(HLN.com) – Algunas personas han esperado en largas colas para comprar la tableta hot del momento: la famosa iPad de Apple. Algunos viajeros, en el aeropuerto Dallas-Fort Worth han esperado en largas filas para verlas desaparecer.
Un inspector de equipaje de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA por su sigla en inglés) ha sido “retirado de sus funciones de seguridad”, después de haber sido acusado de robar iPads del equipaje de los pasajeros, según informes.
Ocho iPads fueron tomadas de maletas facturadas en el aeropuerto internacional de Dallas-Fort Worth, en un período de ocho meses, según informa la cadena estadounidense NBC en el lugar.
El inspector de equipaje de la TSA Clayton Keith Dovel, de 36 años, ha sido acusado de robo por parte de un funcionario público, lo que constituye un delito, según la estación NBC.
En una declaración a Headline News (HLN, cadena hermana de CNN), la TSA dijo que sus empleados poseen “los más altos estándares profesionales y cuenta con una política de tolerancia cero para los robos en el lugar de trabajo. Si se demuestra como cierto, el comportamiento inaceptable de esta persona, de ninguna manera refleja la dedicación de nuestros casi 50.000 oficiales de seguridad de transporte, que trabajan incansablemente para mantener a nuestros cielos seguros”.
Borna Maira, estudiante de la Universidad de Texas en Arlington, dijo a la cadena NBC que al volar en mayo pasado, “me di cuenta de que mi iPad no estaba en mi equipaje; y pensé: ‘tal vez cometí un error. Tal vez lo dejé en mi apartamento’”. La policía se puso en contacto con él en febrero para decirle que habían recuperado su tableta.
La TSA se ha visto envuelta en diversas polémicas desde su creación; a raíz de los ataques del 9/11. Sus procedimientos de seguridad han dado lugar a controversias en incidentes de alto perfil que involucran acusaciones de indecencia pública y humillación. El año pasado, tres abuelas afirmó ser maltratadas después de ser revisadas minuciosamente por agentes de la TSA.
En febrero, una mujer de Hawai, dijo que se sintió humillada cuando se le pidió que demuestre que su extractor de leche era real y no tuvo otra alternativa que usarlo en un baño público en el aeropuerto, antes de viajar.