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(CNN) — A los estudiantes en Kenia se les pide desembolsar miles de chelines para una beca; los automovilistas son forzados a pagarle a los policías por multas de tráfico y a la gente se le pide pagar grandes sumas de dinero para acelerar el proceso de obtener un nuevo pasaporte o una transferencia de tierra.

Estos son algunos de los informes más comunes de soborno que pueden ser encontrados en ipaidabribe.or.ke, un sitio web que recientemente fue lanzado para luchar contra la desenfrenada corrupción pública en Kenia y a dejar al descubierto su impacto económico.

La iniciativa, que fue lanzada en diciembre pasado por Antony Ragui, un consultor de servicios financieros de 37 años, permite a las víctimas de corrupción compartir sus historias de soborno anónimamente y rastrear incidentes de corrupción en línea.

“Regresé a Estados Unidos hace cuatro años y escuché a muchos kenianos quejarse sobre la corrupción en las redes sociales, en Twitter, en blogs privados y básicamente me cansé”, dice Raqui. “Dije ahora es tiempo de que haga algo diferente”.

Basado en un sitio similar que se lanzó hace algunos años en India para frenar la corrupción, la plataforma en línea de Ragui está dividida en tres categorías, contiene información detallada sobre la cantidad de dinero pagado y el lugar del soborno.

La primera sección contiene historias sobre sobornos que fueron pagados, desglosando las cifras por región y departamento de gobierno. La segunda recoge historias sobre las personas que se negaron a pagar un soborno; mientras que la tercera contiene historias de honestidad, en las que no se les pidió a los ciudadanos que pagaran a un oficial público.

Hasta ahora, el sitio de Ragui ha albergado casi 600 casos de, en su mayoría sobornos pequeños que valen alrededor de 17 millones de chelines kenianos (327.603 dólares).

“La corrupción es un problema grande: es tan endémico y la peor parte sobre ella es que se vuelve una forma de vida”, dice Ragui, quien también sacará un servicio de SMS que permitirá a los ciudadanos a reportar sus historias instantáneamente vía celulares.

“Así que lo que estoy tratando de hacer con el sitio esencialmente es hacer que las personas creen una red de personas anticorrupción; personas que sienten que esto debe llegar a su fin y necesitamos hacer una diferencia”.

De acuerdo con un grupo anticorrupción Transparency International (Transparencia Internacional), Kenia es uno de los países más corruptos del mundo. El índice de Soborno en el Este de África de 2011 del grupo afirma que hay un 67% de probabilidad de que los kenianos esperen a pagar un soborno cada vez que interactúan con la policía. En total, se estima que el costo de la corrupción en África se más de 148,000 millones de dólares al año, de acuerdo con el sitio web de Transparency International.

Sin embargo, ipaidabribe.or.ke no es el único intento de usar tecnología de información como herramienta en la lucha contra la corrupción en África, mientras que un aumento en el número de sitios web similares ha aparecido en todo el continente.

También basados en el sitio de India I Paid a Bribe (Yo pagué un soborno), Bribe Nigeria fue creado el verano pasado por Leonard Raphael para crear conciencia sobre la corrupción y dirigir su impacto en el país del occidente de África.

“La corrupción es una enfermedad endémica que ha comido cada faceta de la sociedad nigeriana”, dice Raphael, señalando el caso del padre al que oficiales de policía le pidieron que les diera dinero para gasolina después de que fueran a su casa en búsqueda de su hijo, quien fue secuestrado.

“Tan pronto como la corrupción pueda ser controlada en Nigeria, cada desarrollo sustentable puede, a partir de ese momento, progresar”, añade Raphael.

En Sudáfrica, Corruption Watch fue lanzado a finales de enero en un intento alentar a las personas que unan sus voces contra el problema.

Hasta ahora, el grupo dice que ha recogido aproximadamente 1,200 informes de todas las partes del país, a través de su forma de reporte en línea, una línea de SMS, redes sociales y por correo electrónico o publicación.

“Está diseñado principalmente para mostrar a las personas que reportando y hablando algo puede pasar”, dice el director ejecutivo del grupo, David Lewis. “La forma de cambiar las cosas en una democracia es hablando y hablando lo más que se pueda con una voz conectada”, añade.

Ben Elers, director de programas en Transparency International, dice que todas estas iniciativas pueden ser una herramienta poderosa en la lucha contra la corrupción.

“Creo que son esenciales para darles a los ciudadanos una voz, permitiéndoles decir sus frustraciones”, dice.

Sin embargo, añade, que dado que las quejas generalmente son anónimas, puede ser difícil darles un seguimiento.

“Al final son herramientas y lo que pasa después en cambiar el mundo físico es que cuenta al final del día”, dice. “Así que, son críticas pero en sí no son suficientes, necesitan seguimientos concretos después”.

De regreso en Kenia, Ragui es optimista sobre que el uso de la tecnología puede ayudar a cambiar las cosas.

“Los kenianos están cansados”, dice. “Necesitamos una nueva generación de kenianos que realmente sean positivos, trabajadores, personas que no quieren obtener ganancias a corto plazo, que en realidad están pensando que la única forma de hacer una diferencia en nuestro país es que la gente le diga que no a la corrupción”.