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Por Amanda Enayati*

(CNN) — No hace mucho tiempo cruzaba la calle con mi hija cuando un automóvil que pasaba a gran velocidad casi nos arrolla.

“¡Hey, este es un paso peatonal!”, le grité al conductor. Él respondió: “¡No me importa!”.

La gente mezquina, como las alimañas, siempre ha existido.

“Cuando hablamos de civilidad y buenos modales, no hablamos de qué tenedor se usa para comer ensalada; eso es etiqueta”, dice el médico Pier Forni, director de la Iniciativa de Civilidad de la Universidad John Hopkins y autor de The Civility Solution: What to Do When People Are Rude (La solución civil: Qué hacer cuando la gente es grosera).

“La civilidad se trata de cómo tratamos a los demás en la vida cotidiana y se relaciona estrechamente con la ética. El principio de respeto a las personas sostiene que debemos tratar a los demás como un fin en sí mismo, en lugar de como un medio para satisfacer nuestras necesidades y deseos inmediatos”.

Intento imaginarme explicándole eso al tipo que casi nos atropella. Pero, ¿por qué debería él ser amable si no tiene que serlo?

¡Una cuestión de salud!

En primer lugar: por los beneficios para la salud. Según Forni, “la ciencia nos dice que cuando participamos en actos de civilidad y gentileza, tanto la persona que la da como quien recibe terminan beneficiándose. Se le conoce como ‘éxtasis de la persona que ayuda’. Se activan una gran cantidad de hormonas y neurotransmisores cuando damos una muestra de nuestra civilidad”.

De hecho, en muchos estudios se confirma que las personas más amables tienden a vivir más tiempo y a llevar una vida más saludable; quienes participan como voluntarios tienen pocas molestias y dolores, y la gente compasiva es más propensa a ser más saludable y tener éxito.

Por el otro lado, las personas malas tienen “efectos devastadores, en parte porque sus interacciones desagradables tienen un impacto mucho mayor en nuestro estado de ánimo que las interacciones positivas, cinco veces mayor”, escribe el profesor de Stanford, Robert Sutton.

“Para superar lo negativo necesitas una gran cantidad de positivos; ¡es ridículo!”, agrega.

Sutton escribió ampliamente sobre los beneficios económicos y sociales de erradicar a los cretinos del lugar de trabajo. Su exitoso libro se llama The No A**hole Rule: Building a Civilized Workplace and Surviving One That Isn’t. (La regla de cero ca***nes: La construcción de un lugar de trabajo civilizado y cómo sobrevivir si no lo es).

Sutton distingue entre las groserías ocasionales —algo que todo el mundo hace ocasionalmente— y los cretinos certificados. Su lista de las doce peores acciones cotidianas con las que identificas a una persona certificada como desagradable incluyen:

1. Insultos personales
2. Invadir el territorio personal de otra persona
3. Contacto físico no requerido
4. Amenazas e intimidación (verbal o no)
5. Chistes y bromas sarcásticos usados como sistemas para insultar
6. Ataques fulminantes por medio del correo electrónico
7. Ataques en el estatus de redes sociales con la intención de humillar a sus víctimas
8. Avergonzar a una persona en público y rituales de degradación
9. Interrupciones bruscas groseras
10. Ataques hipócritas y doble cara
11. Miradas obscenas
12. Tratar a las personas como si fueran invisibles

Los cretinos certificados muestran patrones persistentes de estas malas actitudes y tienen una larga lista de víctimas. Sutton también desarrolló una autoevaluación (en inglés) que se llama ARSE (arse es un modismo inglés para trasero o pen**jo) para averiguar si eres una persona mala.

Según Forni, el anonimato también juega un papel en el comportamiento de falta de civilidad en línea: “tienes todas estas maravillas tecnológicas que pueden mejorar nuestras vidas y sin embargo, se convirtieron en un sombrío recolector de toxinas morales de nuestra sociedad”.

Al final, la civilidad es un tema del poder y del temperamento. “La diferencia entre cómo una persona trata a los indefensos comparado con los poderosos es una buena medida para un carácter humano”, escribe Sutton.

Ya que las personas desagradables son inevitables en la vida diaria, Sutton ofrece algunos consejos para tratar con ellos, y tal vez recuperarse rápidamente de un pleito:

Defiéndete o desarrolla indiferencia

Sutton dice que si eres víctima del mal comportamiento, hagas un análisis de poder para decidir si puedes enfrentar directamente el problema, o puedes ejercer el fino arte de la indiferencia emocional. ¿Puedes tomar una fotografía de las placas del automóvil del cretino y reportarlo a la policía?, ¿hay un número al costado de su vehículo al que puedas llamar? Si sí, bien. Si no puedes, entonces intenta olvidar el incidente lo más rápidamente posible.

Hay ocasiones en que las cosas no están en nuestro control y lo mejor que puedes hacer para tu salud mental es no darles importancia. En esas circunstancias, encuentra maneras para recuperarte rápidamente.

Reformula y cambia tu forma de ver las cosas

Intenta reformular un pleito con un cretino de una forma sea menos molesta. “Este es un tipo de pequeña terapia cognitiva”, dice Sutton. Si no puedes escapar al factor de estrés, puedes reducir el daño al cambiar tu mentalidad sobre lo que sucede. “Desarrolla un mecanismo de defensa, si es necesario. Algunas veces podemos encontrar ideas falsas que nos funcionan”.

Como un ejemplo de reformular Sutton habla de una comida reciente en vacaciones, en donde un pariente hizo algo grosero. “Más tarde me quejaba con mi esposa y ella me miró y dijo: ‘no quiero escucharlo. No quiero el 1% que fue malo para arruinar el 99% que fue bueno’. Entonces salió de la habitación. Fue sorprendentemente efectivo”.

Sin embargo Sutton advierte que si estás en una situación de largo plazo que siempre está mal, reformular no funcionará.

Limita tu exposición

Evítalo si es necesario. Por ejemplo, si compras frecuentemente en el mismo lugar, no te compliques la vida y evita a los dependientes groseros. Cuando limitas la frecuencia y la intensidad de tus encuentros con cretinos, creas un colchón contra el comportamiento humillante.

En el contexto de trabajo, Sutton ofrece estrategias adicionales, como construir zonas de seguridad, apoyo y cordura, y buscar y pelear batallas que tienes una buena posibilidad de ganar.

Las estrategias de Sutton: defiende tu posición, indiferencia, reformular y evitar, son similares a la meditación de la “serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y la sabiduría para conocer la diferencia”.

* Nota del editor: Amanda Enayati es colaboradora de CNN y reflexiona sobre el tema de la búsqueda de la serenidad: la búsqueda de bienestar y equilibrio de la vida en tiempos de estrés.