(CNN) – El presidente de Estados Unidos Barack Obama se burló de lo serio –como el escándalo del Servicio Secreto en Cartagena- y de lo banal –como que su cabello está ahora más gris- en la Cena Anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca el sábado.

Obama bromeó también sobre el magnate Donald Trump –quien también fue blanco del humor presidencial en la cena del año pasado- por el asunto de las presiones de Trump para que Obama liberara su certificado de nacimiento.

“Estamos reunidos durante un aniversario histórico: Este fin de semana, pero del año pasado, finalmente dimos justicia a uno de los individuos tristemente más célebres del mundo”, dijo Obama ante un salón repleto en el hotel Hilton de Washington.

Entonces fue proyectada una fotografía de Trump, en lugar de la del asesinado líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, como se esperaban algunos.

Pero fue la parodia de Mitt Romney y su perro Seamus la que destacó en el monólogo del presidente.

La broma recordó un spot político publicitario dado a conocer por el equipo de campaña de Newt Gingrich, el cual apuntaba contra Romney tras haber admitido que alguna vez metió al perro de su familia en una jaula y lo colocó en el techo de su automóvil.

“Sé que todo el mundo pronostica una elección sucia, y por suerte, todos hemos convenido en que las familias están prohibidas”, dijo el presidente. “Sin embargo, hablar de los perros es aparentemente un juego limpio”.

El presidente remató el chiste con un comercial hecho por un falso supercomité de acción política (Super PAC, en inglés) que presentaba a Romney en el Air Force One con una jaula de perro en la parte superior de la aeronave y promoviendo las libertades de los perros, al tiempo que advertía sobre una política socialista para perros por parte de Obama.

“Bajo su liderazgo, el mejor amigo del hombre fue obligado a entrar a la fuerza en los automóviles. Imagínense el socialismo de estilo europeo que él ha planeado para los próximos cuatro años”, decía el anuncio de la parodia.

El presidente incluso se burló de sí mismo por las recientes críticas hechas por el equipo de campaña de Romney sobre las revelaciones en su libro, Dreams From My Father, en el cual reveló que le dieron alimento para perros en Indonesia cuando era niño.

“Eso es bastante duro. Pero puedo aguantarlo, porque mi padrastro siempre me decía, allá afuera es un mundo ‘de perros’”, dijo Obama.

Esta cena es la cuarta de Obama como presidente. Ha sido un ritual en Washington desde 1920, cuando se celebró por primera vez con el fin de aumentar la comunicación entre la prensa y el presidente.

Los periodistas y las organizaciones de noticias estuvieron bien representados en el acontecimiento y fueron acompañados de rostros famosos.

Entre los asistentes de este sábado estaban Claire Danes, Elizabeth Banks, Paul Rudd, Sigourney Weaver, Eva Longoria, Viola Davis, Kerry Washington, Rachel Zoe, Goldie Hawn y Josh Hutcherson.

La gala anual, también conocida como el Baile de nerds, recauda fondos para becas de periodismo.

Aunque la cena es famosa por su a veces subido de tono humor político, el presidente tuvo un momento de seriedad para recordar la muerte de Anthony Shadid, del New York Times, y de Marie Colvin, del Times of London, “quienes hicieron el máximo sacrificio mientras intentaban sacar a la luz algunas de las noticias más importantes de nuestro tiempo”.

Shadid y Colvin fallecieron en febrero, cuando cubrían el conflicto en Siria.

En general, Obama se mantuvo fiel a la temática de la noche: las bromas.

“Hace cuatro años, estaba en una durísima contienda en las primarias con Hillary Clinton”, dijo Obama. “Cuatro años más tarde, no dejó de enviarme mensajes ebria, desde Cartagena”, en referencia a la ciudad donde supuestamente agentes del Servicio Secreto tuvieron tratos con prostitutas.

El presidente también apuntó contra el propio escándalo: “Tenía mucho más material preparado, pero tengo que estar a tiempo en casa del Servicio Secreto a tiempo para su nuevo toque de queda”.

El mandatario estadounidense mostró fotos suyas de hace cuatro años y de ahora, mostrando cómo ha cambiado el color de su cabello. “En cuatro años me veré así”, dijo mientras mostraba una foto de Morgan Freeman.

Obama, quien habló antes del comediante Jimmy Kimmel, le restó importancia a una conferencia de la Administración de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés) en Las Vegas, la cual costó más de 800.000 dólares.

“Miren esta fiesta. Tenemos hombres con esmoquin, mujeres con vestidos de noche, buen vino, entretenimiento de primer nivel. Me sentí aliviado al enterarme que esto no era una conferencia de la GSA”, bromeó Obama. Incluso reprendió a Kimmel, estrella del programa de ABC Jimmy Kimmel Live!

“Jimmy empezó en el Man Show. En Washington, eso es lo que llamamos una audiencia del Congreso sobre la anticoncepción”.

Kimmel, quien subió al escenario tras el monólogo del presidente, contraatacó.

“¿Te acuerdas cuando el país se arremolinó a tu alrededor con la esperanza de un mejor mañana?”, preguntó Kimmel. “Eso fue muy gracioso”.

Dijo que le comentó al Servicio Secreto que por 800 dólares no haría bromas sobre el escándalo. “Pero sólo ofrecieron 30 dólares”, dijo.

Nadie en la sala estuvo a salvo de las puntadas de Kimmel, las cuales fueron contra políticos, periodistas, artistas y ejecutivos de empresas presentes en el lugar.

Kimmel elogió el trabajo de Michelle Obama para combatir la obesidad a través de su iniciativa de salud. El comediante entonces le señaló a la primera dama al rechoncho gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.

“Mire, este es Chris Christie. Agárrenlo”, dijo Kimmel.

Después, el comediante arremetió contra el peso de Gingrich. Pero, digamos que las bromas de Kimmel sobre la obesidad no fueron muy bien recibidas por el expresidente de la Cámara.