Alana Evans, estrella porno y mamá.

(HLN.com) – Pocas palabras desatan una tormenta mayor y mucha controversia como la palabra “porno”… sobre todo cuando se trata de mujeres que trabajan en la industria del entretenimiento para adultos.

Entonces, ¿puede una mujer con una carrera en la industria pornográfica también ser una buena madre?

“Definitivamente es un acto de malabarismo”, dijo la actriz porno Alana Evans al Dr. Drew en su programa en Headline News (cadena hermana de CNN), el martes por la noche. “Para mí, mi familia siempre viene primero. La verdadera razón por la que en realidad entré en la industria para adultos y me convertí en una estrella porno fue para cuidar de mi familia y cuidar de mis hijos”, agrega.

Evans explicó que su ex marido la ayudó a encontrar su camino en la industria, diciendo que ambos eran de mente abierta y compartían una relación abierta.

“El sexo para mí no es amor”, dice. “Cuando me llegó el momento de salir de esa relación, el porno me salvó la vida. Me brindó una forma de estar con mi hijo; de estar con él todos los días… [y] me dio dinero para cuidarlo y cuidar de mí misma”

Y añade: “Porque el sexo es mi trabajo, no es ilegal y yo soy un ciudadana excepcional”.

Sin embargo, la ex prostituta y actriz porno, Shelley Lubben, le dijo al Dr. Drew, que sin duda los niños se verán afectados por las decisiones de sus padres.

“Yo estaba en la industria del porno a principios de los ‘90s y negaba que ello iría a lastimar a mi hijo”, explicó Lubben. “Pensaba que la ayuda de las nannies, o un hombre rico que estuviera a mi lado o tal vez un novio, me ayudaría a criarla y así ella nunca sentiría los efectos reales de mi profesión. La verdad es que ahora tiene 22 años y todavía está en recuperación por lo que pasó”, explica.

A lo que añadió: “somos ignorantes si pensamos que podemos ocultar a los niños de nuestra carrera. Y déjenme decirles, la pornografía no se trata sólo de hacer películas”.

Dr. Drew le preguntó sobre el proceso de recuperación que, la exactriz porno dice, duró varios años.

“La recuperación fue de ocho largos años de aprender a sanar emocionalmente, mentalmente, [y] físicamente.  “Me contagié dos enfermedades de transmisión sexual. Eso me llevó a tener cáncer de cuello uterino, donde tuvieron que quitarme la mitad de mi cerviz. Probablemente tendré que someterme a una histerectomía porque tuve relaciones sexuales sin protección mientras estaba en la industria del porno. Pagué mi precio con graves consecuencias, no sólo física, sino emocional y psicológicamente”, concluyó.