Por  Arwa Damon*

Al interior de Siria (CNN) – Sa’er se describe a sí mismo como un asesino a sueldo para el gobierno sirio.

Dice que ha disparado contra manifestantes desarmados, mató unas 70 personas y una vez le cortó la garganta a un hombre.

Es matar o morir, dice Sa’er y agrega que simplemente estaba cumpliendo órdenes.

Trabajaba en una prisión del Ministerio del Interior, y “salíamos con los funcionarios de las prisiones …. Nos dieron armas con mira telescópica y se podía ver a las personas como si usted se estuviera mirando en el espejo”.

Sa’er aceptó ser filmado por la cadena CNN mientras sus heridas eran curadas por activistas de la oposición. Dijo que estaba en un autobús que fue emboscado por desconocidos. Pidió que su identidad fuera ocultada lo suficiente para que el gobierno no pudiera reconocerlo, pero dijo que quería que sus amigos supieran que está vivo – y que es un hombre cambiado.

Por temor, sus captores mantienen a Sa’er con los ojos vendados. Miembros de la oposición tratan de intercambiarlo por otros hombres en custodia, y no quieren que él pueda identificarlos. Es una moneda de cambio.

CNN no pudo confirmar de forma independiente la historia del hombre, ni tampoco fue posible saber si había sido obligado a contarla.

“No puedo quitarte la venda de los ojos porque tengo miedo de ti”, le dice Mounir, un miembro de la oposición a Sa’er.

“¿Por qué haces esto? ¿Por qué nos matan?”, le pregunta Mounir, con su arma cerca.

Sa’er le dice a Mounir que hace un tiempo dos agentes de policía capturaron a un hombre. Un mayor le puso una pistola en la cabeza a Sa’er y le ordenó matar al prisionero, dice él.

“Me dijo: ‘Voy a contar hasta 10’. Inclinó la pistola, disparó al aire y me la puso en la cabeza de nuevo. Lo maté”, dice Sa’er.

El gobierno lo convirtió a él y a otros como él en monstruos que podrían matar hasta sus propios padres, afirma. Les prometieron riqueza y les dijeron que estaban ayudando a combatir a los terroristas, dice.

Por cerca de un año, el gobierno sirio ha sostenido una brutal represión contra los manifestantes que buscan derrocar al presidente Bashar al-Assad. El gobierno afirma que sus fuerzas de seguridad están luchando contra los terroristas.

Las Naciones Unidas estiman que al menos 5,400 personas han muerto, mientras que un grupo de la oposición dice que son más de 7,000 las víctimas.

Cada bando está luchando por el futuro de Siria, y con cada muerte se están volviendo más radicales.

Sin embargo, tal vez, hay un espacio para el cambio - o quizá, sólo un aparente cambio de corazón para un hombre que está siendo retenido contra su voluntad.

“Estos chicos con los que ahora estoy solía verlos con ojos diferentes”, dice Sa’er acerca de sus captores. “Desde que estoy con ellos, sólo he visto el bien”.

Nota del editor: CNN no revela la ubicación exacta de Arwa Damon en Siria por su seguridad.