(CNN) — Una compañía de palillos ha hecho un swing con todos los bates de béisbol a su alcance para que el sushi se pueda comer con cubiertos reciclados.
La empresa Hyozaemon, que se especializa en utensilios típicos hechos a mano, lanzó en el 2000 su marca de palillos chinos kattobashi. El nombre es una combinación de “hashi”, palabra japonesa que significa palillos, y de un canto escuchado en los juegos de pelota en Japón.
Cada año llegan al taller de Hyozaemon cerca de 20.000 bates usados y desgastados por jugadores profesionales y amateurs. Así que podríamos apostar que los bates que algún día uso Godzilla Hidekki Matsui, antes de partir rumbo a las Grandes Ligas, con el tiempo hayan acabado en alguna mesa de restaurante, convertidos en palillos.
Los kattobashi, son parte de un amplio rango de palillos chinos producidos por Hyozaemon, que son artesanalmente cortados, lijados y decorados a mano.
“Es un arte que está muriendo”, dice Kazufumi Yoshida, de la fábrica de Hyozaemon. “Muchos jóvenes no quieren trabajar en las fábricas de palillos chinos pues no es muy emocionante. Y casi ninguna fábrica de palillos utiliza máquinas para sus procesos de manufactura”.
El artesano, que ha trabajado en Hyozaemon por 40 años, dice que aún está en entrenamiento. Él es el responsable de muchos de los 600.000 pares de palillos que vende la compañía cada año.
Pero esa cifra es opacada por el número de palillos de madera desechables que se acumulan en Japón: cerca de 24,000 millones de pares al año, seguido solamente por China.
Los palillos desechables se crearon en la década de 1980 para aprovechar la madera de desecho. Pero aparte de ser una amenaza para los artesanos de Hyozaemon y otras compañías, se ha culpado a los palillos desechables de formar parte de la deforestación en Asia.
China es, por mucho, la más grande productora de palillos desechables, haciendo alrededor de 60.000 millones de pares al año, talando millones de árboles que crecen rápido como abedules, abetos y bambús. Una campaña ambiental en 2006 provocó un aumento del 5% de impuesto ambiental para su exportación del país, pero otras naciones asiáticas del sureste, como Indonesia y Vietnam, se han puesto las pilas para satisfacer el apetito insaciable del uso de palillos chinos de un solo uso.
Motivados por una preocupación ambiental más que por el amor de los palillos reusables artísticos, se han lanzado campañas en contra de los desechables en Japón, China y en todos lados. Algunos restaurantes y tiendas japonesas han añadido incentivos para la gente que lleve sus propios palillos chinos.
Para los trabajadores en Hyozaemon, “desechable” es una grosería comparado con una sociedad desechable, que va en contra de sus valores de cuidado y calidad.
“Creemos que nuestra misión es hacer los palillos de manera tradicional; mantener el arte de los palillos chinos”, dijo Yoshida.
“En nuestra fábrica cinco jóvenes trabajan como artesanos. Esperamos que dominen el arte y lo pasen a la siguiente generación”.