Washington (CNN) — Hace 30 o 40 años, cuando los salas de videojuegos y las consolas estaban en pañales y los padres los consideraban una amenaza para el rendimiento escolar, era difícil imaginar que uno de los más importantes museos en Estados Unidos acogería a los videojuegos como una forma de arte.
Viajamos en el tiempo hasta el 2012 y muchos padres aún intentan limitar las horas que sus hijos dedican a los videojuegos. No obstante, los videojuegos son cada vez más ambiciosos, interactivos y muy complejos artísticamente: una evolución que el Museo de Arte del Instituto Smithsoniano celebra.
La exhibición El arte de los videojuegos explora 40 años de videojuegos como artefactos culturales. Presenta juegos interactivos donde los visitantes pueden jugar, objetos de interés y despliegues visuales que subrayan el trabajo artístico de los diseñadores.
Al ser la primera exhibición de este tipo, en un museo de gran relevancia, ha tenido gran éxito. Personal del museo reporta haber recibido 23,000 visitantes durante el mes de inauguración, lo cual los colocó en el top cinco de los días con más visitas en la historia del museo. Chris Melissinos, curador invitado de la exhibición cree que se ha realizado en un buen momento pues la generación actual de visitantes de museos creció con los videojuegos.
“La exhibición hará énfasis en los juegos con los que crecieron y, de cierta forma, contará la historia de sus vidas. La gente verá un juego o una obra de arte y recordará lo que hacía cuando el juego formaba parte de su vida”, dijo.
Del Pac-Man al Flower
Basados en la respuesta del público que abarrotó el museo el fin de semana inaugural, puede que Melissinos tenga razón. Una gran cantidad de visitantes se encontraba emocionada por poder revivir trocitos de nostalgia de su juventud.
“Creo que fue fantástico ver la evolución de los videojuegos”, comenta Kim, una mujer originaria de Columbus, Ohio, que se negó a dar su apellido. “Yo crecí jugando Frogger en el Atari pero me alejé de los videojuegos hasta que mi hijo empezó a jugar”.
“Tuvimos nuestro primer Nintendo cuando él [su hijo Jimmy] tenía 6 años”, cuenta Barbara, del sur de Maryland, quien tampoco dio su nombre completo. “Las cosas viejas adquieren un toque artístico cuando se observa en qué punto están ahora los juegos. Me traen muchos recuerdos de cuando mis hijos estaban creciendo”.
“Creo que es maravilloso”, opina Jimmy, quien ahora tiene 21 años. “La gente podrá venir al Smithsonian y aprender de los videojuegos, apreciar su belleza”.
La exhibición incluye cinco juegos que se pueden jugar, que van desde el clásico devorador de bolitas Pac-Man, hasta Flower, un juego conceptual de 2009 donde los jugadores despliegan energía positiva al soplarle al pétalo de una flor.
Una de las piezas más importantes es la muestra de 20 consolas de videojuegos diferentes que han surgido a través del tiempo. Desde el Atari 2600 al PlayStation 3, cada una de las piezas muestra cuatro juegos que se eligieron, mediante votación del público a nivel mundial, como los más representativos de cada una.
La reacción de los desarrolladores
La mayoría de los diseñadores que contactó CNN estaban emocionados por el reconocimiento al trabajo que han hecho gran parte de su vida. Mientras que en algunos círculos surge el debate de si “los videojuegos son arte” o no, el elevar la discusión al nivel de una exposición en el Smithsonian, es un suceso bienvenido.
Uncharted 2: El reino de los ladrones fue uno de los juegos elegidos para la consola PS3. Amy Hennig, directora creativa del juego, dijo que el asunto de si un videojuego pertenece a un museo de arte es irrelevante.
“Por supuesto que son [obras de arte]. Simplemente es otro medio, es interactivo”, comentó. “Es la primera vez que se le reconoce a este nivel. Creo que es un evento cultural de gran relevancia y muy gratificante”.
Sin embargo, la idea de que el Smithsonian legitime el trabajo de la industria del videojuego no parece convencer al director creativo de Irrational Games, Ken Levine.
“No podría importarme menos”, explicó. “Está bien. Es genial verlos en un museo, pero no me importa mucho. No tiene ninguna relevancia en términos de un cambio de paradigma”.
Levine cree que el Smithsonian simplemente añade una nueva voz al debate acerca de los videojuegos que se ha desplegado los últimos años en internet. “Los videojuegos son, quizá, un tema más hablado de lo que ha sido el paisajismo en 500 años”.
Él piensa que la exhibición podría servir para poner a los videojuegos en la perspectiva de quienes pasaron por alto su importancia para nuestra cultura y sociedad.
“Mientras más lugares haya donde podamos hablar de lo que hacemos, mejor”, continúa Levine. “Somos una industria convertida en un ghetto en el sentido de que… No aparecemos en el Tonigh show. A pesar de que los creadores de Call of Duty venden 25 millones de copias, no aparecen en TV”.
La naturaleza del arte
Al hablar de la exhibición, los jugadores y desarrolladores están de acuerdo con que los videojuegos son similares a otras formas de arte en el sentido de que no están completos hasta que alguien los experimenta. Cada persona reacciona distinto ante una obra de arte y le confiere significados que ni el mismo creador había contemplado.
Según Levine, dada su naturaleza interactiva, esto es especialmente cierto en los videojuegos.
“[El arte] no tiene vida, fuera de tener la capacidad de ser observado. Al igual que el principio de indeterminación de Heinsenberg, cambia cada vez que se le observa. Eso es lo maravilloso. Es subjetiva por completo”, señaló.
“Por naturaleza, se trata de alguien que te impone su voluntad creativa. De eso se trata ser un observador. Parte de experimentar el arte es rendirte ante él. En ocasiones, es una buena experiencia y en ocasiones no lo es”.
La exhibición “El arte de los videojuegos” estará abierta al público hasta el 30 de septiembre.