidente.

Y este no es el único mitin a favor del gobierno en el lugar. En otros lados, muchedumbres bailan y aplauden en medio de la música, a veces junto con fuerzas del gobierno.

Los manifestantes aquí dicen que le creen al presidente, y que creen en la línea del gobierno, que la oposición es fabricada.

“La oposición no es legal o real”, dijo una mujer. “Creo que las grandes masas son falsas”.

Pocos aquí hablan sobre el peligro de que Siria explote en caos sectario, pero una mujer estadounidense y su esposo sirio son la excepción.

Si al-Asad es forzado a irse, “habrá caos”, dijo el esposo. “Habrá caos, mucho caos. Él es la seguridad”.

“Él es un presidente pacífico”, intervino su mujer. “Quiere ver a todas las religiones juntas. Es un hombre de paz”.

Por ahora, al-Asad permanece en control de la mayor parte del país, pero es difícil imaginar que sus simpatizantes y oponentes puedan ser mantenidos a distancia por mucho tiempo.