(CNN) — Hace mucho que los comentarios previos al Super Bowl no habían estado tan dominados por una parte del cuerpo de un jugador.
Sin embargo, el partido de este domingo en Indianápolis se ha convertido en la saga del tobillo lesionado de una estrella de los Patriotas de Nueva Inglaterra, el ala cerrada Rob Gronkowski.
Aunque los analistas están divididos sobre quién ganará el gran partido entre los Patriotas y los Gigantes de Nueva York, la mayoría coincide en que los Patriotas se verán seriamente afectados si Gronkowski no puede salir al campo.
Gronkowski sufrió un devastador esguince de tobillo en la victoria de playoffs de los Patriotas contra los Cuervos de Baltimore el 22 de enero.
La semana pasada, el jugador usaba una bota protectora sobre su tobillo, la cual se retiró el lunes, pero aun así no fue capaz de practicar durante la mayor parte de la semana.
El martes, en el día de entrevistas ante los medios, Gronkowski dijo que no estaba seguro de si podría jugar el domingo.
“No sé todavía”, dijo Gronkowski. “Sin embargo, no estoy realmente preocupado por si jugaré o no. Vamos día a día. Estoy dando nuevos pasos todos los días. Me siento mejor cada día. Eso es un signo positivo. Quiero estar ahí con el equipo, obviamente”.
Gronkowski registró 17 recepciones de touchdown esta temporada —un récord en la NFL— y es una pesadilla para cualquier defensa.
Mide 1.97 metros y presenta una mezcla de potencia y velocidad difícil de contener. Posiblemente sea el jugador más valioso de los Patriotas después del mariscal de campo Tom Brady.
La conversación dominante sobre el estado de Gronkowski recuerda a la que se registró antes del partido del Super Bowl 2005 cuando el entonces receptor abierto de las Águilas Terrell Owens se recuperó milagrosamente de una grave lesión de tobillo para aparecer en el juego.
Él atrapó nueve pases para un total de 122 yardas, pero las Águilas perdieron el partido ante los Patriotas.
Ése fue también el último Super Bowl que los Patriotas ganaron. Los Pats han aparecido en el gran juego más veces que cualquier otro equipo desde 1986, y son apenas el segundo equipo en la historia del juego —después de los Vaqueros de Dallas— que ha ganado tres campeonatos de Super Bowl en cuatro años.
Siete años más tarde, los Patriotas tienen la esperanza de volver a hacerlo.
“Gronk está en la sala de entrenamiento todos los días tratando de prepararse”, dijo Brady. “Él quiere estar allí. Va a trabajar como loco para estar allí”.
El liniero defensivo de los Gigantes Justin Tuck espera que no sea así.
“Esperemos que ese tobillo duela un poco más de lo que todos esperan y que él no sea tan versátil como lo ha sido”, dijo Tuck a ESPN. “Hablaban de lo talentoso que es, probablemente él tuvo el mejor año en la historia de un ala cerrada”.
No importa lo que los Patriotas hagan en la ofensiva, la clave para los Gigantes está en su defensa, dicen los expertos. Los Gigantes vencieron a los Patriotas en el Super Bowl 2008, lo cual cayó como un balde de agua fría sobre la temporada invicta de los Patriotas.
En ese juego, el feroz liniero defensivo, se precipitó hacia Brady y lo tacleó cinco veces.
“Nadie ha podido descifrarla durante todo el año”, dijo Brady, refiriéndose a la línea defensiva de los Gigantes este año. “Ellos pueden presionar muy bien al mariscal de campo y espero que podamos frenarlos de alguna manera. Ellos están listos para salir y arrancar mi cabeza”.