(CNN) – Con decenas de muertos, numerosos edificios reducidos a escombros y algunas comunidades desaparecidas, los residentes del medio oeste y del sur de Estados Unidos empezaron a evaluar el domingo la devastación causada por una serie de violentos tornados.
Los fuertes fenómenos meteorológicos empezaron el viernes y se extendieron al día siguiente, afectando alrededor de 17 millones de personas desde Indiana a Georgia.
En el momento en que el sistema de tormentas se desvaneció, 37 personas habían muerto: 18 en Kentucky, 14 en Indiana, tres en Ohio y uno tanto en Alabama como en Florida.
“Es como si una bomba hubiera explotado y todo quedara en esquirlas, hay muchos escombros”, dijo el gobernador de Ohio John Kasich después de sus visitas a los poblados de Moscow y Bethel.
A muchos kilómetros de distancia, en otros estados, se vivieron escenas similares.
Pilas de concreto y de madera quedaron esparcidas por el paisaje de lo que solían ser casas. Grandes árboles quedaron en el suelo. Autobuses escolares chocaron contra edificios. Contenedores de basura y vigas de madera, que volaron por el aire como aviones, aparecieron a cientos de metros de distancia.
El centro de West Liberty, Kentucky, se transformó en un pueblo fantasma después de que un tornado destrozara edificios y volcara coches de policía en su avenida principal.
“No queda nada aquí. Es una tragedia”, dijo el residente David Wilson.
En Henryville, Indiana, alrededor de 30 kilómetros al norte de Louisville, en tornado EF-4 –con vientos entre 270 y 320 kilómetros por hora, estando entre el 2% de los tornados más fuertes- destrozó un edificio escolar.
Funcionarios del Servicio Meteorológico de Estados Unidos dijeron que fue uno de los dos tornados que impactaron a ese poblado el sábado el causante del destrozo de la escuela, y aseguraron que la salida temprana de los estudiantes impidió que hubiera más víctimas.
Los hospitales siguen atendiendo a los afectados que sufren de graves traumatismos y heridas menores relacionadas con el impacto de los súbitos vientos fuertes, la caída de granizo y las lluvias torrenciales.
Entre las personas heridas está una niña de 20 meses de edad que fue hallada en un campo el viernes en la noche en Salem, alrededor de 30 kilómetros al oeste de Henryville.
La pequeña está en condición crítica en el Hospital Infantil Kosair en Louisville, dijo el vocero del hospital Brian Rublein. Su familia inmediata –incluyendo a sus padres, su hermano de tres años y su hermana de dos meses- murieron en la tormenta.
Para la tarde del sábado, se esperaba que no se encontraran más sobrevivientes ni fallecidos.
El foco se centra ahora en asistir a los sobrevivientes cuyas vidas cambiaron por completo por la tormenta.
El sargento de policía de Indiana Jerry Goodin dijo que la destrucción dejó a las autoridades “sin saber cuántas personas quedaron sin hogar”.
“Hay muchas personas que no pueden sentarse en sus sofás esta tarde”, dijo Goodin el sábado.
El presidente Barack Obama expresó sus condolencias y ofreció asistencia federal a los gobernadores de Indiana, Kentuky y Ohio, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Alrededor de 250 guardias nacionales fueron enviados a Indiana, y 220 llegaron al condado Morgan, Kentucky, según dijeron autoridades estatales.
Además de los objetivos inmediatos de proporcionar seguridad y de encontrar refugios para los desplazados, los residentes y autoridades desde West Liberty a Henryville y muchos otros lugares expresaron el deseo común de preservar y reconstruir sus comunidades.
“Estamos golpeados, pero no noqueados”, dijo Kasich. “Vamos a salir de esto”.