(CNN) — He aquí el problema con todo el movimiento de gobierno 2.0: la gente es perezosa.
Distintas aplicaciones, SeeClickFix entre ellas, permiten a ciudadanos dedicados, diligentes y digitalmente conscientes tomar fotos de baches y mandarlos a las autoridades. Pero eso necesita demasiado esfuerzo, y siendo sinceros, es algo que la gente no suele hacer. Además, la información recopilada mediante esta clase de aplicaciones es desorganizada y, por definición, subjetiva. Lo que para alguien es un bache, para otra persona es la marca de un palo de golf en el césped.
Tal vez los sensores digitales de los smartphones pueden hacer un mejor trabajo sin nuestra ayuda.
Ésa es la idea detras de Street Bump, una aplicación de Android puesta a prueba en la ciudad de Boston, Estados Unidos. Dicha aplicación, que debería estar al alcance del público para el verano, hace que el acelerómetro de los teléfonos haga el trabajo de identificar baches. Si mientras está manejando el usuario golpea un hoyo, Street Bump compara el tamaño del bache con las coordenadas vía GPS y las manda a un banco de datos de la ciudad.
De acuerdo con Nigel Jacob, uno de los encargados del departamento de Mecánica Urbana Moderna, quien supervisa este proyecto, es que en poco tiempo Boston y otras ciudades tendrán un mapa en tiempo real de las calles y las condiciones en las que están, permitiendo identificar estos baches de forma anticipada y optimizar las reparaciones de las vías.
La aplicación fue desarrollada y probada el año pasado, pero no funcionó. Jacob y su colega, Chris Osgood, manejaron por toda la ciudad con la intención de encontrar y dar con los baches (a tal grado de ponchar un neumático). Sus teléfonos Android registraron el impacto, pero la información estaba desorganizada. Los baches aparecían demasiado similares a vías de ferrocarril y otros obstáculos encontrados en la calle. También descubrieron que movimientos simples del teléfono (como sacarlo del bolsillo) hacían que su acelerómetro registrara este movimiento como baches.
Desilusionados por tantos datos impuros, la ciudad, junto con un grupo llamado InnoCentive, decidió lanzar un reto mundial. Liberty Mutual donó 25,000 dólares como premio para el grupo (o grupos) de personas que pudieran utilizar ecuaciones para distinguir la diferencia entre la vibración hecha por un bache y cualquier otra que se pueda presentar al manejar.
La ciudad de Boston está trabajando en aplicar el trabajo algorítmico de los tres ganadores.
Ed Aboufadel, que encabeza el departamento de matemáticas en Grand Valley State University (y que de paso tiene una fotografía increíble de él vestido como Neo de Matrix), trabajó en el reto con alumnos de licenciatura. En un correo electrónico, Aboufadel dijo que la aplicación tiene potencial, pero que no era capaz de detectar baches con seguridad utilizando los algoritmos que él ayudó a crear.
“Con nuestro método, podríamos detectar casi todos los baches en la base de datos proporcionada por la ciudad de Boston, pero también encontramos positivos falsos, como cruces de ferrocarriles, topes, y cosas por el estilo”, dijo Aboufadel.
De igual forma, los acelerómetros de los smartphones son inconsistentes, lo que hace que los datos sean difíciles de analizar.
La situación con este método de recolección es que los censores en los teléfonos no son tan sofisticados comparados con los que son utilizados por ingenieros para investigación y otros proyectos, así que tienes que hacer lo mejor posible con la información. Por ejemplo, con la versión de Street Bump del verano pasado, fueron registrados datos de 3 a 5 veces por segundo, comparado con las 300 veces por segundo que se obtienen on instrumentos más especializados.
Otro problema, de acuerdo con Jacob y Osgood, es que la aplicación gasta la batería de forma rápida.
Se había planeado que los conductores mantengan la aplicación prendida todo el tiempo, pero después se decidió que sólo se deberá prender la aplicación cuando manejen. Esto tiene tres funciones diferentes: Uno, no gastar la batería; dos, se darán cuenta que están dando voluntarimente tiempo de su teléfono, y se sentirán bien al respecto y tres, sabrán en qué momento la ciudad estará al tanto de su ubicación via GPS. La información de un teléfono es anónima, dijeron, pero la privacidad se mantiene como una preocupación (como suele pasar con esta clase de servicios).
A pesar de todos estos obstáculos, la ciudad de Boston confía en que los creadores podrán solucionar estas trabas para el lanzamiento de verano. El código detrás de la aplicación y los algorítmos utilizados para analizarla serán publicados como una fuente abierta, para que ciudades en todo el mundo también puedan utilizarla si quieren. También podría estar disponible la versión para iPhone.