Este es uno de los homenajes que le hicieron a Martin en su comunidad en Florida.

Por LZ Granderson, colaborador de CNN

Nota del Editor: LZ Granderson, quien escribe una columna para CNN.com, fue nombrado periodista del año por la Asociación de periodistas homosexuales y en 2011 llegó a finalista en un concurso de periodismo en línea por sus columnas de opinión.
Escribe también para la revista ESPN y ESPN.com. Sígalo en Twitter: @locs_n_laughs o veálo los martes en CNN Newsroom a las 9 am ET.

(CNN) - No me fío de los policías y no conozco a muchos negros que se fíen.

Los respeto. Les tengo simpatía. Aprecio el trabajo que hacen. Pero cuando te han detenido sin razón la cantidad de veces que me ha pasado a mi; cuando corres a comprar medicamentos para las alergias y de regreso a casa, te encuentras rodeado por cuatro patrullas, con las sirenas y las luces encendidas, lo único en lo que piensas es cómo evitar que te disparen, y entonces aprendes a no confiar en los policías.

La primera vez que Trayvon Martin se enfrentó a una injusticia resultó en una tragedia que ocurrió el 26 de febrero, la noche que George Zimmerman decidió perseguir, confrontar y por último disparar y matar a Martin. La segunda injusticia comenzó cuando la policía de Sanford no investigó debidamente lo que, según los récords de llamadas al 911, claramente indicaba que se trató de un reclamo fraudulento de defensa personal por parte de Zimmerman.

El hecho de que los padres de Martin tuvieran que demandar al departamento de policía para poder escuchar las grabaciones, apunta a que Zimmerman no es el único componente cuestionable en este caso.

El jueves, el jefe de la policía de Sanford, Bill Lee, renunció temporalmente a su cargo. El miércoles los comisionados de la ciudad expresaron mediante una votación falta de confianza en él.

Pero en una asamblea comunitaria organizada por NAACP el martes, los residentes negros de Sanford dijeron haber perdido la confianza en la policía debido a un largo historial de discriminación y prejucios contra esa comunidad.

La policía enfatiza que su tarea no es fácil. De hecho resalta, que es excesivamente peligrosa, pero que eso no justifica procedimientos inadecuados y mentiras.

El esfuerzo empleado por parte del jefe de la policía para exonerar a Zimmerman, un vigilante voluntario con un record de llamadas al 911 que sugiere paranoia, en contraste con los esfuerzos por esclarecer la verdad, sugiere que este es un caso más de discriminación racial y encubrimiento.

El responsable no es policía pero la forma como esa agencia manejó este caso es demasiado familiar.

Es la misma historia que la nación escuchó después del caso de Rodney King en 1991.

Es la misma historia que contaron los negros de la ciudad de Nueva York tras la muerte de Amadou Diallo, quien solo portaba su billetera cuando fue baleado 41 veces en 1999.

Esa misma historia fue escuchada en Nueva Orleans, cuando la policía en el puente Danziger en 2005 disparó hasta matar a algunos residentes solo por deporte.

La policía lo encubrió por dos años antes de que se realizara ningún arresto. Un juez de distrito desestimó inicialmente los cargos. Pero posteriormente el Departamento de Justicia se involucró. Y finalmente el verano pasado los agentes de la policía fueron hallados culpables.

La falta de confianza en la policía es el resultado de que existen muchas más historias como la de Trayvon Martin que el mundo nunca llega a escuchar. De hecho, casi no llegamos a escuchar esta.

La nación escuchó las grabaciones de llamadas al 911 tras el trágico incidente de la secundaria Chardon en Ohio en menos de 24 horas. Los padres de Martin debieron demandar para poder escuchar las grabaciones relacionadas a ese caso.

¿Por qué?

Si la policía hizo lo correcto, si en efecto tenían prohibido realizar arrestos en base a los hechos y circunstancias con las que contaba en ese momento y como indicó una carta publicada por las autoridades municipales, entonces ¿por qué esperar a que el caso capte la atención de los medios a nivel nacional?

La carta indica que el departamento estaba todavía investigando el caso y que no quería comprometer la investigación. Pero las autoridades nunca sometieron a Zimmerman a un interrogatorio. Aún no lo han hecho. El cuerpo de Martin sin embargo fue sometido a exámenes de droga y alcohol. La única persona armada fue Zimmerman. Martin no portaba armas.

Igual que las víctimas de Nueva Orleans y Diallo, King.

En 2010, la familia de Sean Bell logró una indemnización de 7 millones de dólares por parte de la ciudad de Nueva York, después de que cinco agentes de la policía acribillaron a balazos el auto de Bell cobrándole la vida. El joven no estaba armado y se iba a casar al día siguiente.

“No hay cantidad de dinero que provea clausura, no hay cantidad de dinero que compense el dolor” expresó su novia Nicole Paultre Bell, después del fallo judicial. “Aprendemos a vivir y a seguir adelante.”

Y esas son las palabras de miembros de la comunidad negra con demasiada frecuencia en relación al trato que reciben por parte de la policía.